Íbamos en mi auto, yo empecé la discusión, fue culpa mía. Nos quedaba una cuadra para llegar a su casa cuando me distraje para responder a uno de sus gritos, ahí fue cuando pasó.
No puedo recordar con exactitud en qué segundo perdí el control del vehículo, sólo sé que cuando abrí los ojos el auto estaba volcado y yo fuera de él.
-Hay alguien en el auto! Tenemos que sacarlo!- Las luces de las ambulancias y bomberos me hicieron reaccionar.
Llegaron a mí unos paramédicos y tenía mucho que decirles pero no podía hablar, respiraba pero el oxígeno no llenaba mis pulmones. No pude hacer nada más, al instante siguiente ya estaba entrando a la sala de operaciones.
-Un pulmón perforado y dos costillas rotas. Eres una idiota, casi nos matas del susto.- Al abrir mis ojos pude ver a Violet, tía Aida y Cassy al lado de la cama de hospital en que me encontraba. Traté de decir algo pero me detuvieron.
-Es mejor que no hables, tienes que descansar.- Me sorprendió ver a las tres allí y a pesar del dolor de mi cuerpo, una sensación cálida me recorrió, mi familia estaba conmigo, mis seres amados... Y Thiago? En cuanto él se cruzó por mi mente me preocupé, por qué nadie me había dicho nada de él?
Mis acompañantes notaron mi desesperación y lograron entender lo que intenté comunicarles.
-Está grave... tiene quemaduras en todo el cuerpo y una hemorragia interna, pero lo que más nos preocupa es su pierna izquierda, puede perderla.- En cuanto el doctor terminó de decir su diagnóstico no pude aguantar el dolor, me desmayé.
Me dieron de alta un tiempo después y lo primero que hice fue ir a ver a Thiago, cuya recuperación estaba siendo extrañamente lenta.
-Los médicos dicen que no voy a perder la pierna, pero me espera una rehabilitación muy larga.- En nuestra guerra hubo una tregua, días enteros hablando en el hospital, momentos en que los errores cometidos parecían habernos llevado a algún sitio tranquilo, como un oasis en medio del desierto. Cuidé de él y él cuidó de mí, tal vez sí nos necesitábamos para sanar y estar completos después de todo.
A pesar de que habían pasado meses aún no lo dejaban irse a casa, lo que me tenía preocupada, escuchaba a los doctores hablar de que algo estaba mal, seguían con sus exámenes y chequeos, nada parecía ayudarlos a saber qué tenía.
Una tarde, cuando llegué a su cuarto me paralicé al oírlo hablar.
-Enciende la luz, Edith, aquí está muy oscuro.- Mi sangre se congeló.
-Amor, la luz está encendida, no la ves?- Lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas cuando me di cuenta de lo que estaba ocurriendo: estaba ciego. Algo estaba muy mal pero nadie me decía qué era.
Los días pasaron con lentitud, al igual que es proceso de recuperación de mi novio.
-Recuerdas el baile de la escuela?- Thiago hablaba con una voz fuerte por primera vez en semanas.
-En el que me dejaste plantada? Claro.- Intenté hacerme la enojada pero se me escapó una risita.
-Sólo recuerda el baile, sí? Te tengo unas cuántas sorpresas.- Había vida y luz en su rostro.
-Ah sí?- En cuanto terminé de hablar se puso la canción que bailamos esa noche en la fiesta.
-Baila conmigo.- Se levantó con dificultad de la cama, no me dejó ayudarlo, luego me tomó por la cintura y me besó con ternura.
Fue una tarde hermosa que me hizo olvidar todo lo malo de nuestra relación, bailamos un poco y luego lo acompañé hasta que nos dormimos. Era como si fuéramos dos personas distintas a las que comenzaron la relación, pero estaba agradecida de que lo hubieran hecho.
Pasaron dos días y yo volvía a mi departamento cuando sentí que se acercaba la otra sorpresa de la que Thiago me había hablado. Podía sentirlo, estaba allí. Le habían dado de alta! Tenía sentido, su visión había mejorado y últimamente podía caminar sin ayuda. Subí corriendo las escaleras, mi corazón latía fuerte de alegría, estaba lista para verlo y atreverme a amarlo como quería desde un principio.
Llegué y estaba todo en silencio, la sonrisa se fue quitando lentamente de mi cara.
-Hola Edith, yo... hay algo que tenemos que decirte.- A Violet le temblaba la voz. Un horrible presentimiento me invadió. -Thiago tenía un derrame cerebral que no detectaron a tiempo.- Tenía?
-Por qué hablas en pasado?- Ella pensó un momento en cómo decirme lo que había pasado.
-Lo siento mucho, él falleció.-

Edith: Amores De Una VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora