¿Una escuela que no es privada?

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Mi nombre es Luna, Luna Verónica Romero. Tengo dieciséis años, en este momento estoy finalizando las vacaciones de verano, vivo en Bueno Aires, Puerto Madero para ser más exactos. Mis padres son personas adineradas pero también son muy educadas. Mi padre todo el tiempo me exige que me lleve bien con toda la gente que me saluda cortésmente, por otra parte mi madre dice que los ignore todo lo posible. A pesar de querer mucho a mi padre empecé a tener cierto rechazo hacia las personas que no son de nuestro entorno o podría llamárselo de ´´clase alta´´. A pesar de que me educaron muy bien de pequeña yo no podría ni siquiera rosar mi mano con una persona de cualquier tipo o clase social ¿A qué se debe esto? Cuando era pequeña solía juntarme con muchos chicos y chicas en mi casa, esta era como una mansión, venían casi todos los días a jugar conmigo y la pasábamos muy bien. Lamentablemente un día cuando tenía cerca de once años alguien robó muchos de mis juguetes, collares de mi madre, entre otras cosas. Mi madre no aceptaba que viniera gente de ´´clase pobre´´ o mejor conocida como ´´clase baja´´ o de ´´clase media´´ ya que al día de hoy sigue pensando en que ese tipo de personas le robaron en su momento. A partir de ese momento solo podían visitar la casa gente de clase alta, como por ejemplo mi mejor y única amiga Leila Flores, ella es una chica alta de notables pechos, es rubia de pelo lacio y tiene ojos de color verde claro. Por mi parte yo soy rubia de ojos azules, alta y de notables pechos al igual que Leila, lo que nos diferencia es que mi cabello es ondulado. No tengo novio porque bueno el único con el que llegué a salir no era del todo lindo para una chica como yo. No tengo amigos hombres porque todos tienen novia ellas son muy posesivas.

Mañana ya empiezo las clases, curso cuarto año de secundario, aun no me han dicho el nombre de mi nueva escuela y últimamente mi madre se había peleado mucho con mi  padre. A pesar de que faltaban horas para que empezaran oficialmente las clases no me habían entregado ningún uniforme. Mientras cenamos mi madre normalmente habla conmigo sobre lo último en moda y mi padre solo escucha con desinterés pero esta noche todo es completamente al revés. Mi madre no me dirige la palabra y mi padre me explica un montón de cosas que en ningún momento les presto algo de atención. De repente mi madre sin explicación alguna se levanta y me ordena que me vaya a mi habitación. Subo las escaleras algo furiosa y camino por el pasillo hasta mi habitación, esta está pintada de un fucsia no muy fuerte y tiene un escritorio con una computadora, a su lado una gran estantería llena de libros y en frente de estos dos está mi cama que es bastante grande, y de cada lado tiene una mesita de luz con un velador cada una. Me siento en la cama, tomo mi celular para contarle a Leila lo sucedido.

 Me siento en la cama, tomo mi celular para contarle a Leila lo sucedido

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Separados por la sociedad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora