Capítulo 13: Buscando la Piedra Filosofal

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Buscando la Piedra Filosofal

—¿¡Otro trol!?— gritó Ron en mitad del desayuno en el Gran Comedor cuando Gillian les contó lo que vio.

—¡Shh...! Que no nos pueden oír— lo regañó.

—Perdón... ¿¡Otro trol!?— susurró.

Hermione y Harry estaban contrariados con la noticia.

—Sí...— replicó Gill.

—No puede ser... ¿No será que soñaste con el trol del baño?— insistió Harry en no tener que creerla, Ron asentía mientras escuchaba sus palabras.

—No, me temo que no... Sé diferenciar los sueños de las “visiones”.

—Lo cierto, queramos o no— empezó Hermione—, es que es muy probable que ahí abajo haya un trol. Ya sabéis, puede que sea la prueba del profesor Quirrell.

—Te odio— dijo Ron dirigiéndose a Hermione—. Siempre consigues que llegue a creerme las cosas...

Gillian que en aquel momento se pasaba una mano por la cara quería con todas sus fuerzas que la escucharan. Dejó caer su puño sobre la mesa, para que Ron y Hermione dejaran de discutir.

—Escuchadme, por favor— los dos se callaron—... ¿Sabéis lo que significa ésto?

—Sí— sentenció Harry—. Quiere decir que nos veremos obligados a entrar.

—Sí pero no...— dijo ella.

—Quiere decir, siempre y cuando lo que ve Gill se cumpla— Hermione nunca se fio del todo de ella—... Quiere decir que Dumbledore abandonará Hogwarts en breve.

—Exacto, si he visto que bajamos por la trampilla quiere decir que Vol— Gillian dudaba en sí decir su nombre o no—... Voldemort— Ron se horrorizó— tendrá la oportunidad de entrar en el castillo y robar la piedra... Venga Ron, en serio, sólo es un nombre...

—... Bueno, por ahora no hay indicios de que el profesor Dumbledore vaya a salir, así que podemos centrarnos en los exámenes...

—¿Soy el único que recuerda el trol?

Con el paso de los días hacía más calor, particularmente en la gran sala donde se examinaban por escrito. Antes de entrar para hacer sus exámenes les retiraron sus plumas y les dieron otras nuevas hechizadas para que nadie pudiera hacer trampa.

También tenían exámenes prácticos, por supuesto. Éstos se realizaban en el aula de cada asignatura. Tuvieron que hacer que una piña bailara claqué sobre una mesa para el examen individual de Encantamientos. La profesora McGonagall les dijo que transformaran un ratón en una caja de rapé. La de Gillian era especialmente bonita por ello ganó puntos extra, y para la desgracia de Ron, la suya tenía bigotes y perdió algunos. Para el examen de Pociones tuvieron que cocer una Poción del Olvido. A algunos les era particularmente difícil recordar el proceso porque el profesor Snape no dejaba de pasearse entre ellos lanzándoles miradas desafiantes y respirando en sus nucas. Gill estaba muy concentrada en su poción, ni se enteró de que Seamus le prendió fuego a su cucharón porque consiguió hacer de su poción una inflamable.

Sólo les quedaba el examen de Historia de la Magia y serían libres al fin, por lo menos durante toda una semana. Tenían una hora para responder todo tipo de preguntas en relación a la rebelión de los duendes de 1631, chiflados inventores de revolucionarios calderos y eventos mágicos varios. Entonces, el profesor Binns les ordenó que soltaran sus plumas, dando por finalizados los exámenes y provocando todo tipo de emociones positivas en sus alumnos. Fue inevitable empezar a celebrarlo mientras recogían sus materiales. Gillian con el pelo algo revuelto y lágrimas en sus ojos se acercó a sus amigos muy emocionada.

Una Segunda Oportunidad | 1er AñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora