Hoy había una fiesta para todos los que participamos en las carreras de Miami, de vez en cuando algunos prestaban sus casas para llevar a cabo un buen momento, a mí también me ha tocado organizar fiestas en mi casa.
No miento, en esas cosas se veía de todo, alcohol, sexo y drogas de todo tipo.
- Esto tiene buena pinta - dije al llegar.
- CHRIS - escuché la voz de uno de mis amigos.
- ¿Y qué tal está esto? - me acerqué saludando uno por uno.
- Bien, hay chicas para toda la noche - dijo mi mejor amigo.
Eso me agradaba, menos mal había traído un par de condones por si acaso.
Entramos a la casa saludando a quien nos decía hola, yo en sí no era pesado, me daba a respetar si, pero cuando me sacaban de quicio no había quien me detenga el mal humor.
- Miren a quien tenemos aquí - me detuve frente a Erick - al bebé de cuna.
- ¿Me hablas a mí?
- ¡Nooooo! ¿Cómo crees? - hice uso del sarcasmo.
- No me busques Vélez, me vas a encontrar - advirtió.
- ¡Qué miedo!
- Deberías tenerlo, yo que tú me cuidaría - dijo a lo que mi sonrisa se fue - ¿que paso?
- Quiero que te vayas de aquí, estas son mis calles, mis rumbos, mis carreras, no quiero verme obligado a sacarte inconsciente de Miami.
- Atrévete - se acercó con algo de violencia - veamos quién saca a quien.
- En una carrera, si te gano te largas - propuse.
- ¿Cuál es tu apuro? ¿Tienes miedo?
- ¿De ti?
Se acercó un poco a mi para aproximar su boca a mi oído - ¿sabes que? A mí me gusta vencer a mis rivales de a poco, eso haré contigo.
Lo tomé del brazo con algo de fuerza y lo llevé a un lugar donde no hubieran tantas personas ya que seguramente hablarían cada cosa.
- A ver ¿Erick verdad? - solo se limitó a elevar una ceja - tipos como tú me ha tocado vencer en varias ocasiones, no vengas con aires de grandeza acá, en un lugar donde no sabes el tipo de gente que te vas a encontrar.
- ¿Algo más?
- Este pendejo de mierda - puse las manos en mi cabeza dándole la espalda, quería golpearlo.
- Tenemos la misma edad, te informo.
Lo pegué en la pared con bastante fuerza - porqué sabes tanto de mi ¿eh?
- Suelo analizar a mi competencia.
- Está bien - lo solté - ¿Quieres jugar? Perfecto juguemos, seré tu peor enemigo.
- Como digas - dió palmadas en mi muslo.
Lo miré en lo que veía como volvía adentro, definitivamente no me agradaba.
Saqué mi celular para buscar entre mis contactos un número de una persona que me podía ayudar en esto.
- Hola Christopher.
- Hola ¿oye estás en Miami?
- Sí, ¿necesitas algo?
- Te tengo un trabajito, si lo haces te pagaré.
- Tu dime y arreglamos.
- Ve mañana a mi casa para que te explique y nos pongamos de acuerdo.
- Perfecto, mañana estaré por allá.
¿Quería guerra? Se la daría, esto apenas estaba comenzando, como disfrutaría acabar con él, pocas personas logran desagradarme, él entraba en esas pocas.
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A Tu Velocidad - Chriserick
Fanfiction- ¿Quien demonios será? -NO SE PERMITEN ADAPTACIONES-