Steve Rogers

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Título:  Sugar, Sugar.

Advertencia: no.

Tengo una cita con el Capitán América, y sigo en shock.

Esa mañana salí a trotar como cualquier otro día,  cuando ví a un hermoso rubio pasar a mi izquierda.

— Hola —saludó brevemente antes de seguir pasándome con rapidez, sonreí y apuré el pasó pero no podía pasarlo,  al final de unas cuantas vueltas estaba tomado agua y tirándomela en la cara, cuando lo ví acercarse a mi empecé a toser torpemente,  el sonrió y se acercó a darme unas palmadas suaves en la espalda—. ¿Estás bien?

Asentí con la toalla de mi hombro me sequé la cara, seguramente estaba muy sonrojado, cuando lo detalle casi me ahogo otra vez, era Steve Rogers.

— Hola, soy Mike—le dije sonriendo tímidamente, estaba algo intimidado y bastante atraído por su imponente y dulce presencia.

— Steve —tomó mi mano y la sacudió en gesto amable, sentí un hormigueo en la boca mi estómago cuando nuestras manos enredaron y al dejar de sacudir las manos ninguno se separó así que, siendo el idiota impulsivo que soy, decidí preguntar rápidamente.

— ¿Estás libre esta noche? —ví su expresión algo confundida y pensé que lo había ofendido—. Digo, si quieres o si no quieres está bien yo entiendo perfectamente porque claro seguro alguien como tú debe tener planes y-y...

Sentí su mano en mi hombro apretando levemente y levante la vista para encontrarme con la sonrisa más dulce y encantadora.

— No tenía planes pero al parecer ahora si, ¿quieres que pase por ti?

Lo primero que cruzó mi mente fue que podría desmayarme pero me recompuse y él sacó una libreta de su bolsillo.

— vivo en un edificio por el Colectivo Bushwick, es unos de ladrillos y mi número es 3666311 para que me avises cualquier cosa —sonreí mientras hablaba con una voz calmada para nada reflejando mi interior en crísis, él anotó y luego la guardó, una pelirroja vino por él. 

— Nos vemos más tarde, Mike — dejó una palmada en mi espalda y se fue, yo me quedé allí unos minutos congelado sin creer lo que acababa de pasar.

Ahora me encontraba vistiendome después de estar una hora sin decidirme  que ponerme, opté por:  unos pantalones grises, una camisa color negra manga corta y un zapatos negros. Mientras dejé mi corto cabello rizado secar me quedé viendo el espejo, estaba nervioso, sé que no es una cita ya que dudo mucho que él esté interesado en mi de esa forma pero igual llevaba meses sin salir con nadie. Y sentí algo de pánico pero al ver a Steve no pude evitar mi reacción, recuerdo cuando me salvó y sé qué él a salvado a tantos que no me debe recordar pero ese día en el centro de New York durante la batalla Steve salvó mi vida, en ese banco lo ví por primera vez y desde entonces estuve atraído a él.

Mi teléfono sonando me sacó de mis pensamientos y al atender era un número desconocido.

— Hola, buenas noches ¿Quién es?  —dije como de costumbre cuando un número extraño llama.

Hola, es Steve, estoy abajo.

— voy bajando —colgué, tomé mis cosas y las metí en mis bolsillos,  me eché un poco de perfume y bajé apurado, al verlo mi mandíbula tocó él suelo. Estaba usando una camisa blanca con una chaqueta de cuero marrón y unos jeans,  se veía perfecto y sobre todo en su moto...

Espera,  ¿su moto? Y al parecer la sorpresa se notó en mi cara.

— ¿Todo bien?

one shots [marvel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora