Hermione
Nos fuimos a nuestro departamento, pero no le dirigí a Ron la palabra en todo el camino. Era una locura lo que nos había dicho Draco. No quería que Ron se hiciera ilusiones, y después de aquella conversación, era lo que más temía. Draco estaba jugando y riéndose en nuestra cara, estaba convencida de ello. Lo que nos dijo no tenía sentido alguno. Si le decía algo a Ron, acabaríamos peor de lo que ya estábamos aquella noche. Él no entraría en razón y no quería que acabásemos mal, así que preferí, al menos, llegar a casa para intentar poder hablar en condiciones, mientras por el camino intentaba relajarme. Esto último era casi imposible. Estaba enervada. Aquel niñato quería burlarse en nuestras narices y parecía que yo fuera la única persona que se lo hubiera visto.
Antes de darme cuenta, ya estábamos llegando al departamento, lo que significaba que no podría prolongar mucho más nuestra charla.
Nos pusimos los pijamas en completo silencio, como si fuéramos dos personas completamente desconocidas. Intentábamos mirarnos lo mínimo posible. A Ron le pasaba lo mismo, intentaba prolongar nuestra conversación. Pero lo inevitable llegó.
―Tenemos que hablar... ―murmuró Ron sentado en el sofá, con la luz del pequeño salón apagada.
―Lo sé... ―murmuré dando un suspiro.
―Sé que no le crees, porque a decir verdad es difícil pero...
―No, Ron ―le detuve.
―¿Sí le crees?
―Claro que no. Pero no sigas por ahí. Tú mismo lo estás diciendo: es difícil de creer. Así que quédate con eso. Si es difícil de creer es porque no es posible ―intenté hacerle entrar en razón.
―Puede que sea improbable pero no imposible ―se encogió de hombros, con la mirada fija en el suelo.
―¡No se puede, Ron! ―Exclamé exasperada.
―El no se puede ya lo tenemos, así que, ¿qué más da intentarlo? Al menos por si acaso...
―Pero Ron, ¿no te das cuenta? Se está aprovechando de ti, de que has perdido a tu hermano. Te está utilizando. Y decir que es para burlarse de ti quizá sea lo más leve que pudiera hacer. No me creo que esa sea su simple finalidad... Puede ser una trampa.
―No lo ceo...
―¡Venga ya, Ron! ¿No lo crees? ¿En serio? Es Draco Malfoy, no es precisamente un angelito.
―Lo sé, pero eso no significa que por eso tenga que mentir... ―se encogió de hombros.
―Ron, por favor. Te estás agarrando a un clavo ardiendo, y es peligroso. No quiero que te pase nada, ¿no lo entiendes?
―Lo entiendo, pero si no lo intento nunca sabré si es verdad o no.
―Ya te digo yo que no es verdad, no necesitas probar nada ―sentencié.
―Es decisión mía, ¿no crees?
―Me parece muy bien que sea tu decisión, pero eso no implica que no te haga entrar en razón.
―Puedes intentarlo, pero no lo vas a conseguir ―se cruzó de brazos.
―¿Cómo puedes ser tan terco? ―Apoyé las manos en la cabeza y resoplé―. Será mejor que vayamos a dormir, seguramente mañana tengas las ideas más claras ―dije mirándole a los ojos.
―Mi pensamiento no va a cambiar por dormir, es más, ¿crees que sabiendo que tengo la posibilidad de salvar a mi hermano, pueda dormirme?
―Como quieras, yo sí me voy a la cama ―me levanté del sofá, molesta con él y me dirigí a la habitación.
Aquella noche Ron no durmió en la cama conmigo, se quedó en el salón. No pude conciliar el sueño en toda la noche, él creo que un poco.
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¿Y si salvamos el mundo?
FanfictionHabía pasado un año desde que la guerra en el mundo mágico terminó. Mientras todo volvía a la normalidad, Harry, Ron, Hermione y Ginny se embarcaban en nueva nueva y peculiar aventura: Vivir en el mundo de los muggles. Todo iba bien hasta que una...