Pesadilla

12 3 11
                                    




Las gotas de sudor recorren mi cara, me siento un poco confundida, mientras respiro con dificultad veo a la muñeca, ella es la causante de esto. Matias está a mi lado ¿Habré gritado? Lo que vi fue muy real, puedo apostarlo. Ella me habló pude escuchar su suave voz.

—Clari... ¿Qué te pasa?

—Tuve una pesadilla muy extraña —No dejo de ver a Crisbel, Mati lo nota.

—¿Con Crisbel? ¿Qué soñaste?

Es un secreto no le cuentes a nadie.

—Lo olvidé.

La verdad es que no lo olvide lo tengo tan claro en mi memoria. 

—¿No recuerdas nada?

—No.

—Te traeré un vaso con agua.

Matias deja la habitación. Decido escribir en las notas de mi teléfono lo que soñé para evitar que se me olvide.

Caminaba sobre Heblem, veía sus letreros, su gente en las calles, la brisa del mar que está muy cerca; es extraño en un extremo está el mar y en el otro un amplio bosque. El día era bello, aún no se que buscaba solo era yo y mis pies moviéndose sin rumbo fijo. A los pocos minutos veo como se va oscureciendo, sin ninguna razón, la gente que estaba pasando el rato se detiene y empieza a verme. Siento miedo y mis pies empiezan a aligerar la marcha. No me siguen, me juzgan con su mirada. Sin percatarme entré a la casa de las agujas de nuevo. 
Al entrar y ver la cama, me encuentro con un bulto, una niña con su cabeza entre sus rodillas llorando. 
Digo "hola" la niña levanta la mirada y me percató que es Crisbel.

—Clari necesito que me ayudes.

—¿A qué? —contesto amablemente.

—¿Te gusta leer? Necesito que leas un libro para mí.

—¿Qué libro?

—Está en el bosque. Tú irás pronto. Busca el libro y tráelo a mi que nadie lo vea. Ocúltalo. 

—¿Quieres que vaya ahora?

—No, estás durmiendo ahora. Te observo —Eso me asusta mucho—. Sálvame Clari. 

Muchas arañas como aquella vez vuelven a salir de todas partes con la diferencia de que estás me consumen, debajo de la cama salen más. Siento el tacto nada agradable y como muerden mi piel. Grito. 

—Es un secreto no le cuentes a nadie. Léeme el libro y yo te salvaré de las arañas, yo te salvaré de lo que esta pronto a llegar a Heblem.

Lo último que alcanzó a ver es como vuelve a su posición original.

Eso fue. Me tomo el vaso con agua. No quiero bajar de la cama aún siento las arañas cruzando por todo mi cuerpo.

Esa muñeca está viva y sabe lo que hacemos. Debo mantener la calma.

ClarissaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora