Entre cajas y cartas

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"Entre cajas y cartas."

Ji Yong sujetó con fuerza la última caja para desempacar, avanzó por la habitación hasta desplomarse en la cama. Estaba tan agotado y hambriento que no podía decidir entre ir por algún aperitivo o quedarse a dormir, sin que alguna de esas dos opciones fuera factible.

Al girar el rostro hacia la caja, ésta parecía gigante, mostrando la palabra "No-homo" con caligrafía descuidada y levemente desviada a la derecha. No pudo evitar reír, toda aquella caja parecía gritar Seung Hyun.

Con cuidado, se sentó y se acercó a la caja, era realmente grande, después de todo contenía la historia de su vida en fotografías, diarios y cartas. Y debía admitir que eso era mucho, estaba cerca de sus 50 años, había mucho que recordar.

Rompió el sello de la caja y miró dentro de ésta. Había un par de álbumes en la superficie, con algunas cartas arrugadas y el olor a viejo por todos lados.

Fue sacando cada posesión con sumo cuidado, una por una, como si su corazón estuviera en cada una. Le gustaba pensar que era así. Para cuando la caja quedó vacía, su regazo y la cama estaban llenos de cosas, si se movía un poco podría caer algo al suelo.

Tomó un viejo álbum, era de su infancia. Había fotografías de sus padres y hermana junto a él, recuerdos de sus vacaciones a distintas edades, cumpleaños y momentos vergonzosos de cualquier niño.

Había una fotografía en particular que le sacaba una sonrisa automáticamente, era alguna clase de broma por parte de su madre. En ella estaba de pie junto a su hermana, ambos vistiendo largos vestidos esponjosos con cabello rizado y un moño ridículo. Parecían un par de gemelas.

Recordó la dulce sensación cuando se miró al espejo ese día, lo primero que pensó fue: "bonita". Si fuera una mujer, sería preciosa.

Repentinamente se sintió solo, en esa gran casa, con tantos recuerdos. Debía admitir que se estaba volviendo viejo. Así que tomó un par de cartas, atadas con un lazo delgado. Era aquella serie de correspondencia que mantuvo con Seung Hyun durante meses, cuando ambos vivían en distintas ciudades.

Sin demorarse demasiado, se deshizo de la atadura y tomó la primera carta que le había mandado Seung Hyun.

"Estimado señor Kwon.

Estoy siendo muy atrevido al tomar en serio su propuesta de escribirnos, he de decir que no estoy muy seguro sobre si usted hablaba en serio o si me ha dado la dirección correcta. Supongo que eso lo averiguaré en los próximos días, esperado que se acuerde de quien soy, de no ser así con gusto adjuntaré una buena fotografía.

No mentí cuando le dije lo agradable que me parecía, es usted una maravillosa persona y todo un ejemplo a seguir, sería un honor que me permitiera ser su amigo por correspondencia. He seguido todos los movimientos en los que ha participado, viajando a distintas ciudades para poder alzar la voz a su lado, y el poder conocerle en persona y estrechar su mano fue todo un sueño hecho realidad.

Espero acepte mis palabras y pueda responderme.

Con mucho cariño y orgullo, Choi Seung Hyun.

PD. Nunca se rinda."

Ji Yong se soltó a reír en cuanto terminó de leer, habían pasado cerca de 30 años desde que conoció a Seung Hyun y aún lograba conmoverse hasta los huesos al recordarlo en aquellas épocas. Él había sido tan serio y formal por correspondencia, cuando en persona, durante su primer encuentro, temblaba como un cachorro cuando le invitó a subir al escenario.

15 tazas de caféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora