Comparando (Parte 2)

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Mientras sujetaba su miembro contra el mío comencé a masturbarnos, Luis no dejaba de mirar a la puerta esperando a que en cualquier momento nos atrapara su madre, pero a mí no me importaba, yo seguí con lo mío, subía y bajaba mi mano llevando un ritmo parejo, veía como poco a poco su miembro comenzaba a pararse, mientras que el mío ya estaba duro como una roca, cuando llegue al punto en el que ví que no aumentaba de tamaño el suyo me dispuse a compararlo

-Creo que si te gano y por mucho - dije mientras observaba su miembro, después de tanto tiempo con ganas de saber cómo era al fin había cumplido mi fantasía - creo que deberías dejar de usar esos calzones, te están matando la circulación

-Callate! Ni siquiera se me ha parado completamente - su voz se oía temblorosa, su cara está roja como un jitomate, así que me aproveché de la situación

-Entonces quiero ver qué tanto llega a crecer - fui a cerrar su puerta con seguro y me puse de rodillas enfrente de él, tome su verga con las manos y luego la metí en mi boca, no sabía bien como se hacía un oral, pero si algo había aprendido en las películas porno era que les gustaba cuando se las metían completas, así que eso hice me la metí a la boca de golpe y con mis labios apretaba su pene con fuerza, subía, bajaba y repetía nuevamente, mientras tanto con mis manos acariciaba sus bolas y su trasero, este último no me dejó tanto ya que cada vez que buscaba tocar su entrada el quitaba mi mano de lugar. Al poco rato comencé a sentir un sabor diferente en mi boca, algo más salado, no sabía que era pero me gustaba así que lo hice con más rapidez, solo podía oír los pequeños gemidos que escapaban de su boca y sentía sus manos empujando mi cabeza para que me la metiera toda completa, la sentía en mi garganta y aunque no era muy grande me provocaba arcadas en momentos, de pronto comenzó a empujar más mi cabeza y lo primero que sentí fue como algo brotaba de su glande, la saqué de mi boca y ví como los chorros de semen caían en mi rostro desde ahí se me quedó una afición con el que me los echen en la cara, me hace sentir sucio y eso me agrada, lo que había quedando en mi boca decidí pasarmelos además de que lo que quedó en su cuerpo lo limpie con mi lengua, seguí chupando su miembro hasta que poco a poco se encogió en mi boca.

-Que fue lo que me hiciste - contrario a lo que creía no le agrado tanto lo que hice, tenía una cara de molestia, incluso la rabia se notaba a través de sus ojos, incluso cuando yo sabía que él lo había disfrutado preferí tomar mis cosas e irme de su casa, él se lo perdía.

Pase el fin de semana restante esperando a que me hablara o me mandará mensaje, sabía que en cierto modo había arruinado nuestra amistad, y no por lo que hice, si no porque el era incapaz de llegar a admitir que lo disfruto, incluso cuando yo moría de ganas por hablarle no lo hice, fui sumiso por el, puse empeño en que él lo disfrutará y el actuaba como si lo hubiera condenado, jamás entendí a los religiosos, tan espantados de las cosas pero con una buena motivación pueden llegar a ser los más pervertidos.

El lunes siguiente temía un poco por cuál sería la actitud que el tendría al verme nuevamente, ni siquiera dormí pensando en como reaccionaría y aunque poco faltaba para descubrirlo no podía evitar temblar del nerviosismo, intenté platicar con una compañera para despejarme y realmente estaba funcionando hasta que lo ví entrar por la puerta del salón, al verme su semblante cambio, de tener una cara tranquila su expresión pasó a enojo, tanto que al llegar aventó sus cosas a su lugar y salió. Cómo aún era muy temprano y mi clase aún no iniciaba salí a buscarlo por toda la escuela y finalmente después de caminar y preguntar si alguien lo había visto lo encontré en los baños orinando, el mingitorio de mi escuela era algo raro, no había divisiones, solo era una especie de barra metálica donde todos podían ver a todos, me puse junto a él y no dije nada

-Que es lo que quieres? - me habló sin siquiera voltear a verme

-Solo quiero saber cómo estamos, digo aún somos amigos?

-No sé si pueda confiar en ti nuevamente, no después de lo que me hiciste

-Yo no hice nada malo, solo quería complacerte - internamente me estaba muriendo de ganas por tocarlo y generalmente yo no soy alguien que se queda con las ganas así que estire mi mano y comencé a masturbarlo, al principio intentó alejarme pero se fue relajando y comenzó a disfrutarlo, afortunadamente nadie entró al baño en ese momento, si alguien se hubiera enterado nos hubieran expulsado, mi familia me mataría por ser tan inmoral y a él nunca lo hubiera visto más en mi vida, y aunque actualmente ya no nos vemos tanto yo sé que tengo un amigo en quien puedo confiar, por qué ningún amigo que él tenga lo conocerá tan bien como yo.

La Parte Excitante De Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora