Capítulo IV: El extranjero, otra vez

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Allí estaba Carlos viendo como Julia y Noelia se despedían de Dave tratando de poner su mejor cara y evitar ponerse a llorar como una magdalena. Porque era muy real...MUY REAL que en unos minutos su mejor amigo (o lo que fuera en ese momento) se iba a ir por lo que le parecía DEMASIADO tiempo y tenía miedo, mucho miedo.

-Carlos.- le habló Noelia diciéndole con la mirada que no fuera cobarde y se despidiera de Dave como se debía.

El chico se acercó lentamente mientras Julia se separaba de Dave dándole un beso en la mejilla. –Y te cuidas eh, que te conozco y no quiero que te la vivas enfermo.

-Vale mamá.- contesto Dave de forma irónica.

-Idiota.- le dijo Julia girando los ojos.

Ambos rieron pero en eso Carlos estuvo lo suficientemente cerca como para hacer notar su presencia por lo que ambos dejaron de reírse y su amiga desapareció de forma MUY poco sutil para dejarlos despedirse a solas.

-Bueno...- intentó comenzar el mayor sin saber muy bien que decir así que de último momento decidió callarse y jalar a Dave de manera brusca para poder abrazarle (o más bien estrujarle) con mucha fuerza hundiendo su cara en el otro como un niño pequeño.

-Oye no tan fuerte Carloh, que tampoco es que me vaya a la guerra.- le contestó mientras le correspondía el abrazo.

-Que te calles.

Y por una vez Dave le hizo caso y se calló, dejando que el abrazo de Carlos dijera todo lo que tenía que decir. Así estuvieron durante un buen rato que a Carlos se le hizo cortísimo pero finalmente tuvo que romper el abrazo pues sabía que a su amigo se le hacía tarde y ya debía de irse.

-No quiero que regreses siendo un pijo americano eh.- dijo Carlos tratando de calmar el ambiente de melancolía que se percibía.

-Que yo seré muchas cosas pero un pijo jamás.- contestó Dave.

Ambos rieron un momento antes de que Dave se inclinará un poco para darle un pequeño beso en la frente a Carlos.

-Que nos vemos para Navidades y será mejor que te prepares que apenas regresé voy a ser un pesado y te voy a molestar 24/7.- dijo Dave tratando de que sonará como advertencia aunque era más una promesa.

-Ya veremos.

En eso Julia y Noelia se acercaron y sin decir nada ni avisar abrazaron a los dos chicos en un abrazo grupal que aunque fue un poco asfixiante a ninguno de los cuatro les importo al menos no en ese preciso momento.

Finalmente una voz habló dando instrucciones de hacía donde se debían dirigir los pasajeros del vuelo al cual pertenecía Dave y puntualizando que tenían solo 15 minutos más pues las puertas estaban por cerrar, por lo que los cuatro se separaron.

-Nos vemo entonces chicos.- dijo Dave tomando sus cosas y dedicándoles una última sonrisa.

Los tres se despidieron con la mano de su amigo mientras este se giraba y comenzaba a caminar con sus maletas dirigiéndose al lugar señalado y sin mirar atrás porque sabía que si lo hacía Carlos iba a tener esa cara de cachorrito triste a la cual Dave nunca le podía decir que no por lo que iba a terminar regresándose para asegurarse de que el crío de 6 años que decía tener 22 estuviera bien así que por su bien y el de propio Carlos decidió que era mejor no voltear.

***

Habían pasados seis días desde que Dave se había ido y Carlos se quería morir (literal y no literalmente) porque aunque no lo quisiera aceptar frente a sus amigos la verdad era que extrañaba demasiado a Dave (tampoco era que fuera un desastre como todos planeaban o eso creía él) pero sí que extrañaba tenerlo cerca todo el tiempo.

100 Songs of Unfinish LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora