Heridos de dudas de amor

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Nuevamente....

Nuevamente se encontraban hablando de Tadashi.

Se le hizo un nudo en la garganta y las mariposas que inundaban su estómago fueron vilmente aniquiladas con la mención del nombre.

Por lo que el pelinegro le había contado, aquello había sido ya hace algunos años, la carta era la que había hundido a Hiro tiempo después, pero ¿Le seguía doliendo tanto? ¿Lo seguía queriendo tanto?

Miguel asintió para que continuara con sus palabras, una vez más escucharía lo que tuviese que decir.

-Verás...- El sanfransoqueño estaba nervioso, le había dicho a Miguel en un ataque de nervios el hecho de que le gustaba su hermano, pero era un secreto que había planeado llevarse a la tumba. El moreno, suponía, también había reaccionado de esa forma el 15, cuando lo consoló, por la atmósfera y la situación en la que se encontraban, pero... ¿Sería lo mismo ahora? ¿No sentiría asco por él?

-Y-Yo..- comenzaba a arrepentirse de decirlo.

-¿Tu hermano sabía tus sentimientos hacia él?- preguntó sin más el mexicano.

Hiro se encontró desprevenido por ello pero asintió y miró sus zapatos.

Miguel, aún sentado en el banco del teclado de Leo, hizo lo mismo, tras darle una ojeada rápida al semblante del extranjero sobre el sillón.

-Fue una semana antes del incendio.-

El moreno desvió la mirada no quería ver al de tez clara triste, mucho menos por Tadashi...

-Yo le dije lo que sentía y... No reaccionó muy bien- se mordió el labio.

No esperaba que le correspondiera, pero tampoco una respuesta tan poco sensible por parte de su hermano.

-Solo soltó una carcajada, sacudió mi cabello... "Yo también te amo hermano", dijo.- miró el techo recordando lo ocurrido, su tono un tanto molesto- No importa cuanto le expliqué el hecho de que no era ese tipo de querer jamás quiso afrontarlo- bajó la voz un poco, volviéndose más áspera y amarga.

-Luego el incendio consumió lo que más quería y terminó todo.- se entrecortó un poco en sus últimas palabras, así que respiró profundo para tranquilizarse y prosiguió, ya mucho más tranquilo.

-Pasaron los años, empezaba a recordar a mi hermano con una sonrisa, cuando, la encontré.- Su cabello negro oscuro caía ocultándole el rostro de Miguel intencionalmente, sus manos se movían nerviosas mientras mantenía su mirada en un punto fijo. -Era algo así como un monólogo, lo que me diría después del concurso.

"Eres demasiado joven para comprender lo que esas dos palabras llevan consigo", "Probablemente estés confundido", "Es mejor que guardes todas esas lindas palabras para alguien más..."-

Aquel día en la azotea, la tensión cada que hablaba de su hermano no era solo tristeza, era frustración, incluso un poco de enojo, el músico acababa de percatarse, y lo entendía.

Nunca debes menospreciar el amor de alguien. Sin importar que tan improbable lo creas nunca debes de contestar con "¿Es broma?" o simplemente haciéndote el obtuso, porque si es real destruiste el esfuerzo que realizó para obtener el valor de decírtelo. Un abismo del que le costará volver ya que ni siquiera te diste la oportunidad de escuchar lo que tenía que decir.

Ese tipo de contestación era la espina que el mitad japonés tenía enterrada desde hacía tanto tiempo, que solo rememoraba el amor que un día le profesó a su hermano y que mantenía vivo el dolor con cada mención de su nombre.

-Mi primera reacción fue tirar la carta. No quería volver a verla, era la prueba de que nunca tomó enserio mis sentimientos.

Mi primer amor... No se fue con las cenizas de un incendio, se fue con un monólogo cubierto de gotitas saladas que boté en algún cubo de basura.- escupió molesto con los ojos aguados.

Sukoshi kurutta [ΩHiguelΩ/¤Kuban¤]Where stories live. Discover now