Capítulo 1: La casa de la abuela

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La chica se despertó un poco confundida, no sólo por lo que había pasado, también por que no recordaba nada antes de eso y ahora se encontraba en una habitación desconocida. Estaba acostada en una cama tan suave como una pluma y caliente como estar cerca de la chimenea. Se sentó en esta y miro toda la habitación. Ahora estaba vestida con un camisón azúl de manga larga y más largo que el anterior.

-¿Dónde estoy? -preguntó para si misma.

-Oh, despertaste -escucho la dulce voz de una mujer más no era su madre. Miro al marcó de la puerta donde estaba una mujer mayor con un vestido negro y un delantal gris. La mujer se veía amable pero como decía su madre "No confíes en extraños".

-¿Qué hago aquí?-preguntó confundida.

-Te encontré en la orilla del lago -hablo paciente -Estabas helada, casi te da hipotermia.

Se quedó pensativa unos momentos -Tengo que irme...

-No querida -se acercó a ella y acarició su cabeza -La tormenta aún sigue y tu todavía estás débil. Cuando te recuperes y se quite un poco la tormenta, podrás irte -le sonrió con cariño. La chica suspiro y sin más remedio asintió.

-Esta bien...

-Dime abuelita -sonrió -Mi nombre no me agrada tanto -su mirada se volvió nostálgica -¿Y tu querida?.

-Sam...-respondió con un poco más de confianza.

-¿Samanta?-la joven asintió -Justo como mi nieta...-su voz adquirió tristeza. La joven no quiso decir nada más.

El día pasó con tranquilidad. La pobre chica sólo estaba en cama leyendo algún libro o escuchando las pláticas de la "abuela".

-Sabes...mi nieta tiene tu edad -sonrió levemente.

-Y...¿dónde está ella?-preguntó curiosa.

-Perdida en el bosque de lo Desconocido-.

-¿Lo Desconocido?.

-Es el lugar donde te encuentras -contesto -Aquí habita una Bestia -hablo con amargura y enojo.

-¿Bestia?-preguntó asustada.

-Un ser despiadado que se lleva a las almas perdidas. Cuidate de ella querida o tu destino será fatal -advirtió.

-Y...¿su nieta?.

-Debe de estar vagando  por el bosque ó... -sonrió con melancolía y amargura -De haber usado la capa...-.

-¿La capa?-.

La anciana asintió, fue hacia un baúl de donde saco una capa roja de doble vista: roja por fuera y negra por dentro.

-Esta capa le pudo servir para cuidarse...-se la acercó -Un lado es para de que te encuentren y otro para que "él" no lo haga -completo -Ahora es tuya-.

-Pero...¿no le importara a su nieta?-.

-Para nada -le sonrió con dulzura -Bien, es hora de dormir -dejo la capa en una orilla de la cama -Hasta mañana-sin más, salio de la habitación.

La joven Sam se acomodó en la cama y miro el techo. Este lugar era cálido y tranquilo, más que su casa pero aunque quisiera quedarse no podría.

Algo la ataba.

-Debo volver...

Al día siguiente el sol entraba por las ventanas. Sam se levantó de la cama y con la capa puesta salio para ver en donde estaba.
Al abrir la puerta se encontró con un paisaje nevado, en la orilla un lago medio congelado y más allá del jardín sólo se encontraban árboles. Miro preocupada el lugar.

-No se parecé a un lugar de la casa...-suspiro, el aire se notaba a causa del frío -Ir a casa parece lejano pero...no me daré por vencida.

"Caperusita Roja" en lo Desconocido ~Over the Garden Wall~ «Wirt»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora