"Thinking Out Loud - Ed Sheeran"
La música suena a un volumen aceptable en el área de recursos humanos, la pequeña bocina que Mai ha traído al piso nos llena un poco de alegría el trabajo y las melodías que ha elegido para ser escuchadas son perfectas. Mientras preparo mi tradicional té de menta con hierbabuena mi sistema comienza a tararear una tonada que ya conozco, una conexión de guitarra eléctrica, batería y la voz de un joven que sin duda sabe utilizar las cuerdas bocales.
Recuerdo haber visto el videoclip en alguna sala de espera, una historia de ensueño contada en tan solo cuatro minutos y medio, de esas que te inspiran a creer que el "Felices por siempre" es real, que invitan a tus pies a bailar en medio de la noche, que provocan a tu corazón a arriesgar todo. Sin duda alguna es del tipo de baladas que evite por seis años, ¿pero qué cambió hoy? ¿porqué no me molesta oír al cantante pedir que lo tomen en brazos?
—¡Vaya, vaya, vaya!—una voz inconfundible exclama a mis espaldas—. Al parecer cupido ha llegado al hospital, ¿no crees Mai?
La risa de Mai Noto, auxiliar en administración, resuena por el piso.
—No lo sé, creo que deberíamos preguntarle a la jefa.
Conozco perfectamente a las dos confabuladoras, sé que hablan de mí y ha decir verdad no es algo que me sorprenda; después de todo lo ocurrido en Washington no podría estar más alegre. Sin embargo simulo no escucharlas agregando a mi tararear un contoneo de caderas, tomo asiento detrás de mi escritorio con té en mano y lo bebo sin preocuparme por que la rubia comience a parlotear sus molestos vocablos.
—Ino, que gusto saludarte—la Yamanaka toma asiento frente a mí—, ¿Naruto ya te dijo que nos reconciliamos y vienes a dar la cara?
No fueron días, ni semanas, se trataron de meses en los que mi supuesta mejor amiga se escondió de mí. Huyendo por ser la culpable de que el rubio volviera al pueblo; en un inicio quise despedazarla y colgar trozos de su cuerpo por los arboles del bosque para que así los osos se alimentaran, pero ahora las cosas habían cambiado. Seguramente por eso la ojiverde se encontraba con cara de idiota arrepentida delante mío.
—Hinata, Dios obra de misteriosas maneras.
—Ino, tu no eres Dios—entrecierro los ojos y apunto mi furia hacia sus esmeraldas.
—¡Ay, ya supéralo!—coloca un paquete en el escritorio, es una bolsa con el logo del negocio de Naruto—. Mejor te cuento lo que sucedió hoy y créeme será algo que te interese— no la interrumpo, si viene de ese lugar debe traer alguna información—. Resulta que como protocolo hoy fui a verificar como le estaba yendo a Naruto en el predio, ya sabes, visitas cotidianas, y cuando me encontré con él obviamente lo saludé de beso en la mejilla y con le di un abrazo, Hina, no pasó ni medio segundo antes de que una escuincla de unos diecisiete se le colgará del brazo para preguntarle que si quería ayuda conmigo. ¡¿Qué le pasa a la zorrita infantil?!
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CONSECUENCIAS (Naruhina)
FanfictionNaruto envuelto en malos prejuicios se ve convencido de abandonar a Hinata, sin saber que en su interior su amor ha sembrado un hermoso capullo. Su hijo. Años después él decide volver para averiguar que fue de ella y cuando se da cuenta que tiene un...