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—¡Hoseok, Hoseok!— llamó el menor con emoción—¿Qué ocurrió con balones?

—Ah... ¿él?... mmm, se negó— respondió a aquella patente insistencia.

Jungkook disolvió todo rastro de positivismo y lo reemplazó por decepción. Realmente estaba muy estusiasmado por empezar su plan, y no había avanzado nada cuando ya todo se había desbaratado.

—Le insistí, pero simplemente se negó. Lo siento Kook.

—Bueno, no importa— suspiró—. De igual forma Seulgi tiene novio— encogió sus hombros sin importancia.

Hoseok abrió los ojos con sorpresa y maldijo al chico dueño de aquella preciosa escultura de mujer llamada Seulgi. Le había gustado durante mucho tiempo, y aún se preguntaba que le faltaba para estar a su altura.

—Tenemos muy mala suerte en el amor— bufó el mayor, tratando de adaptarse a la idea de jamás tener una oportunidad con Seulgi.

—Creo que es una señal del destino— dijo Jungkook.

Hoseok se halló intrigado por aquella confesión, y en su cabeza una bomba gigante de preguntas explotó. ¿El destino? ¿Qué clase de destino cruel le esperaba?

—¿No crees hyung?— canturreó coqueto. Sus ojos se volvieron brillosos y su expresión pícara.

Hoseok propinó un golpe en el hombro ajeno, frunciendo los labios y apartando su mirada del menor. Por ningún motivo tendría una relación con Jungkook más allá de una gran amistad. Eso sería espantoso y fracasado.

—Jamás Jungkook.

—Es broma hyung— abrazó al mayor con fuerza, el contrario sonrió correspondiendo la muestra de afecto.

Jungkook ni siquiera parecía muy afectado porque Hoseok no pudo conseguir nada de parte de Taehyung. El pelinegro tampoco podía decirle la verdad sobre lo que pasó, pues era muy probable que Jungkook se enfadará, y Hoseok definitivamente no quería eso. El lindo castaño era exageradamente irritante cuando algo le molestaba.

Ambos fueron a la cafetería a pedir sus almuerzos, Hoseok llevaba un Sándwich de pollo y un jugo de naranja. Jungkook llevaba el mismo plato, pero también agregó papas fritas y su jugo era de arandanos.

Hoseok no pudo evita reír cuando Jungkook le llamó diciéndo "hyung mira, un jugo de Jimin" al leer la etiqueta de "Jugo de arándanos, saludable para tus huesos", haciendo referencia al azulado cabello del joven.

—Será saludable para mis huesos, pero feo es de sobra— alejó la caja con una mueca de asco—. Definitivamente es el jugo del cabeza de arándano Jimin, que asco.

Hoseok lo observó con una reluciente sonrisa sin decir nada, se levantó de su asiento y fue nuevamente a la cafetería.
Una vez el mayor regresó a la mesa, Kook lo recibió con un calida sonrisa, mas se preguntó para qué había comprado más jugo si aún le quedaba.

—¿Tomarás otro jugo hyung?— su amigo al otro lado de la mesa negó, y colocó la caja de jugo a un lado de su comida—¿No era para ti hyung?

—No. Bébelo, no quiero que te atragantes con un trozo de pan y deba cargarte a la enfermería— el menor rió acatando la orden. Era mucho mejor que el jugó de arándanos, pero no era una maravilla.

Pasaron un agradable receso entre risas y diversos temas. Jungkook le platicaba algunas ideas que tenía para poder conquistar a Taehyung pues no se rendiría. Sabía que de una u otra forma lograría llamar la atención del chico de grisáceo cabello, que de hecho, estaba muy cerca de su mesa. Solo minutos después, Mingyu se unió a la conversación, sentándose junto a Jungkook.

El menor notaba muy raro a Mingyu, pues entre más confianza había en la plática, más apegado estaba a él. Le dedicó una mirada suspicaz a Hoseok y este le correspondió. Al parecer él también había detectado la extraña forma de actuar de Mingyu. No sabía qué le sucedía, pero estaba más afectuoso de lo normal.

Sin embargo, al otro lado de la mesa, Taehyung mantenía su severa mirada sobre Mingyu, ni siquiera ponía atención a lo que los miembros del equipo hablaban —aunque jamás lo hacía—. Como era de costumbre, Jimin y Yoongi estaban en una mesa aparte cuando el equipo se reunía en los recesos, Taehyung se quedaba y usualmente revisaba su celular sin prestarles el mínimo de atención. Viéndolo desde un punto distinto, no había mucha diferencia. Asistiera o no, jamás les prestaba atención.

—Taehyung, ¿tú que piensas?

Giró su severa mirada y los presentes guardaron sepulcral silencio. Hoy era uno de esos días donde ver a Taehyung a los ojos era como ver el infierno. Y ni hablar de molestarlo con preguntas. Fue mala idea dejarlo ahí.

—No me importa ni tampoco sé lo que dijeron— confesó retirándose en dirección a la cafetería.

Los chicos del equipo se dedicaron miradas unos a otros y prefirieron no decir nada, insistir cuando Taehyung estaba enojado no era la mejor de las ideas, eso si no querías dar quince vueltas a la cancha. Si algo caracterizaba al gran y guapo capitán del equipo de fútbol, Kim Taehyung, es que su carácter era una mierda y en sus días de enojo, juntarse con él era como una patada en el culo.

Envidiaban como Yoongi y Jimin jamás —o casi nunca— recibían malos tratos aunque Taehyung estuviera enojado, este simplemente les pedía que le dejarán solo y ellos obedecían sin problemas.

—Un día me dejaré crecer el bigote— dijo Mingyu robando una de las papas del menor, estiró los bellos como si estuviese pidiendo un beso, y colocó el palillo comestible sobre sus labios a forma de bigote.

—¿Qué haces?— rió el menor.

—Ya regresó, iré a dejar mi bandeja— anunció Hoseok una vez Seulgi apareció en si campo visual, poniéndose de pie y dejando al par ahí.

Mingyu fijó su mirada en Jungkook, quien por el contrario, tenía su mirada puesta en Taehyung. El susodicho "revisaba" su celular mientras bebía de un energizante como era común. Mingyu tocó su brazo e inmediatamente robó la atención de Jungkook.

—Ten una cita conmigo.

Jungkook abrió los ojos con sorpresa, sus mejillas se tiñeron de un bello color rojo sin dejar de ver al chico. ¿Una cita? ¿Él? Quizás le estaba montando una broma, porque era imposible de creer. Creyó haber dejado sus preferencias claras.

—Ya regreso— dijo Jungkook tímido, esquivando la propuesta.

Se levantó de la silla con rapidez, yendo en busca de Hoseok. El pelinegro pedía un empaque de galletas saladas, mientras su rostro lucía gastado. Probablemente no le fue bien con Seulgi.

—Hoseok hyung, ayúdame— apareció repentinamente, asustando al mayor.

Hoseok se recompuso en su lugar carraspeando, y prestó atención al menor.

—¿Qué ocurre? ¿Por qué estás sonrojado?

—Mingyu me acaba de pedir una cita, ¿Qué hago? ¿Acepto? ¿Lo rechazo? ¿No le digo nada? Ayúdame hyung, ya sabes que yo no soy de estas cosas, pero no quiero rechazarlo.

¿Una cita puede considerarse un problema? Aunque tratando de Jungkook, lo más probable es que sí. Sobre todo si se lo decían tan directamente y con la misma mirada de Mingyu. Él obviamente no era un experto en citas por razones evidentes, sin embargo Mingyu le resultaba muy lindo y bastante agradable. No sabía qué hacer ni como actuar. Se sentía tímido, Mingyu lo hacía sentir de esa manera de alguna forma.

¡Oh! Y ahí esta Taehyung aplastando la botella de energizante.

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Tengan un MinMinie día maravilloso serendipias. Los amo💛

Atte:

—SerendiTear

Ligando Al Capitán ❃ [RESUBIENDO - EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora