Mujer Bruja 🔮 #Warmi

Capítulo 1

Acabábamos de salir de la academia, después de estar 3 meses dentro, completamente aislada del exterior y tan solo teniendo contacto con las pocas personas que podíamos hablar que asistían a las galas. Habían sido 3 meses bastantes duros, alejada de personas especiales. Con estas personas especiales pensaréis que me refiero a mi familia y a mi pareja, pues no.

A ver, no me malinterpretéis, les he echado de menos, pero hay una persona a la que he echado más en falta.

- ¿Qué tal llevas la salida, amiga? - preguntó Miriam.

- Bueno, la verdad es que aún no he encendido el móvil porque paso de líos en la cabeza ahora mismo, prefiero emborracharme.

- Dí que sí, mañana cuando nos levantemos con la resaca de esta noche ya veremos qué pasa.

- ¿Habéis visto a Mimi? - pregunté algo nerviosa.

- Creo que está en la barra pidiéndose algo. - respondió extrañada con una ceja alzada.

Estábamos en la fiesta después de la final, en un sitio que daba muy mal rollo, y, aunque debía de estar alegre y emborrachándome porque joder, había quedado quinta en un concurso donde no pensaba pasar de la gala 4, no conseguía concentrarme. Os preguntaréis por qué, pues porque Jadel y yo habíamos tenido una discusión antes de la fiesta. Se puso muy pesado con el tema de Mimi y al final pasé de seguir hablando con él.

Estaba dispuesta a hablar con ella, necesitaba arreglar las cosas, después de lo que me había contado Jadel estaba bastante perdida, ya que no sabía qué había pasado fuera. Jadel me había contado cosas, cosas que me parecieron una locura, pero... ¿Y si eran verdad? Cuando me dirigí hacia ella, sentí que me cogían del brazo.

- ¿En serio piensas irte con ella después de estar 3 meses sin vernos?

- Jadel, de verdad, déjame en paz. - dije bastante mosqueada.

- Jajajaja, estarás de coña, ¿no? - se estaba riendo en mi cara.

- No.

- Ya sabes lo que pienso. – dijo algo enfadado.

- Pues muy bien por tí, ahora, si me dejas, iré a hablar con mi amiga. - dije mientras me encaminaba hacia la barra.

Seguí caminando, aunque poco decidida. Vi a lo lejos una larga melena rubia, inconfundible, aunque algo cabizbaja, cosa que me extrañó. Entonces me acerqué a ella por detrás.

- Hola, Mimi.

- Banana... - su mirada con los ojos hinchados y rojos de llorar me hizo venirme abajo.