Capítulo 1.Expreso a Hogwarts

5.3K 203 4
                                    

{Hermione}

Hoy, por fin iré a Hogwarts, estaba en mi habitación revisando todo.

— ¡Cariño! Tenemos que irnos —mi madre me llamaba. Ellos no podían cruzar el andén 9 3/4  a si que estaba nerviosa. Entraré sola...

El Expreso a Hogwarts salía a las once en punto, cruzé la columna y me encontré frente a un gran tren rojo, dorado y negro. Había leído de el en "la historia de Hogwarts " un libro muy interesante, pero comparado con la realidad, el tren era espectacular. Me metí en uno de los compartimentos. Dejé mis maletas y salí a mirar un poco por los bagones.

[~Draco~]

El Expreso a Hogwarts salía en unos veinte minutos. Mis maletas estaban frente a la puerta. Mi padre hacía los últimos preparativos. Estaba algo nervioso, a decir verdad. Seguramente me elijirian en Slytherin, de eso no cabe duda. Pero, los "amigos" que tengo son lo que más me preocupa, no se pueden mantener muchas conversaciones entretenidas.
Mi padre nos hizo aparecer en el andén 9 3/4. Sonreí.

— No olvides escribirnos, al menos una vez al mes... —mi madre me dio un beso en la mejilla.

— Claro —Esperé el "adios" de mi padre. Aún que se que no lo ará.

— Draco, —¿se va ha despedir de mi?— No te juntes con eso sangre sucia" —mi padre lo dijo con su habitual tono despectivo. Siempre me educaron así, ya no lo cuestiono, antes me castigaban por preguntar el por qué de ese odio. Los Malfoy somos sangre pura y estoy orgulloso de serlo.

Dentro del tren me despedí con un movimiento de mano. Entré a uno de los compartimentos. Estaba vacío, o eso creía.

Delante de la puerta se paró una chica con el pelo marrón claro y rizado. Mejillas sonrojadas y unos ojos color almendra. Tenía mi misma edad. Me dí cuenta de que sus maletas estaban allí.

I— Oh... no me había fijado en las maletas, lo siento

— No pasa nada —dijo con una sonrisa

{Hermione}

Dentro del compartimento me encontré un chico ordenando sus maletas con ayuda de su barita. Tenía el pelo rubio platinado, unos ojos, hermosos, verde grisáceos, y bastante pálido.

— Oh... no me había fijado en las maletas, lo siento.

— No pasa nada

— ¿Te importa que me quede?  —Miró su maletas, parecían pesadas.

— Claro que no —Cerré la puerta y me senté delante de él.  —Me llamo Hermione. —Extendí la mano.

— Draco, Draco Malfoy —infló el pecho al decir su apellido, parecía que estaba orgulloso de el.

— Encantada —sonreí.

El tren de puso en marcha con un movimiento brusco. Encima de mi maleta había dejado un libro, bastante pesado. Se calló en mi cabeza.

— ¡Ahuu...! —el objeto impacto en toda mi cabeza.

— ¿Estas bien? —Draco puso el libro su lado.— ¿Te duele mucho?

— No, tranquilo no es nada —noté que estaba sonrojada y Draco río.

—Pociones ... —Miró la cubierta del libro— ¿Te gusta Pociones? —sonrió de lado.

— Si —afirme mientras movía la cabeza.

— ¡Es mi asignatura favorita! Mi padre me ha enseñado algunas. Podría ayudarte.

— Claro D... —Lo miré a los ojos — ¿Puedo llamarte Draco?

— ¡Claro! ¿Puedo llamarte Hermione? Es un bonito nombre... — sonrió de lado. Tenía algo con sonreír de esa manera. Pero le quedaba bien.

— Si... —me ruboricé ante el cumplido.

La conversación transcurrió rápidamente. Nos hicimos amigos o al menos buenos conocidos.

[~Draco~]

Hermione era una chica muy inteligente y amable. Hacía siglos que no hablaba con alguien de mi edad de esa manera. Nos hicimos amigos.

Una señora con un carrito vendía golosinas.

— ¿Alguien quiere chuches? —dijo con una voz monótona.

Hermione miraba el carrito. Parecía que no había probado de esas golosinas en su vida. Pedí unas cuantas y le ofrecí.

— No tenías porque Draco —Sonrio, tenía una sonrisa hermosa y desprendía un olor a chocolate y canela.-Miró con curiosidad el paquete de ranas de chocolate, lo abrió  y la rana saltó a su falda. Dio un pequeño grito.

— Jajaja Hermione tendrías que haber visto tu cara- Atrapé la rana y se la dí.

— Deliciosa —Se comió la rana.

— ¿No sabías lo que era?

— No, de donde yo vengo no venden estos dulces. Mi padre tampoco me deja comer muchos. Pero en su consulta alado de un cartulina con nuestro apellido,Granger, hay una bote con caramelos de meta. Siempre como algunos.

— Has dicho...¿Granger? — palidecí— ¿Eres hija de muggles?

— Si... —contesté extrañada.

— ¡una sangre sucia! —el último comentario pareció herirle. Me levanté y cogí mis maletas.

— No puedo estar con tigo. No puedo relacionarme con sangre sucias.-me dolía no poder estar con ella. Solo por esa estúpida ley de mi padre. —Adiós... Granger....

Marché otro bagón y me encontré con mis amigos...

— ¿Donde has estado? —Preguntó Pansy Parkinson.

-En ningún lado.

{Hermione}

Draco se fue, por que tenía padres muggles, recordé su Apellido ,Malfoy. Lo busque en uno de mis libros y lo recordé.

Los Malfoy, era una familia con un linaje de sangre pura. Odiaban a los muggles y los magos nacidos de ellos. Son muy agresivos.
Draco me parecía majo. Era una pena que no quisiera estar con migo.

Poco después un niño se acercó.

— Hola, soy Neville ¿has visto mi sapo? —El niño de mejillas regordetas estaba preocupado.

— N...no -notaba que tenía un nudo en la garganta. —Si quieres te ayudo.

— Si —Sonrió.

Llegué a un compartimento donde habían dos chicos. Pregunte por el sapo. No lo habían visto.

— ¿Eres Harry Potter? —ví la marca de su frente.

— Si —sonrió.

— Soy Hermione Granger.

El tercer chico se llamaba Ron Weasly. Le informé de que tenía tierra en la nariz y me marché. Pronto llegaríamos.

Me senté en mi sitio y observe el paisaje recordando la silueta de Draco.


...

Gracias por leer

I ALWAYS love youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora