Capítulo 7

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- Dame unos días, Mimi, solo unos días.

- Lo que tú necesites reina. - dijo antes de dejar un beso corto en mis labios.

Nos metimos en la cama, las dos ya con nuestras camisetas anchas puestas y yo, como siempre, me acomodé en su pecho, rodeando su cintura con mi brazo y dejando un pequeño beso en su abdomen.

- Te quiero, Ana.

- Y yo a tí, bonita.

Poco a poco nos quedamos dormidas. Estaba con ella. Estaba en casa.

Me desperté completamente desorientada. ¿Dónde estaba? Y... ¿Cuánto bebí anoche? Porque menuda cogorza pillé anoche, vaya. Entonces me dí cuenta de que estaba abrazada a alguien, olía tan bien... miré hacia arriba con los ojos entre abiertos, ya que entraba un montón de sol por la ventana y me estaba quedando ciega si lo sumábamos con mi dolor de cabeza, y ahí estaba ella, con la boquita entre abierta, durmiendo plácidamente. No pude evitar quedarme mirándola, y rezando por que no se despierte para que no piense que estoy loca y la observo mientras duerme. Entonces volví a recostarme y dejé un beso en su hombro, ya que esta vez había puesto mi cabeza en su cuello, se estaba tan calentito...

Volví a quedarme dormida en sus brazos.

Al cabo de unas dos horas, sobre las 11, escuché un sonido de fondo, era mi móvil. Abrí los ojos algo cabreada ya que estaba durmiendo profundamente en el quinto sueño ya y fui a cogerlo. Nada más ver el nombre de la persona que me estaba llamando se me fueron las pocas ganas que tenía de cogerlo, la verdad, pero más me valía cogerlo con la hora que era.

- Dime.

- Ana, ¿dónde coño estás? ¿sabes que son las 11? - dijo Jadel bastante cabreado.

- En casa de Miriam, anoche te noté algo alterado por teléfono y ya era muy tarde así que me he quedado a dormir aquí.

- Pues un mensajito no habría estado mal, la verdad, estaba preocupado.

- ¿Preocupado? ¿Tú? - me eché a reír. - anoche no es que se te viera muy preocupado cuando me gritaste por teléfono, la verdad.

- Ana, tienes que entenderme, no me hace gracia que vayas con esa.

- Pues no, no te entiendo, y "esa" tiene un nombre, Jadel.

- Ana, que me da igual, ven ya a casa.

- ¿Para seguir discutiendo?

- Ana tenemos que hablar las cosas, no estamos bien.

- Y tanto que no estamos bien, Jadel. Esta tarde voy y hablamos, porque paso de tener esta conversación por aquí.

- ¿Esta tarde? - dijo sorprendido.

- Tengo trabajo antes, Jadel, luego hablamos.

Y colgué. No tenía trabajo, claramente era mentira, dime tú qué pintaba yo un sábado en el estudio. Pero necesitaba ir a hablar con alguien antes que ir a casa, estaba empezando a aclararme las ideas poco a poco y necesitaba una opinión externa, obviamente de este tema no iba a hablar con Mimi...

Entonces me di cuenta de que Mimi ya estaba despierta, y, bueno, tenía pinta de que había escuchado toda la conversación. Estaba adorable mirándome con los ojos entre abiertos mientras se restregaba el puño en uno de ellos recién despierta.

- Ay, ¿te he despertado? Perdón... - dije cuando dejé el móvil encima de la mesita de al lado de la cama.

- Tranquila, no pasa nada. ¿Qué ha pasado?

Mujer Bruja 🔮 #WarmiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora