Capitulo uno: Películas & Encantos.

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Un muy agudo grito de terror se metió entre nuestros oídos, hizo que nuestra piel se enchinara rápidamente y los cuatro diéramos un salto en el lugar seguido por un grito al unísono. Mi corazón se aceleró a mil por hora y sentí que iba a desmayarme.

Martin se levantó del sillón, tomó el control y de un golpe apagó el televisor.

¡Maldita sea! Les dije que no debíamos ver esa película –dijo Pía, mi mejor amiga, quien se encontraba abrazada a sus piernas por el susto-

Concuerdo con Pía –se le unió Jay-

Ponle a los dibujitos Martin –chillé aún en un estado de shock, jamás había visto tanta sangre, tanta violencia y tantas rubias estúpidas y huecas en mi vida como en aquella película-

Él rápidamente prendió el televisor y le puso a Disney. Era Domingo por la noche, vacaciones de verano, y esta era nuestra típica juntada de amigos. Conocía a Pía desde que éramos unas bebés, nuestros padres eran amigos y nosotras nos criamos prácticamente juntas. Jay era mi hermano mayor y Martin su mejor amigo de la infancia. Nos agradaba estar los cuatro juntos, la relación con mi hermano siempre fue buena y de pequeños todos jugábamos juntos.

Díganme, ¿Por qué siguen siendo las películas de terror nuestro motivo para juntarnos un Domingo? –pregunté tratando de olvidar aquellas escenas-

Es cierto, tal vez sea tiempo de cambiar eso –dijo Jay-

La próxima vez salgamos a comer una pizza o a caminar al centro, es mejor que darnos estos sustos –propuso Pía mientras bajaba sus piernas y se calmaba cada vez más-

Me parece una buena idea –Jay la abrazó por el cuello, puso su cara de “galán” y ella lo miró un poco sorprendida- ¿Qué te parece tu, yo y unas pizzas el próximo Domingo?

¿Así intentas conquistar a una chica? –dijo Martin entre risas a lo que Jay le respondió con un puñetazo en el hombro que lo hizo jadear por el pequeño dolor- Mejor cierro la boca.

Rodeé los ojos ante el décimo cuatro intento de mi hermano por caerle a mi mejor amiga. ¿Saben por qué la adoro a pesar de todo? Fácil, porque no es de esas chicas que seden porque sí. Se hace respetar y si un chico quiere estar con ella se tendrá que ganar el derecho a invitarla. Jay jamás rogaba pero hay algo de Pía que lo trae loco.

Sin embargo esta vez ella aceptó y cuando Jay le pidió cerrar el compromiso con un beso y los vi acercarse rápidamente salté del sillón para irme de ahí, que repulsivo.

Tú ven aquí –dije tomando de la chaqueta a Martin que se había quedado mirando como idiota-

Dio unos pequeños saltitos para reincorporarse al ritmo y me siguió hasta la cocina.

Quería ver eso.

Ugh no que asco.

¿Te molesta que quieran salir? –dijo el morocho entre risas-

No imbécil, es solo que Jay es mi hermano y Pía mi mejor amiga. Si él la lastima no sé con que cara la veré.

Es un buen punto pero aún así no creo que una amistad de años como la que tienen se rompa por una estupidez que es muy poco probable que suceda.

Eso espero, sino te mataré.

¿Por qué a mí?

Tú fuiste el que lo incitó a que le pidiera citas, eres un metido Garritsen.

Garrix, Martin Garrix.

Ya te hiciste el James Bond y además aún sigues siendo Martijn Garritsen para mí.

Le sonreí en respuesta a la tierna sonrisa que me dio. Comencé a recordar todos los momentos que hemos vivido juntos desde pequeños, a pesar de ser el mejor amigo de mi hermano, también lo siento como el mío.

En el colegio había sido víctima de bullying por el simple hecho de que era demasiado tímida, cosa que superé con los años y gracias a increíbles amigos, pero él siempre estaba allí defendiéndome de quienes trataban lastimarme.

Él había sido mi primer beso, aún que no fue como lo imaginaba y en el lugar que creía sería, fue mágico. Teníamos unos 13 años y estábamos en la fiesta de cumpleaños de Lynn Spor, esa chica realmente me odiaba y de hecho no me sorprendió que me invitara, ella estaba realmente loca por Martin y él le había dicho que si quería que fuera debía invitarme a mí también.

Pía me unió al juego de la botella y por más que me negara ya estaba sentada frente a un círculo de chicos y chicas. Cuando hice girar la botella quise correr lejos de ahí, no quería desperdiciar mi beso en un mocoso engreído y estúpido como era la mayoría a mi alrededor.

Nadie podía creer donde había frenado la botella, ¡Martin! , Lynn rápidamente protestó {como perra insoportable que es} que él no tenía porque besarme y hasta yo prefería que no lo hiciera, no quería causarle problemas.

Me iba a salir de la ronda y simplemente irme pero alguien tomó de mi mano y me hizo sentar con fuerza de nuevo en el piso.

Lo último que recuerdo fue ver al mejor amigo de mi hermano besarme, me tomó con suavidad de las mejillas y aún que sentía pena porque jamás había besado me dejé llevar y lo besé también.

¿____________? ¿En qué piensas?

Rápidamente Pía me sacó de mis pensamientos y negué con la cabeza tratando de regresar a la realidad.

¿Te encuentras bien peque? –dijo Jay quien se miraba preocupado-

Solo estaba pensando Jay, no exageres –rió Martin-

Sí, eso –dije finalmente- ¿Y bien? Traidora, ¿Saldrás con mi hermano?

Sip –dijo ella emocionada como si no fuera nada-

Más te vale no lastimarla porque te cortaré las pelotas –miré fijamente al rubio-

¡__________! –chilló avergonzada mi mejor amiga-

¿Qué? Defiendo a los que quiero.

Los cuatro rompimos en risas nuevamente y nos quedamos hablando hasta las 12. Martin se fue a casa y Jay acompañó a Pía a la suya por lo que me quedé en casa sola.

Llevaba viviendo en Los Ángeles con mi hermano mayor casi un año y medio, nuestros padres vivían en nuestro hogar natal Ámsterdam, en los Países Bajos.

Martin y Jay eran unos reconocidísimos DJ’s, desde pequeños ambos persiguieron un mismo sueño y Pía se había mudado hace apenas unos tres meses con su familia para que el negocio familiar de sus padres tuviera más éxito.

Me dí una ducha en agua tíbia por aproximadamente unos 30 minutos, luego salí y me puse mi camisón. Revisé por un rato mis redes sociales y cuando me dispuse a desconectar el wi-fi de mi celular me llegó un mensaje. Suspiré, realmente estaba cansada, aún así volví a ponerme mis lentes. No los necesitaba para ver pero por problemas leves dado a que uso mucho la computadora y el celular debo usar unos para descansar la vista.

*Mensaje de Martin*

Porque cuando el amor no muere, mata {Martin Garrix & tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora