30. Solos

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El sol se asomaba tranquilamente sobre los huecos de la persiana, acariciaba los ojos de Hermione para lograrla despertar y así lo hizo. Poco poca los párpados de Hermione se acostumbraban al sol, cuando su vista se aclaró pudo ver a una serpiente en su cama. Completamente dormida, con el pelo desordenado, sus facciones relajadas, su boca abierta un poco y... en boxers. Hermione pasó de alto ese pequeño factor pero al mirar por la habitación y ver su sujetador en la otra punta de la habitación, la ropa de los dos dispersa por esta y al encontrarse con que estaba semi desnuda por autoreflejo se tapó los pechos. Los recuerdos borrosos de la noche pasada volvieron como un gran golpe.

-Lo he hecho...- sintió unos brazos alrededor suyo.

-Buenos días- El Slytherin arrastraba las palabras mientras que apoyaba su mentón en el cuello de la Griffindor.

-Buenos días Draco-dijo con un pequeño hilo de voz.

-¿Te avergüenza lo que hicimos años?-Draco sonó más preocupado de lo que quería. 

-¡Claro que no! Solo... ugh... no me creo lo que te dije...- hundió su cara entre las sábanas.- Draco sonrió y besó el cuello de la castaña.

-A mi me encantaba Hermione.-Sonrieron y tras estar un rato desperezándose fueron a prepararse algo de comer. 

En esa mañana a Draco, Hermione le parecía especialmente hermosa, como si ella fuera una diosa, quizás era por que había podido contemplar más de Hermione que cualquier otra persona hasta el momento, y por esta razón a Draco no se le borraba la estúpida sonrisa de niño enamorado. 

Tras haber comido salieron a dar un paseo cerca de un prado, mirando como el sol se iba alzando poco a poco y escuchando el canto de las aves. 

-Draco, ahora que me doy cuenta, nunca hemos podido celebrar una fiesta juntos, excepto estas navidades, ni tu cumpleaños, ni el mío, ni el día en que nos conocimos... Y todo para que nadie nos vea...- Draco agarró delicadamente las mejillas de Hermione.  

-Te prometo, que celebraremos todo, solo hay que esperar a que las cosas se relajen y ya... Este año será tranquilo.- sonrió.

-Este año tendrás que matar a Dumbledore...- a Draco parecía habersele olvidado el tema.

-Cierto... 

-Sigo pensando en que podríamos marcharnos lejos, muy lejos para que nadie nos encuentre, pondremos barreras, conjuros...- Draco la calló dándole un beso en los labios.

-No mereces vivir una vida huyendo. Se que esto se solucionará. Ahora, demuestra esa dichosa sonrisa que tanto me encanta y diviértete. El rubio la abrazó y levantó del suelo para darle una vuelta, luego salió corriendo para que ella tuviera que seguirlo. Así se pasaron un buen tiempo, corriendo, riendo, tirados en la grama, observando algún animalillo... Draco le enseñó un hechizo que el mismo había estado inventando. Todavía flaqueaba un poco pero el decía que podría ser util, o solo por diversión. Sacó la varita y empezó ha hacer círculos con esta.

- Videtur nuntius - susurró.- Empezaron a aparecer hios blancos brillantes de su varita formando una esfera. Se acercó a la bola y susurró algo.-Hermione, ¿puedes ponerte más lejos?- Los dos retrocedieron hasta quedar bastante lejos el uno del otro. El rubio con un rápido movimiento mandó la esfera hasta Hermione y de ella salió la voz de Draco y el reflejo de su sonrisa. - Te amo Leona- Hermione sonrió y Draco corrió hasta donde ella. 

-Es como los mensajes que se pueden enviar a través de un patronus. 

-Sí, empecé a desarrollarlo, ya que soy incapaz de hacer un patronus. Hasta uno de mis profesores particulares se rindió conmigo, dijo. "¿¡Acaso este niño no tiene un verdadero recuerdo feliz!? - imitó la voz de un señor anciano mientra levantaba el dedo.- Luego se marchó dando un golpe en la mesa, creo que tenía trece o doce años. Sigo sin entender a que se refería - Hermione asintió y dio una risilla. Aunque ella si entendía. Draco Malfoy no conservaba ningún verdadero recuerdo feliz; y es que hasta hace poco, su vida se había basado en mentiras, y ahora volvía a ser así. Lo que ella no pensó, era que ahora que ellos dos estaban saliendo, a Draco no se le hubiera quedado algún recuerdo feliz. Draco ahora rebosaba de recuerdos felices gracias a Draco, y Hermione también lo hacía y no era por aprobar una materia, ser la mejor en clases o haber salido con vida de las macabras aventuras en las que se metía con Harry y Ron, no, era por el simple hecho de ver a Draco, por ver como la sonreía, una sonrisa que no dejaba a ver nadie más, sus facetas dulces, celosas, felices... cosas que no dejaba ver a cualquiera.  

I ALWAYS love youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora