- Erick no está - contesté al ver nuevamente a ese chico.
- Lo sé, no tienes que decirmelo - rió un poco - no pierdas tu tiempo con él, solo busca una cosa de ti.
- No suelo creerle a los desconocidos, pero gracias.
- Es su estrategia, envolver a los corredores y quitarle su trono, para el solo existe la ambición, ganar, ser el número uno ¿o que? ¿creías que te estaba tomando enserio?
- ¿Te conozco de algún lugar?
- No, pero nos movemos por los mismos rumbos. Erick debe estar por venir - miró su reloj - me voy, antes de que me vea aquí - caminó para volver a mirarme - bonita se veía tu polera en el suelo anoche, la disfrutamos bastante.
Empuñé mis manos y apreté tanto mi mandíbula que si lo seguía haciendo tenía la sensación de que la iba a romper. Cerré la puerta con fuerza suficiente para que se sienta el eco en toda la casa.
A los minutos después llegó Erick, que coincidencia. No quería creer lo que me dijo ese chico pero ¿como él iba a saber que era mi polera la que andaba trayendo?, quizás podía sacarlo por deducción, pero ¿como iba a saber que Erick estaba por venir? Se me hacía raro.
- Lo siento por irme así ayer - depositó un corto beso en mis labios.
Traté de estar lo más relajado - no te preocupes ¿ya desayunaste?
- Sí, lo hice - sonrió.
- Mmm...
- ¿Pasa algo?
- No ¿que debería pasar?
- Estás raro - me analizó con la mirada. No dije nada, tenía unas ganas de encararlo y salir de la duda si lo que me habían dicho de él era cierto, pero no podía hacerlo sin tener pruebas.
- Alucinas - sonreí para que se quede tranquilo.
Se abrazó a mi para luego atrapar mis labios, sentía desconfianza ¿y si me estaba mintiendo? Esperaba que no, porque no quería hacer alguna estupidez en su contra.
- Espero que me hayas extrañado.
- Quizás - acomodé un poco su cabello - ¿en donde vives?
- Cierto, no sabes en donde vivo ¿Quieres ir a mi casa?
- ¿Ahora?
- Claro, vamos - sonrió - ¿no quieres?
- Si, si. Vamos.
Fuimos a su casa, no era lejos la verdad, quedaba a unos diez minutos de la mía. Se detuvo en una casa de color blanca, era linda la verdad, según yo, era muy su estilo.
- Buen gusto - dije poniendo mis manos en los bolsillos.
- Sí, la verdad que sí. No es mía eso sí.
- ¿No?
- No, solo la rento durante el tiempo que me quede. Ya sabes, voy de un lugar a otro y tener una casa que no ocuparé la verdad sería un gasto innecesario.
- Pero si te vas a quedar, deberías replantearte comprar una casa aquí.
- Estás loco - rió.
- Te vas a quedar, porque ganaré la carrera - dije seguro - te irás a vivir conmigo, a mi casa.
Solo sonrió sin decir nada. Tomó mi mano para que entremos, estaba ordenado, al menos era cuidadoso con su espacio.
- Mi polera - dije con cierta seriedad al verla en el suelo del living.
- De seguro se me cayó cuando iba a lavar la ropa - tomó aquella prenda - ya vengo.
- Que coincidencia - hablé bajo con cierto enojo.
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A Tu Velocidad - Chriserick
Fanfiction- ¿Quien demonios será? -NO SE PERMITEN ADAPTACIONES-