Adicción ❴ Zeyn Academy AU ❵

4. Preparativos

Kayn estaba nervioso. No, esa no sería la palabra... ¿intrigado? Había estado practicando con casi todos los miembros del club, y nadie había conseguido ganarle en un combate. Shen estaba asombrado, se alegraba de haberle semi-obligado a apuntarse. Kayn sería una excelente herramienta para ganar el festival que se realizaba a final de curso; que consiste en una presentación o actuación de un miembro de cada club para demostrar su progreso en este, pero el estado de Kayn se debía a: Zed.

— ¿Que qué? — preguntó Kayn, creía no haber escuchado correctamente.

— Que no te marches aún —repitió Zed a mala gana—. Quiero entrenar contigo y bajarte esos humos. ¿Me tienes miedo a caso? —rió.

— ¡Claro que no! —respondió Kayn afirmando que aceptaba su petición.

— Se ha acabado el tiempo de entrenamiento, así que ayudame a recoger el material y luego tendremos un combate.

Había que remarcar que llevaba asistiendo casi ya mes y medio. Se había vuelto más cercano a Zed. Tenían una forma de pensar parecida, un estilo limpio e implacable. En el club no se habían enterado de la razón por la cual Kayn se había ausentado. No quería compartir los detalles de la paliza que le dieron los dos hermanos. Kayn es pasota de por sí, pero lo que le sacó de sus casillas fue básicamente la situación. Todos mirando y nadie haciendo nada.

— Oye —preguntó rompiendo el silencio.

— ¿Qué quieres? —respondió secamente Zed. No lo hacía a propósito, era su manera de ser. Su novia Syndra estaba acostumbrada.

— ¿Qué sabes de unos tal Darius y Draven? —su pregunta no iba a malas. Solo era curiosidad, para poner una cara a su repulsión.

— Es mejor dejarlos a su aire y no meterse si no tienes lo que hay que tener para hacer que te respeten. Así son las cosas aquí. Y ahora, dejate de parloteo y peleemos —Zed ya había acabado de arrinconar los maniquíes, estaba listo.

No esperó antes de lanzarse sobre Kayn y noquearlo contra el suelo. Sí, le pilló por sorpresa, Zed tenía fuerza pero le estaba subestimando. Cogió impulso para darle la vuelta a la situación y quitárselo de encima, Zed se tambaleó pero se mantuvo firme en lo que Kayn se ponía de pie y en posición. Al principio sus movimientos se anulaban entre sí. Zed estaba sorprendido, realmente tenía casi tanto conocimiento como él, no conseguía encontrar algún punto donde el chico tuviera la guardia baja. Se podría decir que aguantar a Zed ya es un logro, puesto que su estilo es mucho más agresivo que el de Shen y casi no le daba tiempo a responder, pero Kayn lo esquivaba o bloqueaba todo. La cosa pasó de taekwondo a un forcejeo extraño y de pelea de calle. Estaban los dos tirados en el suelo, intentando dominar al otro.

— Ríndete Zed, acabarás admitiendo que soy bueno —masculló Kayn aguantando.

— Los demás son débiles, no tienes mérito —Zed no cambió de parecer.

Eso ya no eran artes marciales. Estaban igualados en eso así que realmente no hubo más remedio que llegar a los puños –cabe a tener en cuenta que ninguno de los dos es muy inteligente en ese sentido, podrían haberlo dejado en tregua. El cansancio se hizo presente, y esta era la ventaja de Zed. Apresó a Kayn contra el suelo sujetándole los brazos. Entre tanta concentración, no se habían fijado lo cerca que estaban el uno del otro, ni en la presión que Zed ejercía con la rodilla entre las piernas de Kayn. El del mechón tenía la cara roja por el cansancio, Zed estaba igual, algo sudado. Kayn seguía intentando no dejar que eso acabara así, en su derrota. Se callaron por un segundo dejando de insultarse mutuamente y se quedaron mirando, jadeantes, orgullosos como ellos solos y agotados. Algo en Zed le revolvió el estómago y le hizo apartarse inmediatamente.