In love? Never |Liam Payne| TERMINADA

Capítulo 15 -Bad boy

Hoy era mi primer día de universidad. Estaba sumamente nerviosa y también un poco triste.

Liam era el que más me había apoyado en esto. Seguidamente me preguntaba por la universidad, él quería que yo fuera y terminara mis estudios.
Me había prometido que me iría a dejar el primer día de clases y tenía la ilusión de que entraría por esa puerta diciéndome "Te hice una promesa y yo cumplo mis promesas". Sabía que no era verdad y me engañaba a mi misma esperando algo que no iba a pasar.

Aún confiaba en él, siendo que ya no eramos amigos y no hablábamos hace tiempo.

-¿Estás lista?-Gemma me sacó de mis pensamientos.

Clavé mi vista en ella.

Dejé escapar el aire por mi boca y me levanté.

-Sí. Vamos.

Reuní tosas mis cosas y salimos del departamento.

-¿Cómo le harás con el trabajo?-preguntó mientras estábamos en el ascensor.

-Los días miércoles y viernes no tengo clases, también puedo trabajar los fines de semana.-me encogí de hombros.

Ella mordió su labio.

-¿No crees que será muy...pesado?

Claro que no, mi mayor anhelo era independizarme. Esto era un pequeño paso para hacerlo. En un par de años -Si todo salía bien- ya podría trabajar en lo que estudiaría.

-Gemma, por fin sabré lo que es trabajar duro y esforzarse por las cosas que se desean.-argumenté.

-Tienes razón.-sonrió de acuerdo.

Salimos rápidamente del ascensor y caminamos a la salida.

-Hola George.-saludamos al conserje del edificio.

-Señoritas.-hizo una reverencia.

Reímos encantadas.

No era lo que se imaginaban. No era un viejo gordo y calvo. Todo lo contario. George es un chico alto, de ojos azules y cabello castaño, tiene un aspecto aniñado que lo hace tierno. Gemma me contó que Niall estuvo celoso un tiempo de él.

Llegamos a la calle, ambas sabíamos lo que venía; nos debíamos separar. El trabajo de Gemma quedaba lejos, como a una hora y mi universidad muy cerca, solo había que caminar un par de cuadras a la derecha.

-Si te pierdes, pregúntale a alguien, pero a alguien que se vea de confianza.-asentí. Como si fuera a escoger a un asesino.-¡Hay! Esto se siente como una madre cuando deja a su hijo en su primer día de clases.-exclamó dándome un abrazo. Reí.

-Estaré bien.-aseguré.-Espero que tengas un buen día.

-Tu igual, cariño.

-Nos vemos en el departamento.-musité.

-Hoy voy a llegar más tarde.-hizo una pausa-Tengo que recoger los resultados.

-¿Te acompaño?

-No. Vas a estar cansada.

-Bien...Entonces, adiós.-besé su mejilla y di unos cuantos pasos tomando la dirección opuesta a la que iba Gemma.

-Adiós ¡Te quiero!-gritó, giré y agitaba su mano en señal de despedida.

-¡También te quiero!

Doblé la calle. Las personas caminaban apuradas, seguramente iban a sus trabajos. Todos lucían ropa formal e impecable, sin llegar a ser monótonos, es decir, cada uno tenía su propio estilo.