5.- Chaaad...

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5.- Chaaad...

Corte un pedazo de waffle y con el tenedor lo metí a mi boca. Sin despegar mis ojos de la televisión, claro está.

Mientras lloraba a mares.

—Pudieron volver a la normalidad gracias a la amistad. —sorbe mi nariz aun viendo el programa. — ¡y como si no fuera suficiente Twilight se convirtió en princesa!

Abrace a mi perro, mientras seguía llorando.

Entonces algo interfirió en mi campo de visión, evitando segur viendo el programa.

—Deja de estar viendo tus caballos con cuernos. —dijo. — ¡llegaremos tarde a la Universidad! —advirtió.

— ¿Caballos con cuernos? — oh no, no dijo eso.

—Oh no...—susurro Agnes.

— ¡No son caballos con cuernos! ¡Son Ponys!, ¡Ponys! —. Me levante de golpe—. ¡Que pueden usar magia y pueden volar! ¡Y algunos pueden usar las dos cosas al mismo tiempo! —grite.

Me ofendió que les digiera a mis amigas Ponys «Caballos con cuernos », ¡por favor! ¿Y se supone que ella es la inteligente del par?

Rodo los ojos y me entrego la mochila.

—Simplemente vámonos. —camine hacia la entrada.

— ¿Si le dijiste a la vecina que le diera la comida a Peluche? —pregunte mientras acariciaba la cabeza del susodicho.

Ella simplemente asintió.

—Adiós amiguito. —le susurre a Peluche—. Se buen perro y no muerdas a la vecina—le dije. —nah mentira, muérdela a más no poder—reí por lo bajo.

— ¡Lea! —grito.

— ¡Ya voy!, ¡ya voy! —bufe.


✤✤✤✤✤✤


—Caballos con cuernos... caballos con cuernos—repetía una y otra vez.

¿Enserio?

— ¡Lea por favor supéralo! —Agnes rodo los ojos mientras abría su casillero y sacaba lo que necesitaba.


— ¡Es que no puedo superarlos!, ¡Son Ponys! ¡No caballos y mucho menos con cuernos! —Los estudiantes alrededor de nosotros me miraban raro.

Pero que se jodan.

Nadie le dice a Twilight y a sus amigas caballos con cuernos.

Si hubiera dicho algo como: «Caballos con cuernos y alas » tal vez se le perdonaría.

—Que infantil eres—dijo cerrando su casillero.

—Aun así soy tu mejor amiga—alce y baje las cejas rápidamente.

Rodo los ojos.

Agnes y yo dirigimos nuestra atención hasta un monto de chicas, las cuales estaban reunidas en un mismo punto.

Y en el centro de esa bola de chicas estaba un chico.

Y vaya chico.

Claro, no le gana a Caleb.

Con que cuando hablas de el en tu mente te refieres a él como «Caleb» y no como el «Señor Russell».

Cállate.

The Curse. © (ABANDONADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora