Maratón [1/2]
A la mañana siguiente me encuentro con Jungkook, que tienepinta de estar superagotado, en la esquina del edificio donde
vive.
Son las once y unos minutos. No estoy seguro de si ha
pegado ojo, y no sé si conseguirá seguir despierto durante la
proyección de la peli.
-¿Es que estás ocupado en clonarte a ti mismo?
-¿Cómo? -dice con voz pastosa.
-Estoy tratando de adivinar qué es eso que te mantiene tan
ocupadísimo.
-No creo que nadie quiera a dos Jungkooks despistados.
circulando por ahí. -Atajamos por unos bloques de aspectoinquietante para llegar al cine cuanto antes-. Mejor no te lo
cuento, o vas a pensar que soy un caso perdido.
-Más bien eres una obra de arte a medio hacer. Como lo
somos todos. -Levanto las manos en señal de rendición-.
Pero no hay problema; no voy a insistir.
-Se supone que tienes que insistir, hasta que desembuche.
-Muy bien. Desembucha.
-No quiero hablar del asunto.
Y no lo hacemos.
Una vez más.
En su lugar, Jungkook empieza a hablar de lo mucho que le
gustan las mañanas del verano, en las que una entrada al cine
tan solo te cuesta ocho dólares. Lo que tampoco importa
mucho, pues se las arregla para entrar gratis, dado que el
verano anterior estuvo trabajando en este mismo cine durante
dos fines de semana, hasta que -acertasteis- lo dejó.
-Pero de mayor quieres ser director. Eso de trabajar en un
cine es un primer paso, ¿no te parece?
-Eso pensé, pero cuando trabajas en el vestíbulo no tienes
tiempo de ver ninguna película. No paras de quemarte con el
aceite de las palomitas, y cuando estás en la taquilla, tus
compañeros de clase te pegan la bronca si no les dejas entrar
a ver una película para adultos. No vas a convertirte en
director sentado tras una ventanilla.
-Supongo que tienes razón.
-Creo que si continúo haciendo trabajos ocasionales
terminaré por reunir material para escribir mis propios
guiones. Todavía no se me ha ocurrido una historia que contar.
Llegamos al cine; Jungkook me agarra por el codo y me lleva
hacia el aparcamiento. Pasamos frente a un par de salidas de
emergencia y nos adentramos por un callejón en el que
supone que no tendríamos que estar. Saca la tarjeta de cliente
de una tienda y la inserta en la cerradura de una puerta, hasta
hacerla saltar con un clic. Se gira, sonríe y abre la puerta.
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Recuerda Aquella Vez. [VK]
AcakEn los meses despues del suicidio de su padre, ha sido difícil para Kim Tae Hyung, a sus dieciséis años de edad, encontrar de nuevo la felicidad, pero eso le sigue dando vueltas. Con el apoyo de su novia Lisa y su madre con el exceso de trabajo, va...