1.- El extraño chico Buenorro.

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1.- El extraño chico buenorro.

Actualmente.

¡Corre con más ganas Leanne Griffin! ¡Agnes te matara!

Lo sé, estúpida conciencia.

Bien, os estaréis preguntando, « ¿Qué mierda pasa? », si yo también me lo preguntaría.

Bueno, pues resulta y acontece que yo, Leanne Griffin, seré probablemente asesinada por mi mejor amiga.

¿Por qué?, pues, se supone que hoy quedamos de ir al cine, pero me dormir y estoy llegando tarde.

Grandioso, ¿no?

Joder, sí que cansa correr, ¿Por qué no use un autobús?

Mi móvil empezó a vibrar en mi bolsillo, para un momento mi corrida olímpica para descansar y contestar a la llamada de mi mejor amiga.

Conteste.

« ¡Mujer!, ¡es que enserio es el colmo Lea, es la segunda vez que llegas tarde! ».

« ¡La tercera es la vencida...!»

Escuche como mi rubia favorita suspiraba al otro lado del teléfono.

« Logre que la cajera me diera boletos de cine para otra hora, ahora no tienes que venir corriendo»

Y colgó.

Huy sí que está enojada.

Una barra de chocolate blanco y estará mejor.

Al contrario de mi mejor amiga yo odio el chocolate blanco, ella lo ama, yo amo el chocolate normal y ella lo odia.

La amo.

Guarde mi móvil y empecé a caminar hacia el cine, sin ninguna prisa ya.

Camine cerca de un callejón, algo en el despertó mi curiosidad.

Había un hombre. Y vaya hombre.

Estaba dormido, aunque de una posición incómoda. Le iba doler el cuello al despertar.

Estaba sentado, sus rodillas pegadas a su pecho, sus manos descansaban en sus rodillas. Algunos cabellos negros se posaban en su frente.

Tenía los labios entreabiertos, su respiración era relajada y lenta.

Podrían robarlo, lo deportare. Que buena ciudadana soy. Merezco el premio nobel de la paz.

Me acerque lentamente hacia él, acababa de notarlo, estaba pálido.

Parecía un fantasma.

Me agache frente a él. De cerca está aún más buenorro.

Yo si me lo tiro.

¡Lea concéntrate!

Me di una cachetada mental.

Me parecía conocido, nah, mi cabeza conoce a todo mundo.

Estire mi mano hacia él, intentando tocar su mejilla.

—Hey—susurre.

Obviamente lo despertaras susurrando, pendeja.

Cállate, conciencia. Nadie te pregunto.

Cuando por fin toque su mejilla, sentí una leve descarga de energía.

Él también la sintió ya que inmediatamente abrió los ojos.

¡Dios mío que ojazos!

Espera... ¿descarga eléctrica?, ¡como en las historias! ¿Este será mi futuro esposo?

Lees mucho.

El chico se sorprendió apenas me vio, para luego verme con dolor.

¿Tan fea soy que hasta doy lastima?

—Esto...—dije nerviosa—es que estabas dormido, y me dio miedo de que tal vez te robaran—reí nerviosa, mierda, ¿Por qué mi mano sigue en su mejilla?, al darme cuenta la aparte bruscamente—. Perdona...yo, ya me voy.

Iba levantarme pero el tiro de mi mano y me atrajo hacia él.

¿Y qué hizo?, ¡Me abrazo!

Me apapacho.

Pero tú, hombre buenorro, puedes darme algo más que un abrazo, no se piénsalo.

¡Concéntrate!

—Eh... yo. — ¡Ayuda!, ¡me quieren violar!

Aunque pensándolo bien...

¡No!

—Leanne. —murmuro, no lo podía ver, pero sabía que estaba llorando.

Awww.

Ignorando que sabe mi nombre, awww.

Esto es como una escena de cine...

Espera, ¿cine?

¡Agnes!

—Esto...lo siento, pero una amiga me está esperando y si no llego a tiempo me asesinara—el tardo, pero asintió y se empezó a alejar lentamente de mí.

Awww, yo no me quería alejar.

Cuando nos separamos lo mire fijamente a los ojos.

Se veía triste, parecía que había sufrido mucho.

— ¿Estas bien? —pregunte.

El levanto la mirada.

Sonrió, aunque fue una sonrisa súper falsa.

Asintió. —Sí, solo que me recuerdas a alguien, perdona.

Mentiroso, hasta te supiste mi nombre.

Aquí hay gato encerrado y quiere salir.

Él se levantó rápidamente y después de despedirse sin más se fue.

—Qué extraño fue eso...—me comente a mí misma.


✤✤✤✤✤✤


— ¿Cuántas te fumaste? —pregunto Agnes frunciendo el ceño.

— ¡Te juro que fue verdad! —.

— ¿Dices que un chico guapo te abrazo, y encima dijo tu nombre, sin siquiera tu habérselo dicho? —asentí rápidamente. —no lo se Lea, es algo difícil de creer.

—Te lo juro—.

Suspiro. —te creo, pero ¿Por qué habría de abrazarte?

—Tal vez porque soy irresistible. — hice una pose rara.

—Súper irresistible...—hablo mi mejor amiga con sarcasmos mientras rodaba los ojos y a la vez tomaba un poco de su refresco.

—Hay trabajo que hacer, general Osito. —Saque unas gafas que tenía en el bolso de mi mejor amiga.

—No me digas que...—suspiro.

Asentí. —el FBI tiene trabajo que hacer.

Ella rodo los ojos mientras se ponía sus gafas. —esto es un caso importante agente papa.

Asentí. —llamaremos a esta misión: "El extraño chico buenorro".

The Curse. © (ABANDONADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora