Capitulo cinco: Compañía.

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Desperté sintiendome un poco mejor. Miré hacia el pequeño reloj sobre la mesita de luz y ya eran las 10 p.m. Me sorprendí un poco pues no solía dormir tanto, tenía serios problemas para consilear el sueño, mi futuro esposo tendría que trabajar muy duro para lograr dormirme...Dios mío, ¿Qué estoy diciendo? 

Luego de unos cinco minutos en los que me la pasé estirándome y flojeando si debía o no levantarme me paré y fuí hasta mi baño. Lavé mi cara y la frescura del agua me hizo sonreír de satisfacción. Cuando terminé con mi aseo bajé hasta la cocina y me encontré con una notita: 

Peque: Lamento no estar para cuando despiertes pero me llamaron para ir al estudio y hacer unas mezclas. Volveré en cuanto pueda, hay pizza en el horno.

Te quiero, Jay.

Oh perfecto, justo cuando necesito los apapaches (abrazos o mimos) de mi hermano mayor él debe irse. Pero tengo que entender que es su trabajo. Fui con mucha flojera hasta el horno y lo abrí pensando que cosa rara me encontraría allí, normalmente era yo la que cocinaba pues como dije anteriormente, Jay es un completo desastre en la cocina.

Bueno no era lo que esperaba, literal, ni siquiera él la cocinó. Estába allí la tentadora pizza de la pizzaría a unas cuadras, no pude evitar reír por esa pequeña tontera y la saqué para servirme dos grandes trozos, a la mierda la dieta, comeré hasta engordar y luego un buen pote de helado de chocolate.

Pusé mi película favorita, Battleship (admito que solo la amo por Taylor Kitsch) y me senté con mis trozos de pizza. Olía demasiado rico, prácticamente tenía hecha agua mi boca.

Y justo cuando creí tener un poco de paz el timbre sonó. Maldición Jay, ya es la cuarta que dejas la llave. Me levanté con cuidado de no tirar mi adorada pizza y corrí a la puerta abriendola.

Jay la próxima te dejo...

{Martin}

No pude estar tranquilo en todo el día. Nadie me dio señales de vida, Pía no contesta mis llamados, Jay ni quiero intentar porque sé que es lo que dirá y ___________ tiene su celular apagado desde el mediodía. 

Para colmo Lynn decidió quedarse en mi casa las dos semanas que mi madre estaría aquí y ya conociéndola seguro encontrará una razón para quedarse aún más. Aproveché que se estába bañando y bajé para preguntarle a mi madre que hacer, ella siempre parecía tener la respuesta a todo. 

¿Acaso no era eso lo que querías hijo? —dijo ella refiriéndose a tener a Lynn de vuelta. Realmente comenzaba a darme cuenta de lo estúpido que había sido, yo no la quiero devuelta, nadie la quiere. En un principio estába enamorado de ella pero luego todo esto de los celos, los constantes llamados, la desconfianza...ya me quiero cortar las pelotas- ¿Y bien? 

Mamá no me ayudas ¿Sabes?

Creí que lo hacía.

Suspiré pasando mis manos por mi cabello para sacar todo el maldito estrés de mí. 

No quise decir eso...lo siento sé que ayudas, pero no entiendo como es que lo haces, tu vida parece tan fácil.

No lo es cariño —dijo y me envolvió en sus brazos como cuando era pequeño y me lastimaba- nada en esta vida es fácil, siempre habrá obstáculos por superar, el secreto está en no rendirte aún cuando todo en tí dice que lo dejes ir. 

Ojalá fuera así para mí. ¿Qué debo hacer? No quiero perder a ____________.

Ella siempre parecía tener la vida resuelta y los secretos se los sabía todos. Me aconsejó que fuera tras ella, no podía perder esa amistad de tantos años por una estupidez tan grande como la que me mandé. 

Sé que el cariño que le tengo a _____________ no es el que se le tiene a una amiga, pero yo no tendría oportunidades con ella. Jamás me ha demostrado que quiere algo más conmigo, cuando la veo tener citas o novios sinceramente quiero asesinar al hijo de put*, se que tarde o temprano la lastiman y no sé si matarme yo o matarlos. 

Dejé de perder el tiempo y salí de casa hacia la de los Heiblom, esperaba con muchas ganas que no me quisiera tirar con un jarrón de vidrio, esa chica tiene muchos tornillos flojos, pero eso la hace tan linda... estás muerto Martin.

{__________}

Me sorprendió verlo aquí, realmente no lo esperaba. 

Julian, ¿Qué haces aquí? —dije con una media sonrisa. No me mal entiendan, él es muy lindo y buena persona, pero como ya saben lo que siento por Martin no es lo mismo con Julian-

Tu hermano me dijo que estábas algo triste así que traje películas y helado, para animarte —sonrió con cierta emoción en su rostro que me causó ternura. Era un divino este chico-

Eso es...muy dulce de tu parte. Estába por comer pizza, pasa y podemos ver que películas trajiste. 

De hecho una compañía en estos momentos no me haría mal, agradecí en mi interior a Jay por preocuparse tanto y tomé el pote de helado que había traído llevandolo a la heladera. Corté unos dos pedazos más en un plato y se lo llevé mientras él revisaba unas películas. 

¿Y cuál trajiste? —le puse a un lado donde no pudiera tirarlo y me senté a su lado mientras seguía revisando hasta que vi que estaba LOL (Miley Cyrus) y un pequeño gritito de emoción salió de mí- ¡Trajiste LOL! Amo a Miley.

Lo sé —dijo entre risas- casi me dejas sin oído, fue muy agudo ese grito.

Ay perdón —le besé la mejilla aún emocionada y tomé la película- ¿Podemos verla?

Claro linda, de hecho las tomé todas rápidas para llegar aquí. 

Que tierno eres gracias —sonreí y él me devolvió el gesto. Saqué la película que tenía guardandola en su estuche y pusé LOL-

Ambos nos acomodamos con nuestros platos de pizza y la película empezó. Por momentos me olvidé de aquella incomodidad que solía sentír cuando estábamos Julian y yo. 

La pizza era perfecta, la compañía muy buena, la película increíble. Me sentía mucho mejor. El timbre sonó y me sacó de todo pensamiento. 

¿Esperabas a alguien? —preguntó Julian en un tono que podía notar algo triste lo cual me pareció raro y negué-

Me levanté dejando mi plato con la pizza a medio comer y fuí hasta la puerta. Me quedé paralizada al verlo. 

Porque cuando el amor no muere, mata {Martin Garrix & tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora