Capítulo Ocho: El Viaje

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You're Always Sorry, Charles

Capítulo Ocho: El Viaje

Antes de viajar a Genosha, Raven le avisó a Hank lo que estaba pensando hacer y le pidió que llamara a Strange para que atendiera a Charles. No le gustaba que hubiera dejado la cama ni menos la mueca de dolor que había hecho al masajearse el vientre.

Strange llegó esa misma noche y lo atendió. Directo e imperativo como era, no pudo evitar reprocharle lo que había hecho. Charles, que ya había sufrido demasiado remordimiento, se sintió más culpable todavía. Cobró dimensión de que podía haber llegado a perder a la criatura y eso lo devastó. El médico no necesitaba de su telepatía para advertir que la culpa lo estaba acabando y haciendo a un lado su papel profesional, se sentó junto al colchón con las palmas de las manos apoyadas una junto a la otra y posó el mentón encima de ellas.

-Bien, Charles Xavier, soy todo oídos.

Charles lo miró entre confundido y asombrado.

-¿Qué quiere decir?

-No tengo su habilidad para leer a los otros por eso le estoy pidiendo que me cuente qué es lo que lo está afectando. Puede responderme que no me incumbe y tendría toda la razón, pero veo que está necesitando a alguien para desahogarse.

-¿Se refiere a por qué me encuentro con este humor? – preguntó Charles -. ¿Por qué fui tan tonto como para salir de la cama? ¿Por qué estoy tan cansado? ¿Por qué estoy tan triste?

-Sí, sí y sí. A todas sus preguntas, la respuesta es un sí.

-¿Por qué piensa que debería hablar con usted? – cuestionó Charles.

-Porque se nota que las demás personas de esta casa han tratado de ayudarlo sin conseguirlo. Pienso que si habla conmigo, alguien ajeno a su situación, tal vez encuentre una salida.

-Se lo agradezco – reconoció Charles -. Pero preferiría que solo me siguiera atendiendo por el embarazo.

-Y por su embarazo se lo estoy preguntando – insistió Strange -. Sabe que su salud tanto física como mental repercute en la gestación de la criatura.

Charles se masajeó la frente. Quería abrirse sí, pero también sentía vergüenza.

-No me siento en condiciones de platicar con usted sobre lo que me pasa – confesó -. No soy una persona que se abra a los demás y por eso me cuesta decidirme a buscar ayuda profesional, sé que lo aconsejó hace un par de días.

Strange tenía el mismo carácter arrogante que él y entendió por lo que estaba pasando. No era el momento adecuado todavía y necesitaban más confianza para que Charles se abriera. Se levantó y le extendió la mano a modo de despedida.

-Está claro que no es el momento. Cuando decida hacerlo y comprenda lo conveniente que es abrirse, seguro que lo hará. Deseo que piense en la ayuda profesional que sugerí. Hasta dentro de dos semanas, Xavier.

El telépata le tomó la mano y la sacudió.

-Puede comenzar a llamarme Charles, por favor.

-Y usted puede comenzar a llamarme Stephen – respondió Strange, sintiendo que ese era un paso más en el vínculo de confianza que Charles necesitaba formar -. Hasta dentro de dos semanas, Charles.

-Hasta dentro de dos semanas, Stephen.

Con un chasquido, Strange hizo desaparecer la maquinaria y los instrumentos utilizados y se retiró.

You're Always Sorry, Charles (Cherik)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora