Capítulo Dieciséis: La Propuesta

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You're Always Sorry, Charles

Capítulo Dieciséis: La Propuesta

Charles entró de cuenta nueva en el laboratorio y se acercó a Erik y a Bobby, que estaban junto a Peter. Podía leer sus emociones sin esfuerzo. Llegaban a él en oleadas, las de uno y las de otro. Eran similares aunque de diferente intensidad ya en Iceman y ya en Magneto. Amor, alegría, tristeza, confusión y mucha fortaleza para apoyar al joven y superar juntos el duelo. Pero la dicha de haberlo recuperado sano y salvo se coronaba por encima de las demás.

Esto alegró a Charles. Les observó en silencio los rostros y vio que aunque se notaban afectados, sus expresiones no eran de angustia sino de esperanza. Pensó que él podía aumentarla si les decía lo que Strange le había confesado, pero Bobby había sintetizado lo que significaba recuperarla y perderla más tarde: "Es horrible recuperarla y volverla a perder. Es mejor no haberla tenido nunca."

Por eso decidió callarse y compartir internamente con ellos la alegría que le producía tener a su hijo de regreso. Tomó una mano de Erik y se la apretó con fuerza. Erik lo miró y sonrió, no era una sonrisa triste sino cargada de ternura. Mientras tanto, Bobby se había ubicado en la cabecera y no dejaba de acariciar el cabello de Peter y observarlo embelesado.

Pasado un tiempo, Hank bajó para avisarles que la ambulancia había llegado recién. Bobby pidió acompañar a Peter y sus padres estuvieron de acuerdo. La pareja necesitaba estar a solas y no habría mayor consuelo para Peter, que abrir los ojos sano y salvo con Bobby junto a él.

Strange y Wong regresaron al Santuario para finiquitar unos asuntos de los Vengadores y el Hechicero prometió mantenerse en contacto telefónico con la doctora Palmer.

Erik y Charles subieron y se encontraron con los demás, que ya conocían la noticia de boca de Kurt. Estaban apenados por la pérdida y decididos a apoyar a Peter y a Bobby en lo que necesitaran. Charles comprendió que después de tanto revuelo él y Erik se merecían un momento a solas para aclarar sus mentes e invitó a su amante a su despacho. Erik no dudó en aceptar porque necesitaba distraerse antes de viajar al hospital. Al entrar al mismo lugar donde Charles les diera la noticia, se sintió apesadumbrado y vio la licorera. Había sido habitual entre ellos antes, invitarse a beber algo de alcohol mientras platicaban. Pero ahora cualquier gota etílica quedaba descartada para Charles. Así que Erik posó su mirada en el tablero de ajedrez y le propuso una partida como en los viejos tiempos. Eso significaba que Charles debería poner la mente en blanco para no leerle las jugadas.

Se ubicaron junto a la mesa y Charles abrió con un caballo blanco.

-Puedes servirte algo si quieres – concedió Charles al observar que no estaba bebiendo nada.

-No, gracias – contestó Erik e hizo avanzar un peón. Después de un rato observó -. Sabes, Peter siempre fue un muchacho impulsivo, no me sorprende que se haya lanzado esa noche a salvar a esos científicos sin medir las consecuencias.

Charles se restregó el rostro con las manos.

-Erik, por favor, vinimos a relajarnos.

-No es eso, Charles – lo miró intensamente -. Es que siempre supe que no había sido tu culpa, no podías adivinar lo que Peter haría porque no estabas con él en ese momento para leerle la mente. Tampoco lo escuchaste pero era comprensible, estabas enojado porque se había ido sin avisarte.

-Erik – habló Charles con calma -. Estás tratando de quitarme el remordimiento por mi salud y la del bebé pero créeme que estoy sabiendo cómo manejarlo.

You're Always Sorry, Charles (Cherik)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora