You're Always Sorry, Charles (Cherik)

Capítulo Veinte: En Casa

You're Always Sorry, Charles

Capítulo Veinte: En Casa

Jean vigilaba la puerta de la recámara atenta para sentir mentes que se aproximaran. Percibía a sus espaldas las de Hank y Kurt, concentrados en vigilar a Lilandra. Como su poder había desaparecido temporalmente por la droga, la joven también podía sentir la de la emperatriz. Sentía la furia y la frustración de saber que su plan había fallado y que Charles la había sorprendido. También percibía confusión. Lilandra se encontraba, además, muy confundida.

Jean no quería entrometerse en su privacidad pero el sentimiento crecía y crecía. Advirtió que lo que la desconcertaba era la fascinación que Charles le seguía provocando. Nadie antes la había excitado así. Lo admiraba con fervor y estaba obsesionada con aprender de él, quería conocerlo más, platicarle y también tocarlo. Lilandra se estremecía mentalmente ante estos deseos. Cuando el telépata se había introducido en su mente en la cámara con la incubadora, él pensó que la emperatriz no se había dado cuenta. Sin embargo, en realidad, Lilandra lo había percibido desde el primer instante pero lo había dejado entrar porque anhelaba que Charles la conociera interiormente. ¿Por qué?, se cuestionaba Lilandra ahora. ¿Por qué Charles le producía emociones nuevas, desconocidas para su gente poco afecta a los sentimientos?

-Se está enamorando de él – suspiró Jean para sí y cerró los ojos para transmitirle calma. La joven conocía lo que era el amor y se preguntaba cómo hubiera sido su vida sin Scott Summers. Por eso podía comprender a Lilandra y la empatía hacia ella le provocaba compasión. También temía que en su desesperación intentara retener a Charles, pero la emperatriz estaba tan confundida que deseaba más apartar al telépata que retenerlo. Había sido educada para alejarse de las emociones, no para explorarlas.

Lilandra no pudo advertir la intromisión de Jean pero sí sintió la tranquilidad que le iba transmitiendo. Comenzó a sosegar su mente y, con un suspiro hondo, cerró los ojos.

Hank y Kurt se pusieron en alerta temiendo que estuviera a punto de intentar alguna maniobra.

-Déjenla – ordenó Jean con suavidad -. Está sintiendo paz por primera vez en mucho tiempo.

Sus compañeros la miraron sin entenderla pero no necesitaban hacerlo, sabían que la joven podía sentir a Lilandra perfectamente.

Jean se puso en alerta. Había captado a guardias acercándose. Sin perder ni un segundo, se introdujo en sus mentes para camuflarse y que tanto ella como sus compañeros y la emperatriz, desaparecieran de sus vistas.

Al notar la puerta entreabierta, los soldados entraron con respeto. Llamaron pero no vieron a nadie. Lilandra quiso gritarles pero Beast le cubrió la boca y Jean intensificó su poder para que los guardias no la oyeran. Después de un rato, se retiraron.

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Guiado por Charles, Strange dirigió al grupo hacia la cámara. Raven se adelantaba para espiar que el camino fuera seguro. En un par de ocasiones, les hizo una seña para que se detuvieran y, en otra, se mimetizó con un guardia para abrirles paso. Finalmente llegaron a la sala con la incubadora. Erik buscó con la mirada a su amante y al verlo sano y salvo corrió a inclinarse para fundirlo en un abrazo. Charles no necesitaba leerlo para saber lo que Magneto debía haber sufrido desde el instante en que Lilandra lo teletransportó de su dormitorio. Todavía tenían mucho por construir en su relación pero si de algo podían estar seguros, era del amor y la devoción que se sentían. Con ambos pilares, Charles estaba convencido de que podrían hacerle frente a cualquier dificultad en el futuro. Mientras se abrazaban, sintió un nuevo aleteo de su hijo y apoyó la mano de Erik sobre su vientre.