3• Desarrollo

1.9K 261 42
                                    

El Reino Impuro

Las desapariciones de Jin Ling todos los domingos por la tarde era algo difícil de explicar. Sin embargo, todo giraba entorno hace unos cuatro meses en Qinghe cuando una descompensación atacó al comisionado general Nie MingJue quien investigaba personalmente la muerte de su abuelo Jin GuangShan.

Hubo un día en donde se veló los restos de su abuelo en la casa Jin, ese mismo día Jin Ling aprovechó para hablar con su abuela: Madame Jin, con quien tuvo una conversación "peculiar". Y desde entonces ésta le prohibió regresar a aquella casa que una vez fue suya.

Todo esto le resultaba extraño, podría decirse que había caído una maldición en la casa Jin, ya que tanto padre e hijo habían muerto y la señora Jin estaba muy enferma. A pesar de que despidieron a todos los empleados nuevos (creyendo que alguno de ellos estaba detrás de todo esto), no hubo ni un cambio, la señora Jin seguía débil y poco a poco empezó a caer en cama. Para suerte de ella, su fiel amiga, Madame Yu, la visitaba constantemente hasta ayer cuando repentinamente se desmayó luego de realizar su tan acostumbrado entrenamiento nocturno.

Regresando al presente, y con Jin Ling en las puertas del teatro "El Reino Impuro" (llamado así por ser antes un cabaré algo atrevido), fue recibido por su director y encargado Nie HuaiSang quién aprovechándose del talento (y facciones finas) de Jin Ling y el hecho que necesitaba una protagonista, lo acogió en su teatro con la condición de tomar su papel protagónico.

—Ya llegó por quien lloraban —exclamó Jin Ling al ingresar.

Usualmente él llegaba ya disfrazado como señorita, por ello no tuvo demasiados inconvenientes al asistir al Monte de la Geisha como mujer.

El tiempo en Qinghe había estado ayudándolo a superar su incomodidad porque final de día, vestir como mujer no significaba que sea una, ¿verdad?

—Llegas tarde —reclamó el mayor Nie algo molesto y nervioso, en unas horas iban a presentarse y Jin Ling ni siquiera había llegado al ensayo previo.

Nie HuaiSang era el único en todo el lugar que conocía la identidad de Jin Ling, por otro lado sus compañeros solían llamarlo LingLing cada que se referían a él.

—Estaba ocupado —respondió restándole importancia, a veces esta actitud molestaba a los demás, pero, siendo HuaiSang quien lo escuchaba poco le interesó su mal carácter—. ¿Y bien?

Jin Ling observó como el resto de sus compañeros organizaba en lugar dejando todo listo. Para él no había nada de qué preocuparse, todo parecía salir igual que en los tres anteriores espectáculos así que fue a terminar su repaso de guiones como si no hubiera pasado nada.

HuaiSang lo siguió hasta los vestidores.

— ¿Averiguaste algo? —preguntó luego de asegurarse que nadie más estuviese en el lugar.

—No exactamente, mi abuela —hizo una pausa y calculó sus palabras—, Madame Yu, se desmayó y si lo analizamos mejor, ella palideció en los últimos meses de la misma manera que enfermó Madame Jin.

Hubo un silencio extraño.

Ya no era sólo Madame Jin y Nie MingJue sino también Madame Yu.

《Es extraño, esas dos personas visitaban a Madame Jin muy seguido》

—Jin Ling -susurró, HuaiSang—, ¿Madame Yu fue ayer a la casa Jin?

—Así es, fue a tomar el té como todos los fines de semana por las tardes...

《Como todos...

¿Puede que...?》

—HuaiSang, ¿Que días y a qué hora iba Nie MingJue a la Casa Jin? —preguntó rápidamente.

—Pues cualquier día, cuando había tiempo —contestó sin pensarlo demasiado—, pero la mayoría de veces iba por las tardes entre las 5 y las 6.

《Justo a la hora del té》

—HuaiSang —el aludido se empezaba a sentir nervioso por tantas preguntas—, ¿tú y tu hermano viven juntos?

—Pues... vivimos en la misma casa pero casi no nos vemos, el pasa todo el día en sus entrenamientos o supervisando alguna cosa o dando capacitaciones a los nuevos miembros... además yo también paso todo el día aquí arreglando esto y aquello y...y...

—Argh, concéntrate —gruñó Jin Ling— HuaiSang, tengo la ligera sospecha que esto tiene que ver con Madame Jin y su bendita hora del té...

La hora del té era una ceremonia de todos los días en donde Madame Jin salía a los jardines y bebía alguna infusión acompañada de algún postre, esta práctica la realizaba desde que Jin Ling tenía recuerdos. Usualmente a esa hora Madame Jin contemplaba sentada desde el jardín a su hijo mientras jugaba con su nieto alegremente. Ahora sólo quedan los recuerdos de los días en los que fue completamente feliz.

Jin Ling regresó a la realidad con las preguntas de Nie HuaiSang cubriéndolo.

— ¿Por qué crees ello? ¿Mi hermano sólo enfermó por visitar unas cuentas veces a la señora Jin? ¿Entonces por qué Madame Yu resistió más?...

HuaiSang tenía razón pero decirle que era una corazonada más que hechos lo harían sentir como un tonto (más de lo que se siente al vestir como niña). Jin Ling quería ir de nuevo a la casa Nie, podría ser que en casa tomará algunas hierbas que también tomaban algunos de los implicados o que comieran algunos postres que tuvieran algún ingrediente que les hacían daño.

La extraña descompensación de Nie MingJue no fue exactamente lo que alarmó a HuaiSang, sino el intento de asesinato que recibió hacía varios meses cuando investigaba la muerte de Jin GuangShan. A HuaiSang jamás le gustó la vida policíaca o cosas por el estilo, a él lo llamaba el arte, y aunque a su medio hermano mayor no le gustaba, tuvo que ceder a final de cuentas porque HuaiSang era libre e independiente después de todo. Sin embargo, después de presenciar cómo intentaron asesinar a Nie MingJue, éste no podía pasar en alto cualquier cosa que lo dañara ligeramente.

Pero como no era la primera vez para Nie MingJue le restó importancia, a pesar que para HuaiSang era diferente de las otras veces y su sospecha en cuanto al motivo del ataque recaía sobre su investigación en la Casa Jin.

—Ya ensayé en casa, hagamos una práctica de las escenas importantes y vámonos —dijo Jin Ling antes de colocarse una peluca rubia.

Una ligera risa cubrió el lugar. Jin Ling regresó su rostro enojado al ver que el mayor se reía de él.

—Lo siento, Jin Ling —soltó de repente—, si al inicio hubiera sabido que viniste hasta aquí por tu "investigación" no te hubiese disfrazado de niña —Jin Ling arrugó más las cejas—. Vamos hombre, no te puedes enojar por algo como eso...

—Llevo cuatro meses aquí disfrazado de joven dama y me dices que ¡¿si hubieras sabido me hubieses librado de aquella humillación?! ¡¿Me estas jodiendo?! Llevas un mes sabiendo que estoy aquí por mi abuela y ¡¿Me dices eso?!

HuaiSang empezó a soltar carcajadas: — Es justo por esto que el papel de joven ama histérica te queda muy bien.

Sin más salió de la habitación agitando su abanico mientras sonreía sutilmente.

Quizá si podía confiar totalmente en Jin Ling.

Detrás del telón las chicas preparaban sus voces una vez más.

♤♡♢♧♤♡♢♧♤♡♢♧♤♡♢♧

Gran Maestro del Disfraz | Mo Dao Zu ShiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora