Capítulo 18 ★

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02:00 AM

Le voy a hacer picadillo, de la forma más cruel posible. ¿Como se atreve? Llevarse a mí Ciel...voy a hacer que pague por todo lo que me hizo y dijo. No voy a dejar que se quede a Ciel para siempre.



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C- Buenos días mi amo-¡¿donde coño estoy?!

Ciel se despertó atado a una cama, con cuerdas que, cada vez que rozaban su delicada piel, le hacían cada vez más daño. El chico no llevaba prenda alguna.

C- ¡Alguien, ayuda!

Elizabeth llegó con un látigo en manos. Llevaba un vestido entero negro, con guantes que le llegaban hasta el codo.

E- Vaya, vaya, ¿ya te despertaste cariño? Que bien, estaba a punto de despertarte a besos.

C- ¡Elizabeth! ¿Pero qué haces? ¡¿Que hago aquí?!

E- Fácil. Serás castigado por tus pecados.

C- ¿Que?...¿y-y que pecados cometí?

E- ¡Casarte con un hombre a temprana edad y encima perder tu virginidad con él!

C- ¡Pero de igual forma eso me iba a pasar contigo! Además, solo seguí mi corazón.

E- ¡Ya esta bien!

La ojiverde extendió el látigo y, con fuerza, le dio a Ciel en el pecho.

C- ¡AAAAHHHH! -chilló de puro dolor el muchacho-

Lizzy tenia una macabra y asustadora mirada en su rostro. Llevaba una sonrisa de oreja a oreja, la cuál no desaparecía de su rostro nunca. Ella se fue quitando sus prendas, primero se desabrochó la chaqueta que llevaba. Se subió lentamente sobre Ciel, el cuál no sabía cómo reaccionar.

Con movimientos lentos, se fue acercando a su brazo derecho, y desabrochó el primer nudo, en seguida, hizo lo mismo con la mano izquierda. Así, llevó las manos del tuerto, el cual no llevaba su parche en ese momento, para hacerle tocar sus pechos.

E- Aprietalos.

C- Pero...si tú no tienes...

E- ¡Silencio! Vas a complacerme, o te voy a castigar -dijo apuntando el látigo en la mesita-

Ciel no podía hacer nada. Al menos no por el momento. Siguió lo que decía. Ciel le ayudo a quitarse el vestido. Le recorría todo su cuerpo con sus manos, pero no sentía nada. Lizzy tenía un cuerpo delicado,igual que el de él.

C- Lo siento Elizabeth, pero no siento nada al tocarte. Ni siquiera se me sube.

E- ¿Qué?...

C- ¡Que no me excitas nada!

E-  Entonces, voy a tener que tomar medidas drásticas...

Elizabeth empezó a tocar el miembro de Ciel con sus finas manos.

E- Te haré venirte, ni que nos quedemos aquí hasta que se haga de noche.

El chico de ojos color mar lo miro atónito. Empezó a pensar en quién le podía ayudar. No le quedaba alternativa.

C- Sebastian, ¡es una orden! ¡Sálvame y para a Elizabeth! -gritó de la nada-

Dos chicos y Un Amor (Yaoi/Alois × Ciel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora