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— Esta caliente.— murmuró el menor de los gemelos, YoungSoo tocó la frente de la Theta de nueva cuenta, la pálida soltaba un aroma desagradable para los guardias, pero los niños no sentían ese desagradable olor.

SunHee se subió con dificultad a la cama, gateando hasta quedarse al lado de la Theta, posó en su frente un pañuelo que estaba completamente mojado pero no pareció molestarle a MoonByul pues soltó un jadeo al sentir la fría tela contra su caliente frente.

YoungSoo bajó de la cama y corrió hacia la puerta de acero, golpeo ésta con todas las fuerzas que sus pequeños bracitos le permitían, gritaba repetidamente un «Ayuda» esperando que alguien esta vez le hiciese caso; no pasó mucho puesto que la puerta se abrió dejando ver a Zico, YoungSoo rápidamente se hecho para atrás y su hermana se puso de rodillas en la cama estando alerta.

— ¿Por qué tanto escandalo?.— le pregunto al menor que tenía enfrente, Young tímidamente apunto a la cama en donde MoonByul se encontraba, el Alfa dirigió la mirada a donde apuntaba, soltó un suspiro cansado.— ¿otra vez le dio fiebre? ¿Pero por qué? Si te cuidamos bien.— sonrió con ironía.

— Cierra la boca pedazo de mierda.— gruñó la pelinegra desde su cama sin abrir los ojos, su tono de voz fue grueso e intimidante, como si hubiese usado la Voz De Mando. Por lo que SunHee se asustó escondiéndose entre unas almohadas. — Lo lamento princesa.— le murmuró a la menor mientras alzaba su mano esperando que fuese tomada por la castaña con tonos grises, lo cual si sucedió.

— Por favor, ayudela.— le pidió Young al Alfa que no se había movido de su lugar, JiHo miró con indiferencia a los menores y a Moon.

— ¿Por qué debería de hacerlo? Sino la ayude antes, no lo haré ahora.— estaba apunto de darse la vuelta pero su pantalón fue agarrado por el mismo niño de cabello grisáceo.

— Hagalo, por favor.—

JiHo miró fijamente a YoungSoo, sintiendo un aire familiar en él, eso le hizo gruñir, no quería sentir empatia por los mocosos, pero le recordaban tanto a esa persona.

No pudo resistirse a esa abrumadora sensación, por lo que tuvo que aceptar lo que el menor pedía, se soltó el agarre del cachorro, y caminó hacia la puerta.

— Unos médicos vendrán para verte.— fue lo último que dijo antes de salir cerrando la puerta de un golpe.

YoungSoo corrió hacia donde estaba su hermana y MoonByul, abrazó a su gemela mientras ambos veían como la Theta se incorporaba lentamente, retirando el pañuelo de su cabeza, les sonrió a los cachorros acariciando sus mechones de cabello.

Realmente se parecen a ella.

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TaeHyung sostenía en sus manos una pistola, lo tomaba con dos manos mientras disparaba a los señuelos que tenia enfrente, dando una y otra vez al blanco, después lo hizo con una mano. YoonGi lo miraba desde la esquina, de igual manera con una pistola en sus manos, ellos se encontraban en un tipo gimnasio en donde podían entrenar un poco con las armas y algo de defensa física, TaeYeon y Lisa también estaban ahí, pero se encontraban al otro extremo.

TaeHyung dejó el arma a un lado, su mirada se dirigió a donde estaba YoonGi, quien seguía sin quitarle la mirada encima, el pálido le hizo una señal para que se acercara, el Omega caminó sin dudar hacia él; cuando estuvo cerca, su cintura fue encerrada por los brazos del Alfa, quien lo apegaba más a su pecho.

— El color rubio se esta yendo.— murmuró el mayor mientras con una de sus manos acariciaba las raíces castañas del menor. TaeHyung soltó una risa mientras ponía su mentón en el pecho ajeno y acariciaba las puntas del cabello de YoonGi.

— Igual el color negro.— de nueva cuenta se escuchó una risa ahora de parte del Alfa, no volvieron a intercambiar palabras, sólo estaban ahí, abrazándose, se decian nada y a la vez todo, sus lobos se entendían sin necesidad de palabras, al igual que los humanos.

TaeYeon soltó un suspiro, dejando en la mesa algunas cosas que traía consigo, como por ejemplo una navaja.

— ¿Cansada?.— le preguntó la Alfa.

— Enojada.—

— Yeon, encontraremos a tu hermano y sabremos en donde están los cachorros.— quiso reconfortarla pero la Beta sólo hizo una mueca.

— Ambas, los cuatro, sabemos que no es fácil, ni con la ayuda de Cole podemos saberlo, es como si hubiese desaparecido, como si...—

— ¿Como si se hubiese ido a otro lugar?.— completo la pelinaranja por ella, TaeYeon miró a la Alfa y después a la pareja.

— No creo que realmente haya sido capaz de irse a otra ciudad o país ¿Verdad?.— la Beta tronó su entumecido cuello, mientras que Lalisa alzaba los hombros.

— Viniendo de tu hermano lo creo todo.—

La castaña quiso responderle pero dos teléfonos sonaron al mismo tiempo, el de ella y el de YoonGi, sus acompañantes mantuvieron la vista en ellos. Igual el Alfa y la Beta intercambiaron algunas miradas, tal vez era una coincidencia.

Cada uno contestó su celular correspondiente.

—JooHeon...— la Beta se notaba claramente sorprendida, no esperaba recibir una llamada del mejor amigo de su hermano. — ¿A qué se debe la llamada?

Odio tener que hacerle esto a tu hermano pero te daré una pista de en donde pueden estar los cachorros Min.—

Por otra parte YoonGi recibía una llamada de su primo. — JungKook... ¿Qué sucede?.—

YoonGi, perdón si interrumpi algo, pero tienes que saber esto.— la voz del Alfa se escuchaba agitada, como si estuviese corriendo.

— ¿Qué es?.—

Parche les está viendo la cara, YoonGi, estoy casi seguro que Zico, ya no esta en Texas, o eso me da a entender la imagen.— otra vez vibró, alejó su teléfono para ver dicha imagen, su corazón latió rápidamente al igual que el de su pareja quien estaba escuchando toda la conversación. Eran sus cachorros, estaban acostados en un pasto, al parecer durmiendo, pero al fondo se veía una carretera junto con unas señales algo borrosas. —Te prometo que intentaremos saber en donde puede estar. Hasta no estar seguros no se vayan de ahí, y sobre todo cuidense, por favor, primo.— y con eso la llamada dio fin. Tomó la mano del Omega y caminaron hasta donde las chicas estaban quienes igual se dirigían a ellos.

— ¡No están en Texas!. — YoonGi y TaeYeon hablaron al mismo tiempo.

— JooHeon me dijo que era un estado no tan cerca de Texas, que se encontraba a las orillas del país. —

El pálido fruncio su ceño, ¿orillas del país? Podía ser con la frontera de Canadá, de México o incluso a la orilla de los océanos.

— Hay que ponernos a trabajar.—

+La familia del Gangster+ [YoonTae] BOOK 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora