¿Estoy solo? [TodoDeku, Omegaverse]

Capítulo 3: ¿Qué haces aquí?

Había pasado un mes desde que Kacchan me dejó, todo este tiempo he vivido con Todoroki, su casa está justo arriba de su consultorio médico. Él realmente se a portado bien conmigo, me dejo instalarme en una pequeña habitación.

Mi trabajo consiste básicamente en ser su “secretaria”, no me gusta ese término, por lo que me llama como su asistente. Estoy muy cómo, puedo sentirme realmente útil y autosuficiente, aunque Todoroki no me deja hacer todo lo que quiero, dice que tengo que cuidarme por mi embarazo, eso me molesta no es como si estuviera incapacitado o enfermo.

Aparte de dejarme vivir aquí también me paga con un sueldo, lo cual me hace sentir algo incómodo, por lo que, a veces le ayudo a cocinar o con tareas domésticas. También e notado que el tiene su consultorio por “amor al arte”, pues no cobra mucho por las consultas, pero tiene buenos ingresos económicos. Si no fuese modesto incluso diría que es muy adinerado.

No sé mucho sobre él, más bien no sé nada de Todoroki Shotō, solo sé que es un médico alfa soltero de 27 años. No habla mucho, eso aveces me hace  dudar –¿realmente me debería fiar de él?–. Pues he aprendido a la mala que las personas no son lo que parecen.

A Pesar de mis dudas sobre Todoroki y que es muy callado, me agrada bastante. Durante todo este tiempo he notado que solo trabaja por las mañanas, durante las tardes sale quien sabe a dónde. Honestamente yo aprovecho de eso para poder descansar tranquilo. A mis casi 6 meses de embarazo ya me agotó bastante, parezco una de esas señoras quejumbrosas.

Particularmente hoy ha estado bastante tranquilo, ya casi son las 3 de la tarde. Yo me encuentro acomodando algunas cosas, en la pequeña sala de espera que está afuera del consultorio, Todoroki está dentro. Oí que algunos pasos  y sientí una pequeña corriente que atravesó toda mi espalda. Y voltie en dirección a la entrada...

Me quedé estático. Kacchan estaba al pie de la entrada junto al Omega con el que lo encontré aquella vez.

Su mira era de pura rabia. Se comenzó acercar a mi con pisadas fuertes y lentas, el Omega solo se quedó detrás de él observando la escena.

—¿Qué mierda haces aquí Deku?— Pregunto furioso al estar ya casi enfrente de mi.

—Yo… yo...— no podía ni siquiera articular una palabra. Odiaba eso de ser un Omega, solo por ello cualquier alfa podía someterme.

—¡SI, TU MIERDA…! ¡TE DIJE QUE NO QUERÍA VERTE NUNCA MÁS!— me grito. —Eres tan idiota como para no haberte ido de la ciudad.

—¿Izuku pasa algo? Escuché gritos...— dijo Shotō saliendo del consultorio. —¿Quién es usted? ¿Qué necesita?—. Preguntó mientras notaba la tensión del lugar.

—¡Ahh! Ya entiendo… eres una pequeña puta… ahora te prostituyes con este este médico—. Me dijo mientras miraba de pies a cabeza a Todoroki.

—No sé quién es usted, pero no le permitiré que hable así de Midoriya—. Todoroki se puso a mi lado.

—!Ohh¡ ¡Jajajaja!...— Kacchan reía ruidosamente–. ¿Tanto te gusta?... ¿Acaso no importa que ese bebé que lleva es mío?

—Bakugo deberíamos irnos—. Dijo el Omega acercándose a Kacchan.

—¡SUFICIENTE! ¡Salgan de aquí!—. Ordenó Todoroki.

Me encontraba literalmente temblando, no entendía por qué Kacchan se comportaba así –¿Tanto me odia?–, Todoroki se colocó frente a mi en símbolo de protección. Estaba apunto de entrar en ataque de pánico.

En un movimiento realmente rápido Kacchan se abalanzó hacia Shouto, este me tomó del brazo,  me metió dentro del consultorio y cerró la puerta brutalmente.

—¡NO SALGAS POR NADA!— me desde fuera

Solo caí de rodillas, mis piernas ya no me respondían, estaba llorando, no sabía qué hacer, desde afuera solo se escuchaban fuertes golpes, insultos por parte Kacchan y gritos del Omega. Quería salir, quería ayudar a Todoroki.

—¡SI TE VUELVO A VER DEKU TE MATARÉ!— escuché a Kacchan gritar. No podía dejar de llorar, Sabía que Kacchan es realmente agresivo pero nunca lo había visto reaccionar así

Ahora realmente le temía.

Tras unos ruidos más, se quedó todo en silencio, solo se escuchaban mis llantos.

—Midoriya ya puedes abrir— me dijo un Todoroki agotado.

De inmediato abrí la puerta. Todo el lugar era un desastre.

—¡¿Todoroki?!— apenas si se podía sostener, estaba muy herido y lastimado, sus ropas estaban rasgadas, incluso estaba sangrando de la cabeza, boca y brazos. Me alarme de inmediato.

—Estoy… bien… cierra la entrada— me dijo jadeante. Me moví de inmediato, cerré la puerta de entrada y al regresar a él, se encontraba en el suelo.

Intenté ayudarlo a levantar. —No… me ayudes… no puedes hacer esfuerzo...—. no dije nada e intente de nuevo levantarlo. Me vio de mal modo y no dijo nada.

Nos dirigimos a la cama del consultorio, se recostó sobre ella. — Atenderé tus heridas, ¿De Acuerdo?—. Solo asintió con la cabeza. Acerque el botiquín, comencé a quitarle la bata y la camisa debajo para poder curarlo.

—¡No! Yo puedo hacerlo—. Mientras empujó mis manos con un manotazo. Posiblemente no le agrada que lo ayuden.

Atendí sus heridas estaba realmente preocupado. Tenía mordidas muy profundas, y la herida de su cabeza seguro necesitaría algunas puntadas. De verdad no sabía cómo sentirme. El ver a Shoutō así, partió algo dentro de mí, sentía una gran presión sobre mi pecho.

Después de curarlo, el mismo se inyectó un analgesico y antibiótico. Me dijo que lo dejara ahí y que yo podía ir a descansar a mi cuarto. Me negué de inmediato pero me lanzó una mirada realmente aterradora, por lo que no proteste más.

Pasaron algunas horas, ya estaba anocheciendo, me encontraba bastante inquieto, no podía dejar solo a Todoroki. Así que regrese al consultorio, entre sigilosamente. Lo observé y se había quedado dormido, parecía que no estaba realmente descansado, en su rostro se veía una mueca de disgusto. Me senté en un banquito al lado de la cama, lo mire antemano por algunos minutos.

El sonido de su celular me sacó de mis pensamientos. El aparato se encontraba en una mesita a lado, lo tomé para silenciarlo y no despertar a Shoutō.

“Desconocido”

Al parecer no había registro del número. Si pensar contesté.

—¿Bueno?...

—¡Hola Shoto!— contestó una mujer, se podía escuchar mucho ruido al fondo. —Te hablo para decirte que hoy no es necesario que nos veamos, ¡Mmm! Me encuentro bastante ocupada… bueno chao...— y colgó...

Continuara...

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