Tres

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-Eres una mierda- lo sé.

-Irás al infierno maldito marica- lo sé.

Los golpes venían de todos lados, para este punto ya estaba en el suelo. No esperaba que alguien me ayudara, solo esperaba que se aburrieran y me dejaran solo.

¡Marica! ¡Marica! ¡Marica!

Oía los gritos de los demás atenuados por el sonido de mi respiración. Desmáyate de una vez Luke, o mejor aún muérete ya.

Ya lo veía venir, estaba apunto de colapsar, mi visión empezó a oscurecerse, gracias.

Al fin.

-¿De qué te ríes marica?- dile que nada, dile que lo sientes.

-Me río de lo pequeño que debe ser tu ego como para que sigas con estas estupideces- genial, hazte el valiente Luke, ya sabes como termina esto.

-Repítelo te reto a que lo repitas estúpido- no lo hagas, no lo hagas.

-Mira, para tu mejor comprensión dije que tu ego es pequeño en pocas palabras acabo de insultar el tamaño de tu pene- joder que acabas de hacer.

La gente estaba al rededor de nosotros estaba mirándonos a ambos como si fuere un partido de tennis.

-Parece que como el buen marica que eres te interesa mucho el tamaño de mi pene ¿es que te preocupa? ¿Lo quieres?- oh dios no que asco.

Se oyeron risitas ahogadas por la emoción.

-Por mucho que me agraden los penes el tuyo, mi amigo nunca entrará en lo que se categoriza un 'buen pene'- bien hecho Luke, te acabas de ganar la paliza del siglo, no. La paliza del milenio.

No se como terminé en el patio ni como un atormentador se convirtió en tres. Ni si quiera sabía por que seguía levantándome. Y mucho menos por qué seguía luchando contra ellos, era inútil. Pero lo hice.

Ya me haría mierda yo solo en la oscuridad pero no les daría el gusto, no lo haría.

Desperté en el patio trasero. A juzgar por el sol debía ser un poco más de medio día. Llevaba horas aquí y nadie se había preocupado de donde estaba. Vaya sorpresa.

Me incorporé lentamente, si que estaba hecho mierda. Me palpé todo el cuerpo. Al menos no tenía nada roto. Pero seguro que era un moretón de pies a cabeza.

Tenía el labio reventado y la ceja fisurada.

Comencé a reír a carcajadas, tanto que mis pulmones se quejaron. Eres tan patético Luke, eres un auténtico pedazo de mierda.

La risa se convirtió en llanto. Sollozos que desgarraban mi garganta, recuerdo que la última vez que lloré así fue cuando mi mamá se murió.

Oh mamá ¿qué dirías si me vieras ahora?

「Mis demonios」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora