A fuego lento

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Hiro se repetía una y otra vez que la razón por la que llevaba todo el día "revisando la hora" en su celular era porque estaba harto de escuchar a Honey hablando de que Gogo había hecho quien sabe qué, y no porque estaba ansioso de encontrarse con Miguel.

El mexicano por su parte se encontraba en las mismas condiciones.

Como habían pasado dos días haciéndose pendejo con el sanfransoqueño cuando volvió a su hotel se pasó todo el día tocando la guitarra y afinando su voz.

Solo que había un pequeño problema cada que practicaba.

Empezaba bien, pero después de unos minutos su mente comenzaba a divagar hacia unos cuantos días atrás, en unos ojos rasgaditos y un cabello desordenado. Entoces cuando menos se daba cuenta ya había terminado de tocar la canción sin haberse fijado en matices o interpretación.

Llevaba una hora así.

Dio un suspiro y nuevamente revisó su celular.

12:45.

Habían quedado de verse a las 5:00.

Miguel soltó un prolongado quejido, moviendo su cabeza hacia atrás.

Normalmente el tiempo pasaba rápido cuando tocaba, pero ahora no se estaba concentrando en la música y aunque permaneció otro par de horas practicando sintió que no había avanzado en nada y soltó un quejido otra vez.

Leo mientras tanto estaba preparando el pozole, porque aunque Miguel no cocinaba nada mal Leo era un genio el genio en ello, si el chico no le gustara tanto la antropología y la historia el músico apostaría todo a que se convertiría en un buen chef.

El menor se paró del sillón dejando su guitarra a un lado, intentando no hacer ruido y a hurtadillas se acercó por la espalda a Leo, lo tomó de la cintura y le susurró en el oído.
-¿Ya está el pozole viejo lesbiano?-

El otro, que en un principio le había dado un escalofrío, que había iniciado en su oreja al sentir el aliento caliente de Miguel, tomó el trapo que tenía a un lado y lo golpeó con el. O eso iba a hacer Leo, pero dio la casualidad que quien actuó fue Marco.  Puso el trapo en el cuello de su amigo  y jaló del mismo acercando más sus rostros, nariz contra nariz. -Ya casi vieja piruja-

El guitarrista se sorprendió ante la acción, ya que su amigo solía ser más tímido cuando le hacía ese tipo de bromas. Quizá comenzaba a perder la pena.

Miguel le dio una risita y se alejó, decidiendo hacer algo para distraerse, de manera que las siguientes horas pasaran rápido. Tomó su instrumento y anunciado su partida salió de la pequeña habitación para despejarse paseando por la ciudad.

Leo soltó el cucharon con el que revolvía el maíz con el caldo y comenzó a regañar a Marco porque "Eso se vio muy sospechoso".

¤Pero tu también querías hacerlo¤
ΩBueno si pero...Ω
-¿Entonces de qué te quejas? Nos hice un favor¤-

Leo se mordió el labio inferior como contestación.

La maravilla de esa boca...🎶🎵

Corrió hacia su celular y pensó en no contestar, tentado por Marco, al leer de quien se trataba.

Kubo (El chino al que le gusto  7u7)

Al final se decidió por contestar.

-amm...- comenzó nervioso el chico al otro lado, tartamudeando unas cuantas palabras en inglés que el mexicano no entendió. Hubieran estado en las mismas condiciones por unos minutos más si el abuelo del japonés no hubiese intervenido.

Sukoshi kurutta [ΩHiguelΩ/¤Kuban¤]Where stories live. Discover now