Parte 19

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¿Qué tal te parece si es azúl? Traté de hayar una repsues a la inquietud de Alissa.

¡No! ¡Vamos! Esos esos zapatos se verían horrible en azúl. Chisteó y suspiré.

De acuerdo, buscaré en otra tienda. Me rendí ante sus peticiones.

Alissa me había pedido un par de botas, mientras que yo compraba las mías, pero por alguna razón, las botas que ella quería ya no estaban. Liss estaba atareada con su trabajo de recepcionista en un hotel, por lo que sus turnos eran completos y no me pudo acompañar.

Sin embargo, disfrutaba de mi soledad, con las bolsas de compras, un café con leche en mi mano y mis audífonos puestos. El centro comercial era grande y habían increíblemente muchas personas. Pasé por la última tienda de zapatos que estaba dispuesta a recorrer y vi los zapatos que Liss quería.

"¡Por fin!" Dije para mi misma con una sonrisa en cara. Entré a la tienda y ojeé más zapatos.

"Hola, ¿puedo ayudarla en algo?" Me dijo la empleada risueña.

"¡Si, por favor! Quisiera esos zapatos de allá en blancos, y en talla 6" Dije amablemente y ella asintió. Me acerqué al aparatejo de vidrio y seguía viendo los zapatos.

Le envié un rápido mensaje a Liss que había conseguido los zapatos. La chica llamó mi atención y me despegué del aparatejo para ir a pagar, sin embargo, algo me sacó de mis pensamientos cuando me devolvía para salir de la tienda.

En medio del pasillo estaba la persona que menos quería ver; mi madre. Casi dejé caer la bolsa, pero mi mente hizo un click y sabía que tenía que salir antes de que me viese. Pero fue muy tarde, nuestros ojos se encontraron y ella sonrió hacia mi.

Estreché mi mandíbula y abrí los ojos.

"Dios, castígame" Susurré para mí misma, ella empezó a caminar hacia mi, pero emprendí mis piernas al lado contrario, huyendo de ella.

Sabía que seguía atrás de mi, asi que como camino rápido, me dirigí a la salida de emergencia. A este punto ya estaba corriendo, por el largo estacionamiento para ir a mi auto. No quería mirar atrás, no quería hacer otro contacto visual con ella.

Entré a mi auto y justo cuando lo iba a encender, los toquidos en la puerta se intensificaron, me volteé solo par averla a ella.

"¡Linda, por favor abre!" Me dijo tocando una y otra vez. Bufé fuertemente y quise ignorarla. "Linda..." Volvió a decir, ya había pasado por esto más de una vez. Cuatro, para ser precisas.

Estreché los ojos y abrí la puerta, ella me dio espacio para bajarme, casi de inmediato abrió sus brazos y me estrechó en ellos, yo permanecía con mis brazos a los lados.

" ¿Qué haces aquí? ¿por qué no me dejas tranquila ya?" Me zafé de su agarre.

"Lauren, linda" Pasó su mano por mi cabello.

"Acacia, me llamo Acacia" La corregí al escuchar mi nombre de pila salir de su boca.

"Te llamaré como yo te puse" Me dijo con cierta carisma.

"Y es exactamente por qué lo cambié" Me mantuve regia. "Responde, qué haces aquí, y porqué estás vestida así" Obligué y resalté el hecho de que lucía como una vagabunda prostituta.

"Te estuve buscando, porque quería arreglar las cosas contigo, linda" Sonrió y yo negué con la cabeza.

"Qué quieres en serio" Reproché.

"Es en serio, linda" Insistió. "Te estuve buscando, fue muy difícil llegar a ti, pero por favor, solo quiero que volvamos a ser familia de nuevo" Tomó mis manos.

dear agony »benjamin burnley »breaking benjaminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora