Capitulo 8

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Como sin prestar atención a mi alrededor, absorta en mis pensamientos.

- Diana, ¿estás ahí? - me pregunta Noe.

- Sí.

- ¿Diana?

- ¿Qué?

- Ya hemos acabado todos hace media hora y tú no has tocado nada del plato, ¿Te pasa algo?

- No es sólo que no tengo mucho apetito hoy.

- Te ocurre algo, te conozco - insiste Noe.

- No te preocupes, estoy cansada voy a dormir la siesta un rato. Podeis hacer lo que querais, piscina, comer, lo que os apetezca.

- Vale pero ¿enserio que estas bien? - pregunta Anne.

- Si, si ya he dicho que es solo cansancio.

- Vale pero cualquier cosa nos avisas - dice Hannah.

- No lo dudeis.

Subo las escaleras hasta mi cuarto y me tiro en la cama. "Estoy bien", "Sólo estoy cansada", "No pasa nada", las mentiras más comunes y frecuentes que se dicen.

Me quedo mirando al techo verde de mi habitación y empiezo a pensar.

Peter, no lo puedo sacar de mi cabeza. Voy a ir a su casa a hablar con el, decidido. No puedo leer esas cartas y quedarme tal cual. Las cosas las tengo que aclarar.

Miro por la ventana y veo a los chicos y chicas en la piscina divirtiéndose y salpicándose.

Me lavo la cara y me peino y arreglo un poco. Cojo un bolso y meto dentro brillo de labios y el móvil. Bajo las escaleras y salgo intentando que los demás no se den cuenta de que me voy.

Me siento en la parada de autobús y espero unos siete minutos hasta que llega. Me subo y tardo un cuarto de hora en llegar a mi destino. Bajo del bus y me acerco a la puerta.

Llamo al timbre y espero un rato hasta que se oye un ruido dentro acercándose a la puerta para abrir.

Cada vez los pasos se acercan más, y mi pulso se acelera y cada vez estoy más nerviosa. ¿Cuando salga que le voy a decir? ¿Y si las cartas no me las envió él? Sí, tienen que ser suyas.

Oigo una lleve girar y abriendo la puerta. ¿Por qué alguien iba a tener la casa cerrada estando dentro? La puerta empieza a abrirse.

- Hola John, pasa anda sirvete lo que, espera tú no eres John.

En la puerta está Peter, y muy cambiado. Tiene el pelo morado y gafas, en mi vida le había visto con gafas. 

- No, soy Diana, aunque supongo que sabes quien soy, ya que has estado unos meses mandandome cartas anónimas pensando que no me iba a dar cuenta de que eras tú. Pues me he dado cuenta, y ahora me tienes aquí, en busca de explicaciones.

Se me ha olvidado el pequeño detalle de que Peter está en boxers.

- Ah, y ¿quién has dicho que eras?

- Mira no te hagas el tonto que he venido aquí para algo Peter.

- Y dale con Peter joder, que soy Jack.

- No empieces con bromitas, porque no me hace ni puta gracia.

- Que sí, qué soy Jack, el mellizo de Peter.

Auch, eso ha sido un golpe duro. ¿Peter tiene un mellizo? ¿Desde cuando? ¿Por qué no me lo ha contado?

- Si como dices ser eres el mellizo de Peter ¿como es que nunca había oído hablar de ti?

- Peter y yo no tenemos una relación qué se diga muy cordial.

- ¿Y eso implica que no le cuente a su exnovia de la existencia de su hermano?

- ¡Tú eres la ex de Peter! Pobre, otra víctima más. Mi hermano me tiene envidia ¿sabes? De pequeño siempre era mejor que él en todo y a los catorce años me mandaron a estudiar a Estados Unidos durante una temporada.

- Bueno me está costando asimilar eso de dos Peters.

- No somos dos Peters somos mellizos no gemelos. En realidad no lo se pero vamos que por el pelo y las gafas se nos puede diferenciar.

- Ya...

- Ui ¿Dónde están mis modales? ¿Quieres pasar?

- Claro

Starting Again (Diana #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora