Benjamín, estaciona el auto al frente de la casa de Harris. Al salir, no camina más allá de la puerta del auto, donde se mantiene su espalda apoyada, sin moverse, viendo el asfalto de la carretera, pensando. Mientras piensa todo lo demás desaparece, cierra los ojos y habla consigo mismo: <<La vida es compleja y valiosa, no hay razón para quitarla, ¿se creen dioses o algo superiores aquellos que asesinan? No existe razón razonable. No somos nada. Existimos por pura casualidad y tenemos fechas caducidad. ¿Qué se creen al decidir, por nosotros, nuestra muerte, nuestro destino? Malditos. La sociedad está enferma. Estamos cegados. Y preferimos estas sedados, mientras nada nos llena>>. Abre los ojos y desmantela el mundo que construye en su mente, cuando dice.
- Desgraciados—en voz baja y en un sentido privado.
Se despega de la puerta y empieza a caminar hasta el porche de la casa de Harris. Al llegar a la puerta de la entrada, toca unas dos veces, y a los segundos, Harris, abre la puerta. Pero no saluda, solo es directo y pregunta cómo fue la cita. Ben, dice que comenzó bien, pero paso algo al final que la complico un poco, pero mañana le cuenta cada detalle. Y entrega una mentira, "ahora estoy cansado", de alguna manera lo estaba, tal vez mentalmente. Al entregar las llaves, da una sonrisa y da la espalda. Mientras camina su rostro cambia, se quita la máscara de "señor positivo". Así es Ben. Al tragarse todo sentimiento, los reprime y los guarda, por esa razón cosas como la muerte le afectan, porque no aplica la terapia de hablar y Harris lo sabe, ya lo conoce, por eso al verlo supo que algo iba mal.
Ben, llega a la casa vecina, su hogar. Al entrar, se hizo presente con más claridad la música rock que su padre coloca cuando escribe. Se percibe junto con la estridente guitarra el sonido de las teclas de la máquina de escribir como compañía, que algunas veces es intermitente, pero en ocasiones no se detiene por nada en el mundo. En las paredes se ha quedado el insoportable y permanente olor a tabaco combinado con bourbon, una esencia a la que llegas a acostumbrarte. Ben, tiene la inestable intención de acercarse a él y contarle todo hasta el último detalle, y la manera en cómo se siente, pero algo llamado ego y terquedad no lo deja acercarse a él. En ese instante, de pie en las escaleras, siente que la soledad lo arrima. Sube a su habitación llevando en sus hombros aquel peso de la supuesta soledad. Cierra la puerta suavemente y apaga toda luz para quedar en completa oscuridad. Abre una ventana por donde ingresa trazos suaves de la sutil e imponente luna, que es suficiente para alcanzar la armonía entre oscuridad y luz, creando un perfecto filtro azul oscuro. Se acuesta en la cama, al ponerse sus audífonos con música a tope, de solo guitarra y batería, cierra los ojos para dormirse.
Mientras alguien intenta conciliar el sueño, en otro lugar de Forest Town, en otra casa, con un jardín con cercado blanco, un camino de lavanda con mucho encanto que guía hasta la entrada con unos maceteros verticales. El jardín tiene una gran variedad de flores. Un intenso color de azaleas, también una que otra prímula; diminutas y coloridas flores que embellecen el jardín. Además, unas peonias con función aromática. Un árbol ornamental destaca a lo lejos. Y sin faltar las margaritas, con su límpido color blanco y su intenso amarillo central resplandeciente, recuerda a un sol de primavera, a pesar de ser de noche el diseño floral destaca por una cortina de pequeñas luces. En aquella casa, con jardín floral, vive Abigail, que acaba de recibir una noticia, un detalle que la deja atónita y la empuja al mueble de su sala. Su madre—florista profesional, su cabello lacio llega hasta sus hombros, y a pesar de la expresión neurótica que tiene en ese instante se ve joven a pesar de su edad—le acaba de mencionar que su hermana no ha aparecido, aún más, recalcando su preocupación y mencionando la desaparición las otras chicas. Su cuerpo cae al mueble al escuchar el nombre de Naomi entre las desaparecidas. Piensa en las posibilidades, pero la que más recalca su mente es la sangrienta.
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Rumiaciones Obsesivas
Bí ẩn / Giật gânLo saben, pueden percibir la muerte. Todo forest town apesta a muerte. Algo aviva en el bosque, instintivamente se nota el latir pesado de su enfermedad, un tumor mortal que arrastra consigo vidas como sacrificios que parecen no tener sentido, pero...