•JeongCheol•

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Era un día de calor y, por capricho del menor y las ganas del mayor de consentirlo, la pareja había decidido salir e ir a su heladería favorita a tomar un helado. Ambos caminaron tomados de la mano hasta el lugar mencionado y sólo Jeong Han se pidió su helado favorito, ya que Seung Cheol no tenía muchas ganas.
Sentados en una de las mesas, ambos hablaban de cosas sin mucha importancia, mientras el menor comía su helado y el mayor lo miraba atontado. La simple imagen de su novio feliz, lo hacía feliz a él también. Al principio, lo veía de forma inocente, hasta que cada lamida y chupetón que le daba a su helado se volvían más y más eróticos.
El menor lamía su helado a la vez que miraba al contrario a los ojos, conectando sus miradas. Seung Cheol sintió un tirón en su entrepierna y no pudo disimular la expresión de su rostro; ambos sabían lo que estaba comenzando a ocurrir allí abajo. Jeong Han sonrió y le extendió su helado.
—¿Quieres un poco? —le preguntó, provocador.
—No, cómelo tú —contestó, intentando encontrar una posición cómoda en su silla.
—¿Seguro? Está rico —insistió.
—Está bien, sólo un poco... —terminó accediendo.
Al probar sólo la punta del helado, la parte más baja de éste se chorreó, manchando la camisa de Seung Cheol.
—Oh, no... —dijo Jeong Han, al darse cuenta.
—Ah, iré al baño a limpiarlo —dijo Seung Cheol, levantándose de la mesa.
—Yo te ayudo —se ofreció Jeong Han, con una sonrisa y terminando de una vez lo que restaba de su helado.
Los dos se dirigieron al baño y, tras cerrar la puerta de éste, el menor le echó la traba, impidiendo su abertura. Se volteó y se dirigió a su mayor, quien intentaba eliminar lo mejor posible aquella mancha.
Jeong Han se arrodilló frente al contrario y levantó su camisa, dándose cuenta así de que su piel bajó ésta también estaba manchada. El manoseo en su vientre bajo provocó que una oleada de calor recorriera su cuerpo y que su miembro comenzase a sentirse demasiado aprisionado dentro de su ropa interior.
El menor, al darse cuenta de aquello, dirigió su mirada desde el torso bien trabajando del mayor hasta sus ojos, buscando encontrarse con aquella mirada nublada y llena de deseo que tanto lo excitaba. Y lo hizo.
—Chúpame el helado... —dijo el mayor, con voz ronca.
—¿Cuál de los dos...? —preguntó el menor, lujurioso.
—Sorpréndeme... —contestó, dejándose llevar.
Divertido y excitado al mismo tiempo, desabrochó con apuro el cinturón del contrario para lograr sacar por la hendidura de su pantalón su duro y erecto miembro. Sin rodeos, Jeong Han tomó el miembro entre sus manos y, con una sonrisa traviesa, lo introdujo lentamente en su boca, pasando su lengua por toda la extensión a la vez que lo hacía.
Comenzó a mover su cabeza hacia delante y hacia atrás, simulando embestidas sobre el miembro de Seung Cheol. El ritmo comenzó siendo lento, lo que terminó por desesperarlo. El mayor dirigió sus manos a la cabeza del contrario y enredó sus dedos en su cabello, marcando un ritmo más acelerado que el que el menor estaba haciendo.
Metiendo y sacando el miembro de su boca cada vez con más intensidad, Jeong Han logró sentir cómo su mayor se estremecía y un cálido líquido amargo comenzaba a recorrer los rincones de su boca. El menor tragó sin dificultad aquel líquido que tantas veces había probado y, dejando un recorrido húmedo con su lengua desde la base de su miembro hasta su vientre, lamió la dulce mancha que tenía sobre su piel.
El mayor tomó al contrario de la barbilla y lo subió hasta su altura para dejar un tierno beso en sus labios.
—Recuérdame darte helado más seguido... —dijo éste, sobre sus labios.
—Lo comeré con gusto mientras sea tuyo... —contestó el menor, robándole otro beso y guiñándole un ojo.

SEVENTEEN • One Shots +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora