Capítulo 6: Cambio

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-Chicos, nos debemos ir -hablo Beatriz -El camino para llegar con Adeleide es largo, ya se los dije-.

-Y...¿por qué no...nos quedamos aquí?-preguntó Wirt.

Los tres estaban en la habitación. Greg jugaba con su rana mientras Wirt y Beatriz hablaban.

-¿Qué?-preguntó sorprendida el ave -¿No quieres ir a casa?-.

-Si, pero...-puso su mano atrás de su nuca,suspiro -Aquí es lindo, ¿no?-.

-Yo si quiero volver a casa -hablo el pequeño. Wirt lo miro y luego a Beatriz.

-Después de ir con Adeleide...¿podemos venir otra vez?-preguntó.

-Si, pero primero lo primero: que les diga como volver a casa -respondió el ave.

-Bien..-susurro. Se sentía triste pues no quería irse pero tampoco se podía quedar ahí para siempre.

-Ya es hora de dormir, nos espera un viaje largó -Beatriz se acomodó en los pies de la cama de Wirt.

-¡Si!-Greg corrió a su lado de la cama que compartía con su hermano mayor.

-Si...-Wirt se acomodó en la cama.

Pensó que le sería imposible por el hecho de que se iría y dejaría a Sam, pero instantáneamente se quedó dormido.

Al día siguiente, luego de explicarle la situación a Sam tuvieron que despedirse.

-¡Adiós Sam!-el primero fue Greg, el cual le sonreía felizmente.

-Adiós pequeño, cuidate mucho -acaricio su cabeza -Y cuida a esa rana -el pequeño asintió y fue corriendo a la puerta.

-Gracias por todo -hablo el ave -Espero que nos volvamos a ver-.

-Yo también -le sonrió. Beatriz fue donde estaba Greg.

Wirt y Sam se miraban entre sí con nostalgia.

-¿No...quieres acompañarnos?-preguntó temeroso.

-Lo siento, debo quedarme aquí hasta que mi abuelita regrese y luego irme a casa...-.

-¿A casa?-

-Si -asintió -Esta es la casa de mi abuelita, bueno... realmente no lo es pero ella me ayudó cuando llegue aquí, le debo el favor-.

-Ya veo...entonces -acerco una de sus manos a ella -Nos vemos Sam-.

-Adiós Wirt -estrecho su mano con la de él -Espero que nos volvamos a ver -le sonrió -Ah, ten -le dio una hoja doblado en cuatro -Un pequeño recuerdo para que no me olvides, bueno...son dos -.

-Gracias -le sonrió levemente. "Jamás te olvidaría".

Se miraron en silencio. Él quería besarla y ella a él pero no lo hicieron, no podían.

-Adiós -sin más, se fueron.


La chica nuevamente se quedó sola en aquella casa. Suspiro hondo y se dedicó sólo a sentarse y mirar un punto fijo. Pensaba muchas cosas, la que la abrumaba era el volver a casa.

-Soy una tonta -se dijo a si misma -Yo...-algo la interrumpió. Un canto.

Rápidamente salió de la casa hacia donde se escuchaba aquella voz, como si la llamara. Estaba preocupada, los chicos no pudieron avanzar tanto en tan poco tiempo y el hecho de haber escuchado el canto de la Bestia le preocupo más.

-Wirt...-susurro.

Al llegar a donde se escuchaba vio lo que temía: los dos estaban en el suelo inconsciente, incluso Beatriz y Caramelo. La Bestia se encontraba en frente de ambos.

-¿Qué les has hecho?-preguntó con miedo y a la vez con tristeza.

-No han aguantado el frío -contesto la Bestia.

-Eso es mentira -reclamo molesta -Tú les has hecho algo -su mirada se volvió hostil.

-Bueno...puede que si.

-¿Por qué?, ¿por qué a ellos?.

-Te dije que algo me interesaba en tu casa -contesto la Bestia -No sólo ellos, sino una linda y pequeña Caperucita Roja.

-Por favor...no les hagas nada -suplico.

-Y no lo haré a menos que...

-¿Qué que?.

-Vengas conmigo.
La chica se quedo cayada ante aquella propuesta.

-Ya no tienes fe en volver y quieres salvar a estos chicos -hablo la Bestia -Ven conmigo y te aseguro que no los molestaré más-.

Sam miraba a la Bestia con seriedad, ¿podía confiar en él?. Miro a los dos hermanos, en especial a Wirt. "El tiene razón".

-Iré contigo -contesto ante la propuesta -Pero promete que no les harás nada -lo miro fijamente mientras sus ojos se cristalizaban.

-Tú tranquila, tienes mi palabra de que no les haré nada "Por ahora" - dijo la Bestia -Ahora ven -.

-Espera -hablo fuerte -Déjame llevarlos a mi casa, si se quedan aquí podrían morir congelados.

-Esta bien, pero date prisa.

La chica sólo asintió y como pudo los llevo a todos a su casa, los puso enfrente de la chimenea y los cobijo con una manta.

-Lo siento -acaricio el cabello del mayor -Jamás nos volveremos a ver...Wirt -unas lágrimas resbalaron
por sus mejillas.

-¿Sam?-.

-Beatriz...-.

-¿Qué...hacemos aquí?-preguntó desconcertada.

-Sólo te puedo decir que están fuera de peligro -sonrió mientras se limpiaba sus lágrimas -Por favor, cuida los y asegura te que vayan a casa -miro a Wirt -Y si se puede...-miro al ave, la cual se veía confundida y preocupada.

-Has que me olviden -aquellas palabras fueron como un balde de agua fría para Beatriz.

-¿Qué?, ¿por qué?-preguntó el ave.

-Sólo prometelo, ¿si?.

-Esta bien...te debo un favor después de todo...-.

-Gracias Beatriz -sonrió y luego miro a Wirt, se acercó a su mejilla -Adiós-dejo un tierno beso en esta. Luego se levantó y camino hasta la puerta sin notar que el castaño poco a poco despertaba.

-¿Sam?-susurro.

La pelinegra salió y fue al bosque donde en la entrada de este la esperaba.

-¿Ahora que?-preguntó con seriedad.

-Sigue me -indico la Bestia, ella obedeció sin reproches -Creí que jamás perderías el deseo de volver-.

-Ni yo -declaro -Pero sólo fui una tonta...una tonta que está más que pérdida...-fueron sus últimas palabras. La Bestia, por otro lado cantaba.

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Próximo capítulo:11 de diciembre

"Caperusita Roja" en lo Desconocido ~Over the Garden Wall~ «Wirt»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora