•Chapitre V•

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Los tres sirvientes se hallaban en la cocina, el ambiente era tenso y abrumador. Los tres presentes se sentían angustiados y sin realmente saber que hacer ante la situación que nunca antes habían enfrentado.

-Finny, deja de llorar....- Decía Meyrin, que abrazaba al jardinero maternalmente.

-E-es que cuando subí...e-el joven amo, ¡ya no estaba!,¡WAAHHH!.- El rubio seguía llorando desesperado.

Un silencio se formó donde sólo se escuchaba los pequeños sollozos de Finnian, mientras que Bardroy caminaba de un lado a otro aferrándose a la idea de que le habían fallado a su joven amo.

-No entiendo que hicimos mal...- Habló en medio de aquel sepulcral silencio que se había formado desde hace un momento.

Meyrin sólo se reservaba a guardar silencio, agachando la cabeza asumiendo sus fallos y dejándose agobiar por los pensamientos que pasaban por su mente.

-¿Qué hacemos...?.- Con pesadez la de lentes interrogaba a sus compañeros.

Finny trataba de volver a mantener la compostura ante la situación a la que se estaban enfrentando, algo demasiado amargo y preocupante.

-No tengo idea...- Contestaba frustrado el cocinero; que colocaba un cigarrillo entre sus ásperos labios mientras lo encendía dejando que parte de aquel humo dañino a sus pulmones entrara en él, en un intento en vano de encontrar respuestas.

-¿Y-y Sebastian-San?.- Preguntó Finny de repente, tan inesperada era la situación que ninguno de los tres recordaba la ausencia del mayordomo.

Al parecer la situación se tornaba de mal a peor, a decir verdad, el trío de sirvientes sin instrucciones por parte de Sebastian, son propensos a perder la cabeza en cualquier momento.

-Y en buen día a Señor perfecto se le ocurrió desaparecer.- Con evidente mal humor se quejaba Bard.

-Tenemos que de inmediato buscar a Sebastian-San, puede que el joven amo esté en peligro.- Meyrin decidida hablaba.

-¡Si!- Con el ánimo arriba, Finny hacía caso a lo que la pelirroja decía.

Bard sólo se reservaba a asentir, y tratar de obtener un poco de confianza cómo la que desprendía Finny.

A pesar de que ya se habían enfrentado a situaciones similares, por alguna razón algo en su interior se removía dando una fuerte punzada en el pecho que les hacía temer y les provocaba escalofríos, eso no era una buena señal.

-No tengo un buen presentimiento...-Admitía para sí solo Bard, pero los otros dos lo escucharon perfectamente.

Finny y Meyrin compartían el mismo pesar que Bard.

(...)

Mientras que en las afueras de la mansión, el tan aclamado Sebastian entraba con toda seriedad y neutralidad jamás antes vista en él, a pesar de llevar a cuestas demasiados sentimientos encontrados y sensaciones nada agradables,sino angustiantes.

A pesar de ser apenas medio día, se sentía con pesadez e irritable, aunque de alguna forma el ir al bosque y desatar su furia en aquellos inmóviles árboles le había servido mucho para calmar su ansia y enojo hacía todo lo que últimamente le rodeaba.

Sebastian entraba por la puerta, cuando escuchó que fue llamado por Meyrin que venía saliendo de la cocina, siendo seguida por los otros dos.

-¡Sebastian-San!.- Con prisa, se acercaba al mayordomo.- ¡Que bueno que ya está aquí!

Sebastian no entendía bien el por qué lo buscaban con desesperación, e interrogante con una ceja alzada veía a Meyrin.

•Inattendu• [Kuroshitsuji][Sebasciel][Mpreg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora