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La noche iba considerablemente bien, ignorando, por supuesto, la gran tensión sexual que se notaba en el aire entre Felix y Hyunjin.

Hyunjin se imaginaba en muchas situaciones y jamás se imaginó estar celoso de su idolo y más por alguien que apenas conocía. Pero ahí estaba, tratando de ignorar el hecho de que Felix estaba sentando arriba de Changbin y a ninguno de los dos parecía importarles mucho aquello, tampoco a los otros chicos que allí se encontraban.

Es más, parecían divertidos con la situación y parecían saber exactamente lo que Hyunjin estaba pensando.

─ ¿Hyu? ¿Está todo bien? -le preguntó Minho, apartandolo un poco del grupo. Sabía que Hyunjin no era muy fanatico de discutir sus problemas con gente que no conocía.

Hyunjin asintió, restandole importancia con un gesto. Minho entendió que no quería hablar de eso. O por lo menos, no en ese momento. Ambos volvieron juntos a la mesa y se unieron rápidamente a la conversación, sin mayores problemas.

La mirada del pelinegro cayó en Felix, que se encontraba tecleando algo en su celular y sonriendo, de a ratos. Se inclinó para mostrarle algo a Changbin y le dijo algo al oído.

─ Hannie. -murmuró Felix, después de un rato- Seungmin se está quejando por que no lo invitaste.

Felix seguía mirando el celular, con una ceja alzada. Y volvió a mirar a Changbin, para reírse.

La risa de Felix era el nuevo sonido favorito de Hyunjin, era relajante verlo con esa sonrisa que hacía que sus ojos quedaran como dos medialunas. El corazón del pelinegro, latió fuertemente.

─ Lix, ¿Seungmin dijo que venía? -preguntó Changbin y el apodo que le puso, enfermó a Hyunjin. Lix, le gustaba pero creía que quedaría mejor si él fuera el que se lo decía.

─ ¡Si que lo invité pero él dijo que no podía! -se quejó Jisung, cuando se dió cuenta de la situación-. Changbin, decile algo a tu novio.

Hyunjin se tensó un segundo, pero luego entendió. Felix no tenía nada con Changbin, el tal Seungmin era el verdadero novio de su idolo. Y sonrió.

─ ¿Alguien quiere algo? -preguntó Felix, parandose. Todos negaron-. Bueno.

Salió del salón en dirección a la cocina.

─ Voy al baño, no me extrañen. -bromeó el pelinegro y se levantó de su asiento, sabiendo que ninguna de las dos cosas que había dicho pasarían.

No lo extrañarían, claramente iba a irse sólo dos segundos y volvería en un abrir y cerrar de ojos. ¿Cuánto se tarda en ir al baño, no?

Pero, la segunda cosa que no cumpliría era que tampoco iría al baño, claro que no.

Iba a ir con Felix.

just one nightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora