Parte 31

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Creo que decir que el cuerpo me dolía poco era una mentira grande.

Todavía no recordaba lo que había sucedido, más que un golpe directo a mi cara. No sentía nada más que mi cabeza punzante.

Sentía algo frío correr por mis fosas nasales, y en mi labio superior. Sentía que no podía mover ni un solo dedo sin gritar de dolor.

¿Dónde estaba? ¿que había pasado?

No recordaba nada. Mis palmas trataron de tocar lo que sea a mi al rededor.

"Oh, ya despertaste" Escuché la voz conocida de Steeve.

Mis lágrimas quemaban en mis mejillas, mi garganta ardía y me costaba abrir los ojos.

"Te ves hermosa, a pesar de la sangre" Dijo divertido e hice mi mayor esfuerzo para abrir los ojos.

Estaba en un auto, me voltee a la izquierda y vi a Steeve conduciendo. Yo tenía el cinturón de seguridad casi a ahorcadas y mis manos estaban amarradas.

"No..." Fue lo único que salió de mi desgarrada garganta.

"Shh, shh. No quiero hacerte más daño" Acarició mi muslo

Trate de hacerlo a un lado pero mis pies golpearon con botellas, botellas que estaba segura que eran de licor.

"No, Stev. No" Era lo único que podía formular.

El carcajeo, traté de acomodarme en mi asiento. Mis pies también estaban amarrados.

No tenía fuerza de nada, absolutamente nada. Apenas y podía respirar.

Entré en pánico luego de que todo me vino como balde de agua fría. Ahora recordaba todos los golpes y patadas. Los gritos y un golpe final que me había puesto a dormir.

"No, no, que haces, Steeve, que haces" Pedí mientras que sacudía mis muñecas que estaban amarradas a mi espalda.

"Tú eres mía o de nadie, ya lo dije" Me miró y analizó mi cuerpo de una manera depravada.

Empecé a llorar más fuerte, esto era todo para mí. Trate de sacudir mi cuerpo con fuerza. Esto no puede estar pasandome.

"Te dije que no te dejaría fácil" Volvió a hablar. "Que dolor que te hayas ido de mi, cuando te decía que te quería"

"Tú manera de querer es dudosa" Añadí con sarcasmo.

No podía hacer mucho, mis manos amarradas con cinta, pies amarrados con cinta, el cinturón de seguridad. Vidrios polarizados y estaba físicamente agotada.

"Cállate" Espetó. "Mi amor era para ti, todo para ti y no te interesó" Fingió estar triste, pero luego largó una carcajada. "Te voy a llevar a casa y verás que viviremos como la pareja que esperé siempre" Sonrió y más lágrimas pasaron por mis mejillas.

"¡Déjame ir, Steeve, por favor! Será mejor para ti. Juro que no diré nada si me dejas escapar" Lloré y el negó.

"No soy estúpido, linda" Bufó y suspiré.

"Steeve déjame" Pedí.

Sabía que no lo haría, obviamente no lo haría. Estaba decidido y se veía decidido.  Quería escapar de ahí, quería tirarme a las vías para poder salir corriendo, pero sabía que eso no iba a ser posible en ningún sentido. Sentía que estaba atrapada y que mi futuro ha estaba sellado.

"¡Cállate, maldita sea!" Me gritó

"¡Maldito idiota, déjame ir!" Grite llena de impotencia.

"Te dije que serías mía" Murmuró con rabia.

"¿A DONDE CREES QUE ME LLEVARÁS?" Grite aún más fuerte. "¡LAS VAS A PAGAR BIEN CARO!" Bufo como si lo que dije fue una broma.

No sabía qué hacer ni que decir. Asegurar que estaba muerta era poco para lo que sentía. Mirar a Steeve de reojo y darme cuenta del demonio que llevaba por dentro y no me había dado cuenta.

No podía hacer más que sorber mi nariz y esperar a que todo esto fuese un mal sueño. Uno de los que sueñas que caes, y justo cuando impactas contra el suelo, despiertas. Pero sabía muy dentro de mí que no iba a ser así, el momento en que impacte en el suelo, será todo para mí.

"No sabes lo que haces, déjame, Steeve. Juro que no diré nada" Solloce

"No trates de engañarme, ya lo haz hecho muchas veces" Espetó. "Esa linda cara, que aún magullada trata de hacerme sentir bien, no servirá" Me miró por unos segundos y se mordió el labio cuando sus ojos quedaron en mis piernas descubiertas por el short de pijama que tenía

"No te engaño, es cierto" Otra lágrima corrió mi mejilla. "Quiero- no quiero que nada malo me pase, y te pase" Trate de sonar sincera.

Pero no, seamos honestos. Quería que el mar de las pesadillas de cualquiera lo ahogara y lo hiciese sofocarse en su maldita desgracia.

"No te creo" Suspiró

Quedé silenciada al ver que quizás, aquí era donde mi historia podría tener un final.

"¿Sabes? El otro día vi al patético de tu novio" Se mofo y yo fruncí el ceño.

"¿Novio?" Fue lo único que pregunté. Y el me miró y giró los ojos

"Si, tu novio. El intento de cantante" Escupió, como si mi día fuese peor, simplemente me hundía en los recuerdos y en el pasado que resonaba en las paredes del auto. "No trates de ocultarlo, se lo que pasó"

"El- el no era mi novio" Dije con un sabor amargo en los labios.

"No digas mentiras, Cassie" Sus palabras salieron limpias y atractivas, pero no de la manera que alguien normalmente quisiera escuchar. Eran palabras que me resultaban como contemplar un cuchillo recién afilado, brillante a la luz del día.

El pasó su mano por mi muslo y lo acarició, para luego estrujarlo de una manera que dejó sus manos marcadas con un color rojizo en mi piel.

Alejé mi pierna y el ladeo su cabeza sonriente, feliz por la situación, feliz de haberme hecho lo que quiso conmigo, feliz de mi desgracia, feliz de lo infeliz.

¿Y qué más podía hacer que esperar que algo piediera sacarme de aquí?

"En fin, lo saludé, es un hombre agradable" Escuché la burla en sus palabras. "Lo encontré en el bar donde trabajabas" Añadió y trate de distraer mi mente mirando hacia los árboles del camino. El no me interesaba ahora. "Y vaya que me hacían falta dedos en ambas manos para contar los tragos de whisky que tenía encima" Se burló. "Espero y un día de estos se ahogue con el alcohol" Finalizó burlón y yo bufé divertida, captando su atención

"Espero y tú te ahogues un día con todas estas botellas" Patee con dificultad los elementos de vidrios a mis pies.

El aumentó la velocidad como un acto de berrinche y me miró

"No te portes mal, que si crees que ha pasado lo peor estás equivocada" Rió

Y gracias a eso, mi espina dorsal dió una corriente eléctrica a todo mi cuerpo.

Volví a llorar, pensante en lo que había pasado estos últimos días, y mi alma lloró hasta lo último.

Me sentía tan bajo, que sentía que ni el mismo todopoderoso podía salvarme de esta, y no era que era devota o creyente, pero sentia que está situación estaba escondida en los recónditos lugares donde no la mano de Dios no podría intervenir.

Solo necesitaba un golpe, pero no uno de suerte. Si no uno que acabe con la herida abierta en la que me he transformado.





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Weeee, estamos cerca del final 8)

Faltan quizás dos capítulos. O uno, depende de qué tanto me inspire. No lo sé. Pero eso sí, ya estamos cerca del final, ya veo la luz al final del túnel.

Muchas gracias por las 🌟 y los comentarios 💓

dear agony »benjamin burnley »breaking benjaminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora