Steve Rogers

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Título: primera vez.

Advertencia: Smut. *continuación de Sugar Sugar*

Esta es la peor  Navidad de todas. Estaba caliente y mi novio es anciano demasiado dulce y respetuoso, casi un año saliendo y no pasamos de segunda base,  siempre me acompañaba a casa y nos dabamos unos cuantos besos, nunca subía y si lo hacia terminamos viendo películas y  durmiendo. Y eso no me molestó en lo absoluto pero ahora que tengo su hermoso cuerpo disponible tanto tiempo es complicado puesto que nuestras rutinas se mezclaron tanto que hace poco terminamos de mudarnos juntos, vendimos su departamento y el mío compramos un dúplex espacioso pero nada exagerado. 

Hoy 10 de diciembre, estamos decorando para Navidad y faltaba poner la estrella en el árbol.

Tenía la estrella en mi mano y sentí las manos de Steve en mis caderas elevándome,  puse la estrella bien y al bajarme me pegó a su torso abrazandome,  sentí su paquete donde empezaba mi espalda y me estremecí. No aguanto más, tenía que preguntar y saber o si no me iba a volver loco.

— Steve...

— ¿Si, cariño?

— ¿Yo te atraigo?

— Tenemos un año saliendo,  Mike. —ríe suavemente y me voltea dejar un dulce beso en la comisura de sus labios — si estoy aquí ahora es porque me atraes.

— No es eso,  tonto —sonreí tratando de recuperar la seriedad y suspiré, nunca habíamos tocado el tema porque en nuestra relación no era una prioridad pero ahora empezaba a molestarme y no quiero que la comunicación sea un problema.— hablo de sexualmente.

— Oh... En ese caso si, si me atraes. —contestó tímidamente. — pero ya sabes... Soy... Nunca he hecho ese tipo de cosas,  nunca he tenido una relación seria con nadie antes de tí. No quiero presionarte ni que pienses que me debes nada.

¿Por qué cada vez que es así de dulce solo quiero que me taladre contra la pared?

— ¿Presionarme? Steve,  yo sé que eres virgen pero si no te molesta quiero que enseñarte algunas cosas— me acerqué más a él,  rodeé su cuello con mis brazos y lo besé suavemente,  él me correspondió rodeandome.

Me alzó y me llevó a nuestra habitación, me desvistió lentamente y me veía tan atento que se me derritió el corazón. Me incliné a quitarle la camisa admirando su torso perfecto,  tenía algunas leves cicatrices prueba de sus batallas,  de sus victorias y derrotas. Cambiamos posiciones y le quité él pantalón para luego sentarme en su regazo. Me incliné a besarlo y moví las caderas sobre su bulto, sentí como mi dulce Cap me ponía duro mientras devoraba mis labios lentamente haciéndome suspirar. Bajó sus besos haciendo un camino hasta mis bóxers, me recostó y los bajó lentamente liberando mi erección y de verdad no me esperé que se la metiera en la boca y pasara su lengua por la punta haciéndome gemir por lo bajo mientras estaba apoyado en mis codos con la cabeza para atrás del placer. Lo que no le cabía en la boca lo acariciaba suave pero constante y seguía lamiendo como si de un helado se tratara, estaba al borde del placer y sentí como chupó justo cuando me vine dejándome tembloroso del placer.

Quería tenerlo en lo más profundo,  antes de que pudiera seguir pensado ví que sacó una caja de debajo de la cama, sacó un lubricante y un dildo de la caja. Estaba sorprendido y el me miró avergonzado.

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⏰ Última actualización: Mar 13, 2019 ⏰

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