Sobreviví a veintidós accidentes

1 0 0
                                    


¿Sobreviví a veintidós accidentes para que tú me digas que no quieres que me pase nada?

*Lorena*


Estamos muy cerca de llegar a casa. Nos detenemos en un semáforo, cuando llueve normalmente le explicamos a Gonzalo las precauciones que se deben tomar, hoy solo miramos el semáforo que indica que todavía no podemos avanzar.


-¡Luna!*Dice Florencia parándose en el asiento y señalando la ventana*

-No, Flor. Esta noche no se puede ver la luna.*Contesta Lorenzo*

-¡Luna! La novia de Gonza.

-¿Qué?*Digo yo sorprendida mirando al costado*

Miro por la ventana, y si, Flor tiene razón. Hay una chica acostada en la plaza, no estoy segura de que sea Luna. A pesar de que tiene el cuerpo muy cubierto se puede distinguir claramente que es una mujer, su cara está tapada por una mochila y la remera que tiene puesta está un poco levantada y deja ver parte de su cuerpo.


-Voy a bajar. Si es Luna de ninguna manera la voy a dejar ahí*Dice Lorenzo estacionando el auto*

-Yo te ayudo.*Digo sacándome el cinturón de seguridad*

-Florencia, quédate sentada mientras traemos a Luna.

-Esta bien.*Dice sentándose*

*Luna*


Me despierto, cómoda y seca puedo decir. Tengo miedo de abrir mis ojos y ver mi habitación, que Leila y mi padre estén a mi lado y yo ya no pueda escapar más. Abro los ojos pero escucho que la puerta se abre e inmediatamente lo vuelvo a cerrar. Escucho a una niña reír y alguien se sube a la cama.


-¡Flor! Bájate de ahí, Luna sigue durmiendo.

¿Estoy en la casa de Gonzalo? Es difícil de creer ya que sus padres no sabían nada de lo que pasó. Abro mis ojos y veo a Lorena ordenando y a Florencia mirando fijamente mis uñas, para llamar su atención levanto mi mano y ella me mira.


-¡¡Ya despertó!! ¡Mamá!*Dice saltando y tirándose encima de mi cuerpo*

-Hola Flor.*Digo jugando con su pelo*-Hola Lorena.

-¡Hola Luna!*Dice con su tono de voz tan amoroso*-Anoche te recogimos en el parque, fue muy imprudente de tu parte quedarte ahí. Si no te hubiésemos visto primero podías haber terminado en cualquier cosa. Tu mochila está en la cocina y tu ropa colgada. Te tuve que poner ropa de Gonzalo ya que no abrí tu mochila para ver si traías ropa. Espero que no te moleste.

-No, para nada, gracias. No sé cómo pagárselo.

-No hace falta que pagues nada pequeña.

¿Tengo puesta ropa de Gonzalo? Aunque me cueste creerlo es así, y a pesar de ser ropa de hombre es muy cómoda. Me levanto de la cama y miro mi cuerpo, tengo un pantalón negro y una remera de mangas largas del mismo color, no lo puedo creer. Miro la habitación más detenidamente y me doy cuenta que también estaba durmiendo en su habitación.


-Lorena. ¿Te podría pedir una cosa?

-¡Sí!

-La seguridad privada de mi padre debe estar buscándome. ¿Tendrás algo con capucha?

Separados por la sociedad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora