Capítulo 38

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–Hola Julieta, ¿cómo estás?
– Bien Loren, gracias, Joey que gusto de verte– le medio sonreí avergonzado– ¿así que quieres saber si Christopher y yo fuimos novios?– dijo entrando a la habitación.
– Loren acaba de contarme lo de Nina y cómo ayudaste a Christopher a salir adelante.
– Además de que has visto como nos tratamos, ¿no?– asentí con la cabeza –está bien, te contaré la verdad– se sentó al lado de mío –cuando teníamos 17 años, en una fiesta jugamos botella, alguien me puso de "castigo" besarlo durante minuto y medio y yo encantada lo hice, porque sí, Christopher me gustaba desde que me acuerdo, pero en ese beso comprendí que éramos como hermanos, que no había química entre nosotros como pareja y cuando lo platicamos, ambos estuvimos de acuerdo, olvidamos ese beso y seguimos siendo confidentes como hasta ahora, ¿aclarada la duda?
– Sí, pero... dan la impresión de ser amigos con derechos.
– Es una táctica que usamos ya sea para alejar a alguien o confirmar si le interesamos.
– ¿O sea que están confabulados para cortar las expectativas si alguien no les gusta y si les interesa otra persona lo hacen para darle celos?
– Suena medio perverso, pero sí, le he espantado a varios y él también a mí, algunos tipejos.
– ¿Entonces tú ya sabías de mí existencia desde antes que nos descubrieras?
– Sí.
– Hija, acaban de llegar el estilista y el maquillista– anunció Yenny y Loren se retiró.

Yo me quedé algo impactado, ahora comprendía muchas cosas y porque ella había cambiado su actitud hacia él de repente, Christopher quería corroborar mi interés por él, pequeño tramposo, entonces me pregunté desde cuando él había roto la tercera regla. Me sacaron de mis pensamientos cuando me dijeron que tendría que ir a cambiarme. Julieta dijo que tenía que bañarse y Loren fue a vestirse antes de que la peinaran. Llegué a una habitación donde me esperaba un estilista que empezó a peinarme, me hizo algo sencillo luciendo las ondas de mis cabellos, dejó algunos rizos colgando en ambos lados de la cara.
Mientras tanto peinaban a Diana y maquillaban a Julieta. Por su parte, Loren se puso el hermoso y moderno vestido blanco, diseñado por ella misma, una vez que lo tuvo puesto se sentó con sumo cuidado para que la peimaran.
Entonces fui a mi habitación para cambiarme de ropa. Entré y estaba vacía, así que cuidadosamente me quité la blusa y luego mis pants, saqué mi traje azul oscuro del enorme armario que parecía una habitación más y me lo puse al igual que mis zapatos, estaba mirándome al espejo cuando Christopher entró.

– Wow, voy a ser la envidia de toda la fiesta, te ves bellísimo, bebé.
– Gracias– dije sonriéndole y dándome una vuelta, de pronto la triste historia vino a mi mente y lo abracé con todas mis fuerzas y le acaricié la espalda– gracias por dejarme entrar en tu vida.
– Las gracias debería de dártelas yo a ti, tú fuiste el que me llamó, ¿recuerdas?
– Sí, pero... – me quedé callado, no sabía si era buena idea que él supiera que Loren me había contado sobre su primera novia– tú rompiste las reglas... ¿desde cuando Christopher? necesito saberlo, por favor.
– Casi desde el principio, ¿recuerdas la noche en que llovió? – asentí con la cabeza – me quedé contigo hasta mucho después que amaneció, era mentira que no traía coche, si te lo dije fue porque no quería ilusionarte, yo mismo no quería ilusionarme, estaba muy confundido Joel y quizá rompí las reglas antes que tú.
– Te amo Christopher, creo que te amé desde el primer segundo que te vi.
– Creo que yo también, eres la única persona con la que he  hecho el amor y, si me lo preguntas, no sabría decirte exactamente cuando sentí esa diferencia, así que como veras, definitivamente el agradecido de que hayas entrado a mi vida soy yo – me beso  tiernamente los labios – ahora tengo que cambiarme, nos toca recibir a los invitados.
– ¡Qué nervios!
– Relájate, te ves precioso, impresionarás a todos, ya verás.

Cuando vi el color de su camisa me quedé sorprendido, era azul, del mismo tono que mi traje, cuando se lo hice notar me dijo que estábamos en sincronía y me guiñó un ojo. Bajamos y salimos a la terraza, ya habían algunos invitados que platicaban con Jonathan y Diana. Más tarde Christopher me presentó a algunos de sus tíos Kevin, Mario y Marco, hermanos de Leonardo, muy serios ellos, por cierto. A las seis en punto nos colocamos en nuestros respectivos lugares, todos los Vélez en primera fila, Julieta y su hermano detrás de nosotros y del otro lado los papás del prometido de Loren. Calculé que serían unos 200 invitados. El sacerdote ya se encontraba en el altar y el novio también, visiblemente contento y nervioso. La melodía empezó a sonar y entraron las damas, con vestidos color lila y una cinta rosa en la cintura, cuando llegaron a su lugar Loren hizo su aparición, del brazo de su padre, comenzaron a caminar por el pasillo, ambos con una gran sonrisa. Al llegar al altar, su padre entregó la mano de Loren a Michael que la recibió gustoso y se pararon frente al padre que dio inicio a la ceremonia. Dijeron sus votos emocionados y después Christopher y la madrina les colocaron el lazo. Al terminar, los ahora, esposos  se dieron un dulce beso y después caminaron por el pasillo mientras les aventaban pétalos de margaritas.Pasamos al salón, una pequeña banda de cuatro músicos amenizaba con melodías suaves, todos empezaron a tomar sus lugares, Loren y su esposo en la mesa de honor, uno de los músicos les pidió que pasaran a bailar su primera pieza como casados y todos les aplaudimos, Christopher me tomó la mano por debajo de la mesa y me sonrió, estaba tan feliz. Los músicos siguieron tocando, algunos se pararon a bailar y un par de horas después sirvieron la cena. En cuanto terminamos de comer, anunciaron que era momento de las palabras
del padrino y Christopher se puso de pie.

– Buenas noches a todos, es para mí un gran honor dirigirme a ustedes, Loren y Michael, el tiempo pasa y el amor tocó a su puerta y me da muchísimo gusto que sea un amor como el de ustedes, por cierto Michael, bienvenido a la familia. Bien, tenía preparado un largo discurso, pero lo olvide en la maleta, así que sólo les diré lo siguiente.Tomó un respiro.
Amor es como encontrar un oasis en el desierto, hay muchos espejismos, pero sólo uno es el verdadero. Loren, Michael... mis mejores deseos para esta aventura que inician juntos, estoy seguro que serán inmensamente felices y que formaran una preciosa familia, pórtense bien! – dijo con su típica sonrisa traviesa y levantó su copa – ¡Salud por los novios!
– ¡Salud!, exclamamos todos los presentes levantando nuestras copas y después bebimos el champagne.

Christopher me sonrió y me extendió su mano.
– ¿Bailamos?– propuso caballerosamente.
– No soy muy bueno, pero si he hecho otras locuras por ti, ¿qué más da un simple baile?– respondí sonriendo y tomando su mano.

Nos levantamos y caminamos a la pista, ahí estaban Jonathan y Diana, que nos vieron y nos sonrieron, al igual que Yenny y Leonardo que no podían ocultar su felicidad. Christopher puso una mano en mi cintura y con la otra tomó una de mis manos y coloqué la restante sobre su hombro, empezamos a movernos al ritmo de la tranquila melodía, Christopher tenía apoyado su mentón sobre mi hombro y danzábamos suavemente, me dejé llevar completamente por él y creo que no lo hice tan mal. Terminó la canción y regresamos a la mesa. La fiesta siguió, bailamos otras melodías, hablamos y después llegó el momento de aventar la liga. Loren se sentó en una silla en medio de la pista y Michael se la quitó lentamente mientras los hombres silbaban rodeándolos.

– ¿Sabes?, es la primera vez que Christopher se une a ese ritual– dijo Julieta sentándose a mi lado.
– ¿En serio?, ¿no lo hizo en la boda de Jonathan? – pregunté sorprendido.
– No, y ni en ninguna otra boda, así que me da mucho gusto que hayas terminado con Tom y hoy estés aquí.
– Veo que entre tú y Christopher no hay secretos.
– No te creas, sí los hay, no le cuento todo lo que hago, ni él a mí tampoco, pero ese no es el punto, la semana pasada me encontré a Tom en un bar.
– ¿En serio?, ¿y cómo está?
– Bien, dentro de lo que cabe, me contó todo lo que pasó entre ustedes, sus mutuos engaños, te admiro, yo no sé si hubiera tenido el valor para confesar algo así.
– Tenía que saber la verdad.
– Pues sí, de alguna u otra manera se iba a enterar y fue mejor que lo supiera por ti.
– ¿Piensas que soy de lo peor?
– No Joey, a veces el destino se presenta de una forma extraña, pero las cosas se acomodan de tal forma para que estemos con quien debemos estar y el tuyo definitivamente es con Christopher y de la misma forma Tom encontrará a la persona con la deba pasar el resto de su vida, su relación sólo fue una experiencia más, por cierto, también terminó con Emily, que tipa más desagradable.
– ¿Y ella se lo tomó tan tranquila?, a mí me amenazó.
– Obvio no, estuvo acosándolo, pero él tomó cartas en el asunto y logró que le pusieran una orden de restricción, así que, frustrada, regresó a vivir con sus papás a San Diego.
– ¿Y de todo eso hablaron en una noche?
– La mayoría sí.

Tentación - Virgato 🔥 Primera Parte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora