4. Primera espora Flood

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En una amplia plaza del pueblo Harvest, varios aventureros natales de aquí se encontraban haciendo una formación defensiva, mirando en una dirección con todas sus armas apuntadas.
Entre ellos, había un joven guerrero en armadura de cuero con dos dagas en sus manos. En su cuello colgaba una placa de bronce, y su rostro mostraba una valiente mirada.

El joven, recientemente unido al gremio de aventureros, estaba por emprender su primera misión después de oír las historias del mejor aventurero que había salido de Harvest, en el mismo orfanato que él.
Sin embargo, los gritos de los pobladores, y la alerta del ataque a su aldea, hicieron que se diera la vuelta, y se prestara a ayudar en todo lo que podía. Siendo llamado a la formación de defensa mientras los aldeanos evacuaban.

No sabía cuál era el peligro, ni quienes los atacantes. Pero estaba convencido de que todos los aventureros que se habían reunido aquí, para proteger su hogar. Aplastarían a todos los invasores fácilmente con un trabajo en equipo. Mas aún si en este momento se encontraban también en el pueblo el esgrimista de rango platino, y el guerrero de rango plata.
Nada sería problema para los defensores de Harvest.

Todo estaba en silencio. No había rastro de vida en los alrededores.
Esto puso una sensación de confusión y desentendimiento en los rostros de los novatos, pero al resto de los luchadores experimentados sólo les causó malestar, y provocaba que afinaran sus sentidos.
Tras un rato así, a lo lejos y con eco en los callejones. El sonido de un tumulto de sabuesos empezó a hacerse presente. Todos los aventureros se pusieron en alerta en dirección al ruido, y esperaron a que llegaran a su formación.

A medida que los ruidos se acercaban, fueron aclarándose, lográndose distinguir varios sonidos cómo; chillidos, gruñidos, turbios golpes a las paredes y el cojeo y arrastre de varios pies.

Todo eso llenó el corazón de los aventureros con una incertidumbre y fuerte frustración, al no poder ser capaces de identificar al tipo de bestia que venía al parecer en manada, hacia ellos.

Cuando escucharon los alaridos doblando en la última esquina, y sabiendo que faltaban sólo paredes para que los invasores llegaran hasta ellos. Se dieron cuenta de un último detalle, mezclados con todos los ruidos antes oídos, se podía distinguir muy vagamente el sonido de gemidos humanos combinados con los rugidos de una bestia con aguda y chirriante voz.

Entonces finalmente llegaron a la plaza, en estampida, descontrolados los invasores corrían directamente a la linea de defensa. Excediendo por mucho todas las expectativas de los defensores, con grisácea piel y apariencia de cerebro-bicho. Ninguno de los aventureros se imaginó ni por un segundo que existieran criaturas así, mucho menos que las tuvieran que enfrentar por defender su hogar.
Los horribles y apestosos engendros embistieron con agresión desmedida en un ataque casi suicida contra los escudos y armas de los aventureros.

El hedor que desprendían y los escalofríos que provocaba el mirarlos, ya hacia muy difícil el tener que enfrentarlos. Los aventureros mas veteranos de la formación fueron los que tomaron posición en la primera linea. Y con sus grandes escudos, espadas y hechizos ofensivos bloquearon el avance de los monstruos, o eso querían... Ya que al tener una cantidad que parecieran tan bastos como una corriente de río, varios de ellos lograron escabullirse o saltar, rompiendo la primera fila y obligando a todos los aventureros a luchar desordenadamente en aquella plaza.

El joven aventurero de rango cobre, intentado ignorar las nauseas y el pánico que causaban, encaró a uno que se dirigía a él.

"Hojj, joo.. ¡Oh!" el joven hacia todos los movimientos que conocía para intentar distraer al monstruo y así atacarlo. "¡Aa- Jahh!" pero el cerebro no consiguió ser engañado, y atacó directo a la cara.

Overlord: THE FLOODDonde viven las historias. Descúbrelo ahora