Capítulo 9

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Oí unos pasos. Abrió la puerta. Se quedó completamente con la boca abierta. En ese momento solo pude pensar en lo preciosa que estaba. Así, casual, con su pijama de conejo, su moño mal hecho y sus gafas.

- Banana...

PUNTO DE VISTA DE MIMI (HORAS ANTES)

Ya sé lo que me ha dicho Ricky. Que no me preocupe. Pero, joder, ¿cómo no me voy a preocupar? Llevo una semana sin saber nada de ella, pasa de mis mensajes y de mis llamadas. No quiero, pero estoy empezando a cabrearme. Es que, joder, si no quiere verme, que me lo diga, que no es tan difícil. Ya soy mayorcita como para poder afrontar el hecho de que me digan que no. Y, bueno, después de mi trayectoria con Ana, tampoco es que me esté esperando que quiera casarse conmigo, vamos.

Eran ya las 10 de la noche y cansada de esperar, quité el Wifi y dejé el móvil en la mesita que tenía al lado del sofá. Me quedé un rato sentada mirando al aguacate enorme que tenía en la pared, aquel que dibujó Ana meses atrás. Que sí, que solo era un aguacate dibujado en una pared, pero era nuestro

aguacate.

Decidí hacerme unos fideos para cenar, de estos que solo tienes que ponerles agua calentita y se hacen en 5 minutos. La verdad es que tenía el ánimo un poco bajo y lo que menos me apetecía en este momento era ponerme a cocinar. Sé que era una mierda de cena, pero bueno, es lo que hay.

Cuando acabé de comerme los fideos, vi la pantalla de mi móvil encendida. No podía ser.

(Llamada entrante de Ana Banana)

Joder. ¿Qué coño quería? A las... 11 de la noche. No sé qué quería, pero no se lo cogí. Lleva ella una semana pasando de mi completamente, creo que tengo derecho a poder no contestarle cuando se digna a dar la cara. Bueno, la cara tampoco, una llamada.

Mi móvil volvió a sonar dos veces más.

No se lo cogí.

¿Y si había pasado algo? A lo mejor por eso insistía tanto... Me dispuse a cogerlo a la tercera vez, pero ya había colgado.

Pasé completamente y me puse mi pijama de conejo, aquel que era tan calentito. Me hice un moño cutre y despeinado, total, no tenía pensado salir de casa. Me senté en el sofá y ahí me quedé metida en una manta mientras veía una peli cutre que hacían en Antena 3.

Sería medianoche cuando escuché el timbre. Pero no solo una vez, sino tres. Pensé que a lo mejor era Ricky, aunque a estas horas era un poco raro porque me había dicho que iba a salir por ahí con Kibo a tomar algo.

Me levanté y me dirigí a la puerta.

Y ahí estaba ella.

Tan bonita como siempre.

PUNTO DE VISTA DE ANA

- Banana...

Me lancé a sus brazos nada más verla. Era lo que más necesitaba en ese momento, un abrazo de los suyos. Cerré los ojos y comencé a llorar. No podía parar. Mis sollozos no tenían fin. Ella, algo perdida respecto a la situación, pasó uno de sus brazos por mi cintura mientras con el otro cogía mi cabeza, acariciando mi pelo. Yo me abracé a ella con todas mis fuerzas y me aferré a su pijama mientras sollozaba. No sé cuánto tiempo estuvimos así. Pasaron minutos.

- Estoy aquí, Banana. - dijo acariciando mi pelo. - Shhh... No me marcho, te lo prometo. Me tienes aquí.

Tras escuchar esas palabras, mi sollozo se intensificó más aún si era posible.

Mujer Bruja 🔮 #WarmiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora