Parte 34

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Los días habían pasado de una manera tortuosa y dolorosa. Estar internada en un hospital desde hace una semana no era una meta de vida que pensaba cumplir, los moretones en mis costillas, las marcas en mis brazos y tobillos, los rasguños que adornaban mi piel bronceada era lo único que destacaba de mi ser.

Estaba destruida y la idea de acabar con todo lo que había construido mi mente esos últimos instantes en los que estuve bajo merced de Steeve aún seguían en pie, porque mi vida ahora se basaba en cosas monótonas y sin gracia.

Steeve había muerto ese día, justo como lo había hecho mi hermano. Su cuerpo salió del parabrisas, causándoles dolorosos daños en su piel y cráneo, y para colocar la cereza del pastel, tuvo muchos traumas a causa de su aterrizaje en el árbol en el que había chocado.

Liss me había convencido no una, si no millonésimas veces de levantar cargos en contra de Ian, por obstruir a la justicia con su corrupción en cuanto a encubrir a Steeve de sus hazañas contra mí. Sin embargo, algo en mi ser hacia que nada me importase, absolutamente nada, simplemente quería cerrar los ojos y no pensar en nada más que en un vida dónde el último mes no estuviese presente.

" Cassie..." la voz de mi mejor amiga sonó por la habitación al entrar. Ella traía una bandeja con lo que había pedido, un desayuno saludable que no me brindaba el hospital. "Traje tu ensalada de frutas" ella sonrió e hice un ademán con mi mano para que pasara adelante.

Sin embargo, ella en vez de cerrar la puerta, la dejó abierta, dejando a relucir mediante la abertura las pasillos desolados del hospital.

Mi humor iba en picada, ya no sonreía y se podía decir que ahora estaba reluciendo la peor parte de mi, no solo en privado, pero también frente a todas esas personas que nunca me habían visto llorar.

Mi mente formulaba escenarios y distintos tipos de conversaciones en donde yo podía terminar con el dolor que estaba carcomiendome por dentro. Porque a la final, yo ya estaba lista para irme. Y no solo por el hecho de todo lo que pasaba con Steve, pero también en las situaciones en las que me veía involucrada.

Estaba rodeada de cosas buenas que no influían directamente en mi. Inclusive cuando estaba feliz por esas personas, no estaba feliz por mi. Porque por fin Liss se casaría con su novio, mi trabajo era grandioso y me había deshacido –en ese momento– de dos personas que habían añadido toxicidad a mi vida. Pero las partes malas siempre florecían.

Y era por eso que sabía que cuando Liss se casará, inclusive antes, me dejaría sola en casa, estaría con su novio y pasaría más tiempo con él, mi trabajo a pesar de ser bueno, es solitario, y todas esas amigas que tenía en el bar no equivalían a las chicas que me acompañaban en mis arduas horas de trabajo. Y ambas personas, de las cuales una pensé que de verdad me quería, eran aquellas con las que me había mostrado desnuda anímicamente y ahora, ninguno estaba.

Estaba sola.

"Gracias, Lissie" hablé para acomodarme con dificultad en la camilla evitando lastimarme con la intravenosa.

"¿Te sientes mejor, C?" su pregunta fue esperanzada, quizás pensado que sería como las otras veces, dónde yo contestaba cortésmente, de una manera corta y ella simplemente se rendía a mi silencio.

"Si, estoy bien, tranquila" sonreí a medias, o eso pensé yo que hice.

Ella negó y pasó la mano por su cabello como si de quitar su frustración se tratase.

"Sé que no lo estás" ella musitó y la ignoré con todo el poder que tenía. Ella era mi mejor amiga, pero el silencio se mantenía conmigo desde tiempo, y no lo iba a dejar. "Déjame decirte, que aunque pienses que estés sola, que sé que lo haces, no lo estás, ¿de acuerdo?" Ella tomó mi mano y la estrujo "Yo estoy aquí..."

dear agony »benjamin burnley »breaking benjaminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora