Capítulo 9. Quidditch

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Quidditch

 Cuando comenzó el mes de noviembre, el tiempo se volvió muy frío. Las montañas que rodeaban el castillo empezaron a nevarse y el lago negro se congeló por completo.

La temporada de quidditch daría comienzo aquel mismo sábado, con un partido disputado entre Gryffindor y Slytherin. Si Gryffindor ganaba pasarían a ser segundo en el campeonato.

Gillian alguna vez se escapó junto a Ron para ver los entrenamientos de Harry, no muchos habían conseguido verlo jugar ya que lo mantenían en secreto. Pero la noticia de que sería el buscador de Gryffindor se filtró, por lo que no sirvió de mucho mantenerlo en secreto.

Gracias a Gill y a Hermione Harry pudo hacer todos sus deberes a tiempo, porque con tanto entrenamiento de por medio no lo habría conseguido asolas.

Aquella primera semana de noviembre, Gillian no tuvo casi tiempo libre para buscar pasadizos secretos, se dedicó a ayudar a Harry, y a Ron también, con los deberes. Algo que también le quitó mucho tiempo libre fue otra poción que tuvo que hacer durante dos días si quería que quedara bien, lo malo era que de vez en cuando Parvati la molestaba mientras la hacía, ya que no tenía otro sitio que el dormitorio de la chicas.

El viernes, durante el recreo que separaba las pociones dobles con los Slytherin, decidieron pasar el tiempo en el patio de transformaciones, estaba helado y hacía mucho frío, pero eso dio un poco igual, ya que Hermione estaba mucho más flexible en cuanto a quebrantar las reglas, e hizo un fuego azul encerrado en un tarro de mermelada. Cuando estaban de lo más calentitos, el profesor Snape cruzó el patio, y al no tener muy claro si hacer fuego estaba o no permitido, lo ocultaron tras ellos. Gillian que estaba enfrascada en la lectura de un libro sobre la música en la magia, se movió en un acto-reflejo, pero tener que ocultar el fuego la hizo despegar la vista del libro, entonces vio al profesor Snape que se acercaba cojeando para regañarlos, a pesar de no haber visto el fuego.

—¿Qué tienes ahí Potter?

Era el libro Quidditch a través de los tiempos que le había prestado Hermione. Harry se lo enseñó. Gillian siguió leyendo el suyo.

—Los libros de la biblioteca no pueden sacarse fuera del colegio— dijo Snape—. Dámelo. Cinco puntos menos para Gryffindor.

Gillian despegó de nuevo sus ojos de la lectura, la cual había sacado de la biblioteca, levantando lo máximo posible sus cejas, y miró al profesor Snape.

—¿Cómo?— murmuró desconcertada.

Snape ni la miró, dio media vuelta y se fue cojeando.

—Seguro que se ha inventado esa regla— murmuró Harry.

—¡Pues claro que se la ha inventado! Mírame a mi— dijo Gill señalando su libro—. Es intrigante el por qué se porta peor contigo... Si no, ¿porque no me ha quitado a mi el libro?

—Sí que es extraño, claro que igual es que se porta mejor contigo— dijo Hermione.

—Mira... No sé qué pensar— dijo Gillian.

—Me pregunto que le pasará en la pierna— dijo Harry cambiando de tema.

—No sé, pero espero que le duela, y mucho— dijo Ron con amargura.

—Cómo te pasas a veces— dijo Gill.

Cuando terminaron la última clase de pociones, volvieron a la sala común, aquella tarde no pudo estar con Draco, al parecer él también tenía muchos deberes que hacer, claro que Gillian pensaba que podían haberlo hecho juntos, lo que la llevaba a pensar en que probablemente lo habían castigado, cuya razón Gill desconocía.

Una Segunda Oportunidad | 1er AñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora